E Real Madrid confirma su liderato con dos goles desde fuera del área, de Militao y el inevitable Mbappé. Volvieron Bellingham y Camavinga.
Los blancos mantienen su racha inmaculada de victorias ante el correoso equipo de Manolo González, tercero en la tabla antes del encuentro
Leer También: 945 de por vida para CR7: Con dobletes de Cristiano Ronaldo y João Félix, Al Nassr venció 5-1 a Al Riyadh por Liga Saudí
No es todavía, y quién sabe si llegará a serlo, un Madrid pasional y emocionante el de Xabi Alonso, pero ofrece firmeza, seriedad y resultados. Suficiente, por ahora, si además cuenta con el mejor Mbappé, que anotó su séptimo gol en seis partidos, esta vez en condición de segundo punta. Crack al margen, podría decirse que hasta ahora le ha sacado el técnico más brillo a sus defensas que a sus atacantes. Uno de aquellos, Militao, despejó esta vez el camino con un disparo desde 30 metros cuando el equipo andaba enfangado entre la ordenada red de vigilancia del Espanyol. Luego, cerca del final, coleccionó mejores noticias: leve mejoría de Vinicius, alguna perla de Mastantuono y el regreso de Bellingham. Habrá que evaluar si el bajón de su segundo año solo obedecía a un hombro maltrecho o también a una luxación de ánimo.
De repente, con viento a favor, Xabi Alonso se echó al monte con una alineación que incluyó cuatro puntas, todos sin buenos antecedentes en el repliegue, y un centro del campo con cintura de avispa: Tchouameni más Valverde. El francés debe ganar mucho en las distancias cortas, y quienes de más cerca le han visto han sido sus entrenadores, porque todos le han puesto, contraviniendo a veces la opinión de la grada. Ahora comienza a ser visible también para el gran público. La explicación a ese brote de entrenador hay que buscarla en que el técnico entiende que ya ha puesto la casa en orden de medio campo hacia atrás pero aún le falta al equipo colmillo ofensivo, especialmente ante defensas cerradas. Frente al Marsella tiró 28 veces para hacer solo dos goles de penalti. Así que metió a Gonzalo para darle más espacio a Mbappé, más efectivo cuando se arranca en largo, y para no dejar solo en sus manos la responsabilidad del remate. También hay que entender la medida como una prueba de confianza del técnico en su plantilla: cree, en contra de lo esperado en otros tiempos, que no habrá escaqueos tras la pérdida de la pelota.
Manolo González, en cambio, apenas tocó nada. Al Madrid le opuso el equipo que le había llevado hasta la tercera plaza con el puntito de prudencia de relevar al sancionado Pere Milla con un tercer mediocentro, Expósito. El 4-5-1 fue mitad preparado, mitad obligado ante el empuje del líder.
Un gol imprevisto…
El Espanyol ha dejado atrás el sufrimiento de tiempos recientes. No es un equipo que recite poesía, pero tiene orden, cierta salida y fe en un entrenador y un método que ya le salvaron de un descenso. Fue un hueso para el Madrid en los primeros minutos. Se encerró lo justo, se mostró impermeable, dejó en blanco a Gonzalo y le puso a Vinicius un centinela, El Hilali, implacable e impecable. Todo transcurría dentro de la aburrida normalidad que le convenía hasta que llegó un suceso imprevisto, casi insólito. A 30 metros de la portería se encontró Militao un balón inerte y se le ocurrió mandar un latigazo de derecha que se coló cerca de la escuadra. El meñique derecho de Dmitrovic fue poca barrera para tamaño misil. Ni el mejor plan, y el del Espanyol era bueno, aguanta algo tan inesperado. “Estáis bien, cojones”, repetía Manolo González a los suyos en la primera pausa de hidratación con intención de exculparles.

Hasta entonces, y después hasta el descanso, el Madrid apenas había ofrecido peligro. Mbappé aparecía menos como diez que como nueve, Vinicius emplea cada vez menos instrumentos de tortura con sus marcadores, Mastantuono es demasiado esporádico, Gonzalo aún más y Valverde se ha convertido en peso ligero. Eso sí, los centrales andan impecables. Se esperaba en Militao y se dudaba de Asencio, tras un Mundial de Clubes desastroso, pero el canterano anduvo rápido, atento, en su sitio. Le sigue sobrando alguna falta extemporánea, aquellas en que las que meter la pierna es meter la pata.
A falta de mejores noticias, salvo la única arrancada de Vinicius, que malgastó Mbappé, el Bernabéu entonó ya antes del descanso el clásico «Corrupción en la Federación» cuando Martínez Munuera se tragó una amarilla de manual a Dolan.
…y otro muy previsible
No duró más el suspense. Al minuto de la reanudación Mbappé tomó un balón cerca del vértice del área y metió un zapatazo sin preaviso ante el que Dmitrovic quedó paralizado. No esperaba el atrevimiento del francés ni la velocidad con la que el balón perforó su marco. Fue, en realidad, un gol a balón parado sin que nadie parara el juego. A estas alturas, a Mbappé le vale cualquier camino para llegar al gol. Lleva siete en seis partidos; parece un cruce de los dos Ronaldos.

Aliviada la presión de los puntos fue mejorando el Madrid y haciéndose más vulnerable el Espanyol, a beneficio de Vinicius y Mastantuono, que encontraron más espacios y también más oportunidades. El brasileño tuvo una clara, tras rechace de Dmitrovic a tiro de Mbappé. El palo le dejó sin recompensa. No estuvo mal, pero ha perdido esa envidiable tozudez que le ha acompañado en su carrera. Tampoco digirió bien esta vez ser cambiado.
En la recta final entraron más jugadores de ataque en uno y otro lado (Brahim, Rodrygo, Kike García) sin que ofrecieran cambios apreciables. El Madrid dio por ganado el partido con el 2-0 y el Espanyol aceptó su suerte. Muy al final, de manera testimonial, volvieron Camavinga y Bellingham, de los que se espera que vuelvan mejor de lo que se fueron.
Cambios
Arda Güler (60′, Gonzalo García), Jofre Carreras (62′, Pol Lozano), Luca Koleosho (62′, Edu Expósito), Charles Pickel (62′, Tyrhys Dolan), Kike García (76′, Javi Puado), Brahim Díaz (76′, Franco Mastantuono), Rodrygo (76′, Vinícius Júnior), Antoniu Roca (83′, Roberto Fernández), Jude Bellingham (88′, Kylian Mbappé), Eduardo Camavinga (89′, Aurélien Tchouaméni)
Goles
1-0, 21′: Eder Militao, 2-0, 46′: Kylian Mbappe
Tarjetas
Arbitro: Juan Martínez Munuera
Arbitro VAR: Daniel Jesús Trujillo Suárez, Alejandro Muñiz Ruiz
Aurelien Tchouameni (36′,Amarilla), Franco Mastantuono (74′,Amarilla).

Hender «#Vivo» González
Con información de Diario AS