¿Qué incentiva la venta del Caracas?

¿Qué incentiva la venta del Caracas? Nuestra pelota enfrenta la peor crisis económica en la historia de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP).

Pese a las declaraciones de Giuseppe Palmisano, presidente de la LVBP, sobre el inicio de temporada 2020-21 el 15 de noviembre, la incertidumbre es total.

Por primera vez en la historia de la pelota criolla, desde 1946, es probable que no se cante el playball para inaugurar el campeonato.

Los ocho clubes de la LVBP no han podido conseguir el patrocinio para celebrar el venidero campeonato debido a la crisis generada por el COVID-19.

En la LVBP no tienen idea de cómo obtendrán fondos para celebrar el venidero campeonato debido a que, frente al panorama dictado por la variable de pandemia Covid-19, no hay garantías de patrocinio para los ocho clubes, de parte la empresa privada o del sector gubernamental, y sin plata ni el beisbol ni ningún otro negocio pueden marchar

En la LVBP, algunos propietarios de clubes se apartan del negocio a causa de la crisis económica que se acentúa recientemente el país.

Actualmente se ventila que las franquicias Caracas, La Guaira y Margarita podrían cambiar de dueño a corto plazo, pero… ¿qué incentiva la venta del Caracas?

El rumor de venta de los Leones dejó de ser noticia, es un dato comentado desde septiembre, mucho antes de que comenzara la temporada 2019-20.

La crisis afecta al club más ganador de la LVBP, cuenta con el mayor músculo financiero, pero no gana un título desde hace once campañas.

¿Qué incentiva la venta del Caracas? Los Leones, tal y como sus otros siete rivales, cerró en rojo sus libros contables durante el último torneo.

La LVBP y los ocho clubes saben que el propietario de los Leones no está a gusto con los resultados de las últimas campañas.

Ricardo Cisneros quiere retirarse del negocio y pidió a sus asesores que gestionen la venta del club que la Corporación Cisneros adquirió por $8 millones.

Desde septiembre de 2019 hasta finales de abril de 2020 han transcurrido siete meses de muchos ajustes en la economía venezolana.

Por consiguiente, el monto negociable de venta de la franquicia de $40 millones está muy por debajo de la realidad.

Bob Abreu confirmó recientemente que forma parte del grupo de inversionistas interesados en adquirir el club melenudo. Desde luego que espera negociar por un monto inferior a la suma negociable planteada originalmente.

Por intermedio de Alex González, se hizo una contraoferta en la ciudad de Miami, lo que indica que también formará parte de los potenciales compradores.

Desde principios de año una institución financiera y empresarios que incursionaron en la denominada Liga Independiente de Béisbol, también mostraron interés por Los Leones.

El abogado Antonio José Herrera de los Tiburones ha conversado con Jorge Hernández, propietario del club de baloncesto Guaros de Lara, quien estaría dispuesto a llevarse al club al estadio que construyó la gobernación de La Guaira en Macuto.

Tobías Carrero Nácar, propietario de Los Bravos, puso en venta al equipo porque la afición no lo respaldó como esperaba y se ha residenciado fuera del país.

A lo largo de la historia de la LVBP, cada vez que una franquicia cambia de manos, las negociaciones se mantienen en secreto.

Durante las negociaciones no se ventila nada en los medios de comunicación hasta que las partes involucradas sellen un compromiso de compra-venta.

Así ocurrió al finalizar la campaña 1951-52, cuando el ingeniero Martín Tovar Lange vendió el club Caracas a los publicistas Pablo Morales y Oscar Prieto.

En apenas una semana ambas partes acordaron, pero no se supo nada hasta que el periodista Felo Giménez dio la primicia en El Nacional.

Aquella venta se produjo durante la primera crisis económica de la LVBP, cuando Cervecería Caracas retiró el patrocinio a los clubes que existían en la capital.

Inmediatamente después se produjo la negociación del equipo Vargas, cuando Jesús Corao le compró a Víctor Trujillo.

Los equipos se vieron obligados a cancelar un alto canon de arrendamiento del estadio de la Ciudad Universitaria y a esforzarse por conseguir nuevos patrocinantes.

Afortunadamente con el negocio de la radio y la televisión lograron sobrevivir, pese a las amenazas de fundarse otro circuito, conocido como Liga Nacional.

