Presidente de la Cámara de la Construcción del Táchira: “Continúa estancada la industria de la construcción en Venezuela!

Así lo explicó el ingeniero Oscar Gamboa, presidente de la Cámara de la Construcción del estado Táchira, durante su participación en el foro “El Futuro de la Construcción en Venezuela”, organizado por la UNET.

La actividad en la industria de la construcción en el país, está totalmente paralizada, tanto por la falta de inversión oficial para la construcción pública como por la falta de crédito bancario para el sector privado, y aunque hay expectativas de una recuperación próxima, en realidad depende de varios factores.

Así lo explicó el ingeniero Oscar Gamboa, presidente de la Cámara de la Construcción del estado Táchira, durante su participación en el foro “El Futuro de la Construcción en Venezuela”, organizado por la UNET, dentro del ciclo de conferencias Formando Profesionales, efectuado este martes 14 en el Teatro Principal de la sede universitaria.

Inició el ingeniero Gamboa indicando que el sector construcción es, después de la industria petrolera, el primer empleador de mano de obra. No solamente en Venezuela, sino a escala mundial, el sector construcción es el mayor dinamizador de la economía de los países. En la Venezuela actual, una economía totalmente paralizada, responde al hecho de que la industria de la construcción está totalmente paralizada.

A nivel nacional, la Cámara de la Construcción estima que la paralización de la actividad alcanza 98 %, pero aquí en el estado, dijo Gamboa, nosotros registramos casi 100 % de inactividad. Más exactamente, 99,6 %.

— Tenemos dos áreas: Construcción pública y construcción privada. En la labor pública, su obra se basa en infraestructura, servicios públicos, etc., etc. Actualmente, en principio, el Gobierno en sus distintas instancias, está haciendo ciertas inversiones que ocupan muy poco personal. Y a nivel privado, se dedica la industria de la construcción a producir metros cuadrados para vivienda, para el comercio y para la industria. Pero esa labor, ahora, está prácticamente paralizada.

— No se está desarrollando ningún tipo de proyectos nuevos a nivel de vivienda -dijo Gamboa-. Ahora no hay ni un solo proyecto de vivienda introducido en la Alcaldía, para tramitar permisos. Ningún promotor privado está generando proyectos. Es más, todas las empresas grandes que hacían vida acá en San Cristóbal, están paralizadas.

No hay compradores

Dijo Gamboa que acá podemos ver una serie de edificios que están a medio construir, y se pudiera decir que están parados por falta de crédito. Pero no solamente es eso, porque si vamos a ver, realmente todos los constructores que tenían crédito ya pagaron su compromiso con los bancos, a través del que se establecía a través de la venta hipotecaria.

El problema, explicó, es que no hay compradores, porque el valor del ingreso en Venezuela se perdió. La clase media, que era la que compraba a través de los créditos hipotecarios, se perdió.

Antes una persona podía adquirir un apartamento con 30 % del valor, y 70 % de crédito, pero eso se acabó.

Hoy día, los empleados, tanto públicos como privados en el país, con los ingresos que tienen, no califican para optar a ese crédito. El mercado de valores ha tratado de ofrecer financiamiento para esta parte, lógicamente en moneda dura, que en este caso sería dólares; pero aun así, no existen compradores como tales.

La Gran Misión Vivienda Venezuela ha estado en conversaciones para ver si las empresas que tienen construcciones de viviendas frías las pudiera comprar para terminarlas y entregarlas a sus beneficiarios, pero esas son conversaciones que apenas se están iniciando, hasta ahora, sin ningún tipo de resultado.

Sin embargo, en García de Hevia y Junín sí se han negociado un par de desarrollos residenciales pequeños. Sus propietarios han tratado directamente con la Gran Misión Vivienda, y le han entregado esas unidades a medio construir. Ya las han terminado, con los mismos beneficiarios, y las han adjudicado. Son tres ejemplos que se han dado acá en el estado, con buen pie.

