Era el año 2017 y el ensangrentado era Juan Requesens, joven diputado y líder estudiantil y uno de los opositores más aguerridos en las protestas callejeras desatadas por la decisión del Tribunal Supremo de asumir las facultades de la Asamblea Nacional (Parlamento) que él integraba.
Por años mantuvo un verbo incendiario y un discurso combativo. Su vehemencia lo convirtió en uno de los objetivos del gobierno chavista, que lo acusaba de alentar la violencia y lo despojó de su inmunidad parlamentaria.
Ahora, ocho años después, su discurso es mucho más atemperado y conciliador.
Tras haber pasado dos años en la temida cárcel El Helicoide por su supuesta participación en un intento de magnicidio contra Maduro en 2018, y después de otros tres de arresto domiciliario, Requesens desafía a la oposición liderada por María Corina Machado y se postula como candidato a gobernador y diputado en las elecciones legislativas y regionales de este domingo.
«Hemos cometido el error de dispararnos entre nosotros mismos», dice a BBC Mundo Requesens, de 36 años, enfrentado a la postura de Machado, líder de la oposición que llamó al boicot de los comicios después de que la oposición clamara su triunfo en las presidenciales del 28 de julio de 2024.
La oposición logró demostrar con las actas la victoria del candidato Edmundo González, pero el Consejo Nacional Electoral, cercano al chavismo, otorgó el triunfo y la presidencia a Maduro.
La oposición clamó fraude y presentó pruebas para demostrarlo como no las había tenido con tanta claridad antes.
«Yo sé que da mucha rabia el robo de la elección, pero esto es una realidad, la gente sigue caminando y los políticos seguimos existiendo», señaló Requesens.
Él no es el único opositor que defiende que, pese a que las condiciones no son justas, hay que postular candidato y llamar a votar. Es un viejo dilema en la oposición que genera divisiones que terminan por favorecer al oficialismo.
El giro de Requesens despierta dudas entre sus críticos, entre los partidarios de que no se puede votar en una elección injusta porque hacerlo convalida al chavismo.
«Hay gente que cree que me vendí» al gobierno, admite Requesens las sospechas sobre él.
«Yo no me vendí», responde.
«Una oportunidad para debilitar al gobierno»
Al anunciar su postulación, su partido, Primero Justicia, lo expulsó de la organización. «Quienes hoy bajan la cabeza ante el régimen y participan en su farsa, le dan la espalda a la voluntad de la gran mayoría del país», decía el comunicado.
Requesens se presenta ahora como candidato para dos cargos; gobernador del estado Miranda y diputado de la Asamblea Nacional.
Esta elección «es una oportunidad para seguir debilitando al gobierno, porque lo que sí es seguro es que el gobierno (de Maduro) sigue allí», insiste Requesens, cuya imagen ha cambiado mucho tras su paso por la cárcel.
Estuvo dos años recluido en El Helicoide, sede del servicio de inteligencia en Caracas y conocido por las denuncias de torturas, y tres en arresto domiciliario.
Salió en libertad en 2023 tras un acuerdo político logrado en las negociaciones en las que participó Estados Unidos.
Pese a su deseo de ser candidato y de votar, Requesens no parece tener una estrategia para defender los resultados.
¿Usted cree que si gana podrá ocupar el cargo?
«Certezas (…) no te las puedo dar (…). Pueden inhabilitarme el día anterior, puedo ganar esa tarde y pueden quitármela, pueden no reconocerla».
«Que el gobierno nos puede quitar elecciones, por supuesto que nos las puede quitar (…) esas cosas pueden pasar».
Entonces, ¿por qué votar el 25 mayo?
«Porque este es un camino que se escogió sustentando en valores (…) en herramientas de lucha que van más allá de que se puedan o no cumplir los objetivos»
«El 28 ya votamos, el 25 no»
«El 28 (de julio) ya votamos, el 25 de mayo no», lanzó la líder de la oposición, María Corina Machado, en un video compartido hace unos días en redes. Y Edmundo González, en el exilio, reafirmó el mensaje de abstención: «¡No! ¡Nadie se rinde!».
El grupo opositor insiste con actas electorales que el pasado 28 de julio González le ganó a Maduro con 70% de los votos.
Sin embargo, González, presionado, se marchó del país y fracasó en su intento de asumir el poder como prometió.
Aún el país y la oposición tienen heridas abiertas por la elección presidencial del año pasado. Gran parte de sus líderes están inhabilitados, en la cárcel, en el exilio, como González; o en la clandestinidad, como Machado, luego de que el gobierno desatara una ola represiva.
Las protestas por la proclamación de Maduro como presidente para un tercer periodo (2025-2031) dejaron unas 28 personas muertas, unos 200 heridos y 2.400 detenidos, – 2.000 ya fueron excarcelados-, según la Fiscalía. Pero activistas denuncian que los arrestos siguen.
«Hay muchas heridas que sanar en este país y cada quien tiene sus propios procesos (…) Yo no le puedo pedir a una mamá de un muchacho que mataron que vea el voto como una herramienta de cambio, porque a esa señora ya le condenaron su vida».
«Yo salí de la cárcel y tuve que sanar muchas cosas y todavía estoy en eso. La circunstancias me llevan a esto y aquí estoy en este camino», señala Requesens.
A diez meses de las presidenciales, el Consejo Nacional Electoral (CNE) sigue en deuda. Nunca publicó resultados desglosados. Tampoco mostró las actas de votación que respalden el resultado que adjudicó a Maduro la victoria.
Y expertos señalan que las condiciones electorales son hoy peores a las del año pasado. El CNE lleva meses con su portal web inactivo.
«Hay razones válidas para no votar, de peso. Y hay razones válidas para participar (…) Cada quien empuja en la dirección que le parece más pertinente», dice Requesens.
Él y otros opositores como Henrique Capriles, dos veces candidato presidencial y postulado ahora a diputado tras el sorpresivo levantamiento de una inhabilitación política impuesta por 15 años en 2017, defienden el voto como «una herramienta de articulación social».
«El 25 de mayo lo veo como una fecha más dentro del cúmulo de hitos que vamos sembrando y que nos permite ratificar convicciones», dice Requesens.
«A nosotros nos toca insistir y persistir con las herramientas que nos brinda la Constitución, y por eso este camino es tan empinado y tan difícil».
«Quien sea anunciado ganador es porque será adjudicado por la dictadura», le replica en diálogo con BBC Mundo el opositor Juan Pablo Guanipa, alineado en el boicot con Machado y también en la clandestinidad.
Pero la posibilidad de que opositores como Requesens tengan éxito es baja. Las encuestas vaticinan una enorme abstención para ese domingo y el chavismo siempre moviliza a una base de fieles.
La consultora Poder y Estrategia señala que solo 23% de la población estaría dispuesta a votar, según el último estudio realizado hasta el 15 de mayo en ocho ciudades de Venezuela.
«En 2015 esa participación fue más del 70% (…)» en unos comicios competitivos para cargos similares, compara el politólogo Ricardo Ríos, director de la firma. Esas legislativas las ganó la oposición.
«Muchos se van a abstener porque son seguidores de María Corina, y ella está llamando a no votar; y otros porque no ven en el voto una salida», dice Ríos.

Información de: BBC