¿Que pidió Jorge Sampaoli en Rio de Janeiro?

Este fin de semana directivos de la FVF se reunieron con el entrenador argentino Jorge Sampaoli, para concretar la firma como DT de la Vinotinto.

Hay secretos que apasionan en el mundo deportivo y más aún en el fútbol, donde las intrigas y conjeturas sobre firmas, contrataciones y traspasos son el menú de cada día, y como entretienen.

Venezuela no es la excepción, y a cada


rato surgen misterios que solapan a otros sobre nuestra selección, siendo el más reciente lo que se viene tejiendo para saber ¿quién suplantará al “renunciado” Rafael Dudamel como director técnico de la Vinotinto?

Este enigma ya parece estar resuelto, después que se especuló sobre la posible llegada del argentino Jose Pekerman, o del astro mundial Diego Armando Maradona, y ciertamente todos los caminos conducían a la tierra de Evita Perón: Jorge Sampaoli firmará contrato en los próximos días.

Detalles del acuerdo no tendrán que ser del dominio público. La confidencialidad es una condición “innegociable” para quien dirigió a “Messi y sus amigos” durante el pasado mundial “Rusia 2018”. Quedan muchos misterios alrededor de la “Cumbre de Rio”, donde la brisa en las icónicas playas de “Ipanema” y “Copacabana”; la armonía de fondo, desde música clásica y samba, hasta el moderno funk, presagian un “pacto” que felizmente concluirá en Qatar 2022.

La “Cidade Maravilhosa” quedará para la historia como el inicio de un ciclo que a futuro solo arrojará dos posibles titulares: “Venezuela por fin acude a un mundial”,  o “Sampaoli, la más costosa decepción”, y eso dependerá en gran medida de la capacidad de una dirigencia últimamente “cuestionada”; y la de un DT “extranjero”, para sortear tantas dificultades en un convulsionado país donde a pesar de la crisis, el fanático atiborra los estadios para aupar a sus futbolistas.

¿Cómo soplará las velas Jorge Luis Sampaoli Moya? El campeón de América con “La Roja”, nació en Casilda, al sur de la Provincia Santa Fe de Argentina, antes conocida como “Colonia Candelaria”, similar a esa populosa parroquia caraqueña que tanto nombra y enarbola el empresario de medios Esteban Trapiello.

Con tantos tatuajes y forma de vestir, el director técnico más exitoso en la historia del fútbol chileno no parece acercarse a los 60 años edad, y es que el próximo 13 de marzo cuando Sampaoli celebre la vida, ya hemos luchado contra Paraguay y Colombia en las eliminatorias Qatar 2022, y serían las dos primeras pruebas del ex “carrilero” en tan largo camino.

La cita no era con él. Ese fin de semana un tal Alfaro seria el comensal especial. Rio de Janeiro no figuraba en los itinerarios de la agencia de viajes encargada de tramitar a la FVF los boletos de última hora. Un “ok” de Maradona en el Palacio del “pez que escupe el agua” pudo cambiar las señas.Nos vamos a Rio”, se le escuchó decir a Jesus Berardinelli, y acto seguido el despegue del avión de Copa con escala en Panamá.

Veintiséis grados centígrados esperaban a la comitiva venezolana aquella tarde en Rio de Janeiro. El protagonista de esta película ya estaba aclimatado en la ciudad del “Cristo Redentor”. “Fonasa”, un restaurant especializado en pastas fue el lugar recomendado. “El hombre de los tatuajes” llegó manejando un carro descapotado acompañando de su gerente deportivo.

Con un jeans azul, franela Hugo Boss y zapatos deportivos, Jorge Sampaoli venia cargado de papeles y un pen drive, donde estaba la síntesis más completa de todos los jugadores venezolanos, incluyendo los de la Sub15. Ningún entrenador, incluyendo al “atorrante” Dudamel, se había ocupado en conocer la velocidad, destrezas y movimientos de nuestros muchachos en canchas, dentro y fuera del país.

Saludos y apretones de mano, ante una curiosa clientela que a esa hora acostumbra almorzar en tan reconocido restaurant, y que se preguntaba ¿quiénes son esos que tratan con tanto halago al calvo y ex futbolista argentino? La atención especial por parte del dueño de la “Fonasa” suponía que algo trascendente quedaría sellado en su reconocido local.

Nada de “asado de tira” ni “bife de chorizo”. La ocasión no era propicia para alardear los mejores cortes de la nación sureña. El tema es Venezuela, y si bien no se podía congraciar ordenando una “cachapa con queso”, Sampaoli pidió un buen pescado, de esos que se comen en las costas de la Guaira. Eso sí, Cero fritura. Cero licor. Solo agua mineral para pasar la comida.

Acto seguido, entraron en la materia que los convoca. El argentino ya conocía la atractiva oferta, solo le faltaba definir la forma de pago y los plazos a convenir. El armonioso ruido del lugar y el bullicio de una ciudad alegre y festiva, le permitió a Berardinelli increpar en tono más serio: ¿Cuál es el plan, cual es la ruta a seguir? Sampaoli, experimentado al fin, no titubeó en la respuesta. Todo lo tenía calculado, ya se venía preparando para un gran paso en su vida. “Voy a radicarme en Venezuela, y desde allí nos vamos a Qatar”.

“No se habla más”, expresó exaltado el empresario que integraba la comitiva, quien viene apostando desde hace varios años por la promoción de los talentos deportivos del país a través de la televisión, y que además reclamaba atención especial para el fútbol venezolano.

Gente vinculados al deporte que apuestan por el fútbol venezolano

El café y el postre quedan para después. Exonerada la cuenta, los presentes se despidieron con fraternales abrazos, acordando una próxima reunión que sellará el acuerdo y le brindará a Venezuela la posibilidad de retomar el sueño mundialista bajo la batuta de Jorge Sampaoli.

Despejada la duda para muchos intrigantes: “Sampaoli pidió pescado”

José Israel González