Indicó que aquí en San Cristóbal todavía no hay resultados, solamente conversaciones. O sea, agrega, seguimos con un grupo de viviendas frías que, para terminarlas, se requiere de una ampliación del crédito que se tiene, y lógicamente, que los posibles compradores califiquen para lograr el crédito hipotecario, que es lo complicado ahora.

Recuperar la Clase Media

A finales de 2021, la caída de la economía se detuvo, y empezamos a ver signos positivos en la recuperación económica, pero eso se dio solamente a nivel del comercio, del consumo de bienes primarios como tales. La construcción no está demandando mano de obra y por ende los empleados que estaban especializados en la construcción, han tenido que emigrar”.

Explicó el ponente que todo se debe a una serie de políticas que ha desarrollado el Estado, y que afectan la confianza de los inversionistas, de los constructores, en invertir en la producción de metros cuadrados, sean de uso comercial, industrial o residencial.

Leer también: La Unimet y la Ucab obtienen reconocimientos durante el Harvard WorldMUN 2023

Entonces, como vemos, tenemos una actividad totalmente paralizada, con una situación muy particular, porque hasta que no recuperemos la clase media, la construcción será el último factor en recuperarse en la economía del país. Es, por tanto, responsabilidad nuestra seguir aportando desde cada uno de los lugares donde estamos, para ver de qué forma podemos contribuir a la recuperación de todo esto”.

Acero y cemento

Acero y cemento, son los dos principales insumos que demanda la construcción. La situación de estos elementos actualmente fue comentada por Gamboa: “En el año 87, había una producción de 3,3 millones de toneladas de acero al año. Fue bajando hasta el año 98, cuando se privatizó Sidor. En ese momento, producía 2,8 millones de toneladas. Y luego de la compra por el grupo argentino, la producción empezó a subir, hasta un máximo de 4.3 millones de toneladas en 2007. Ese año, se estatizó Sidor.

Salió el grupo argentino, y entonces comenzó a decaer la producción, en manos oficiales. En 2018, produjo 0,05 millones de toneladas, que es lo que se está produciendo. O sea, si vamos a reactivar la construcción, entonces Sidor, que es el gran productor de este insumo, debe subir su producción.

De igual forma el cemento. Tenemos 10.2 millones de toneladas en capacidad instalada, a través de las plantas que operan en el país. Catatumbo fue la única empresa que no se estatizó en 2007 cuando todas las demás plantas pasaron a manos del estado.

Es la única planta privada ahora, y la única que año tras año sube sus niveles de producción, a diferencia de las que maneja el Gobierno, que han venido decayendo. Para 2021, la producción conjunta fue de 3 millones de toneladas, o sea 13 % de la capacidad instalada.

Si la reactivación se produce, y si Sidor no responde a la demanda de acero, habrá que importar la cabilla, y lógicamente, en el tiempo que transcurrirá después, tendrá que subir la producción para atender la demanda. O sea, lo que tenemos ahora: baja producción de acero, baja producción de cemento, aunque ahora se consigue en los distribuidores acero y cemento, porque simplemente no hay demanda”.

Para la reactivación

Queda como reflexión que, para que nosotros reactivemos la construcción, se tienen que dar dos cosas: A nivel privado, lógicamente, tenemos que ir con una política de recuperación del salario del venezolano, y a nivel público se tiene que ir a un incremento de la inversión, en los servicios básicos, en vialidad, en todo lo que requiere la construcción en Venezuela, a través de las APP, que son las asociaciones público privadas, a través de créditos de la banca multilateral. El Gobierno no tiene capacidad de hacer las inversiones necesarias para los requerimientos de la infraestructura del país.

Ahora podemos ver que a mediano plazo se va a incrementar la renta a través de la producción petrolera, pero esta todavía es muy baja para lograr los niveles de inversión que se requieren.

Con información de la Nación