La recuperación se notó tras integrarse la provincia al torneo rotatorio en Caracas y Maracaibo (temporada 53-54) y de los Industriales de Valencia (temporada 55-56).

Cuando Los Tiburones reemplazaron al Pampero (temporada 62-63) y tras el cierre de la Liga Occidental contrataron a Luis Aparicio como su principal figura.

La LVBP inicia una nueva etapa con enormes matices de crecimiento que se aprecian casi inmediatamente después por el regreso del Magallanes a Caracas (1964).

La primera expansión en la campaña 1965-66, que suma dos nuevas franquicias: En Barquisimeto (Cardenales) y Maracay (Tigres).

Maracaibo cuenta con su primer equipo a partir de la contienda 1969-70, cuando las Águilas del Zulia reemplazan a los Llaneros de Acarigua.

Al tiempo que Magallanes se traslada a Valencia esa misma campaña (le compraron al “Catire” Istúriz por medio millón de bolívares).

A principios de los noventa se produce la última expansión. Para 1991-92 se integran Los Caribes en Puerto La Cruz y Los Petroleros en Cabimas.

Entre las décadas de 1960 y 1990, el beisbol profesional venezolano es sinónimo de prosperidad.

Se celebran ocho ediciones de la Serie del Caribe que resultan exitosas: Cinco en Caracas, dos en Puerto la Cruz y una en Maracaibo.

Asimismo varios clubes de MLB celebran series de exhibición en el país: 1967 (Mellizos-Atléticos), 1971 (Medias Blancas-Yanquis), 1972 (Piratas-Rojos), 2000 (Bravos-Mantarrayas) y 2001 (Indios-Astros).

En 2002, antes de anunciarse a los sucesores de Morales y Prieto, negociaron Los Leones a una filial de la Organización Cisneros por $8 millones.

Luego Empresas Polar elevó a $10 millones la oferta por el conjunto capitalino, sin lograr nada, porque el documento de compra-venta estaba notariado.

Igual sucedió en 2004, cuando los sucesores de Pedro Padrón Panza y Nelly Briñez aceptaron vender Los Tiburones a los accionistas del Hotel Tamanaco.

Nunca confirmaron el monto negociado. Armando Arratia comentó que pretendían $7 millones, pero se dice que el cheque entregado no superó los $4 millones.

En cuanto al acuerdo Carrero/Finol antes que Bravos de Margarita sustituyera a Pastora de los Llanos, no se tiene detalle de la suma de dinero acordado.

A todo esto, lo único que se conoce es que los Finol conservaron un porcentaje de las acciones y Tobías Carrero quedó como accionista mayoritario.

En estos tres últimos casos, como ahora, no hay anuncio oficial hasta que no está “amarrado” en un compromiso inicial de compra-venta.

Por tal motivo si se consulta a los más altos ejecutivos de los clubes aseguran no tener conocimiento si el equipo está en el mercado.

De allí que la estrategia de Cisneros, vociferar haber colocado al Caracas en venta por $40 millones, con la intención de pulsar el mercado.

Abreu, presionado al saber que es un posible comprador, tuvo que reconocerlo públicamente. Nadie se interesa en comprar algo si no está en venta.

Por otro lado, frente a la pandemia COVID-19, sazonada con la larga cuarentena, las aspiraciones del dueño de Los Leones no serán las mismas.

Se espera que el grupo de ex-peloteros que encabeza Abreu satisfaga las aspiraciones de Cisneros a las puertas del mes de mayo de 2020.

De esta manera podría rescatarse la tradición ganadora del equipo y animen a los bigleaguers criollos de todas las franquicias.

Asimismo la preparación de la selección nacional para el Clásico Mundial de 2021, pudiese convertirse en un efecto de mercadeo.

Sería bastante atractivo para que los ocho clubes, en estos tiempos de crisis económica, conseguir el respaldo público y privado.

Por consiguiente, que todas las franquicias obtengan el patrocinio necesario, se lograría montar la 76° temporada en la historia de la LVBP.

En resumen, ¿qué incentiva la venta del Caracas? Todo fue generado por la recesión económica que presenta la LVBP, y se le suma el confinamiento y crisis de la pandemia.

Información: Líder En Noticias