Presidente de Caficultores: “café importado no cubre demanda de importadores”

Luego que Venezuela exportara, en el año 1998, más de 600 mil quintales de café para el mundo, en la actualidad se depende casi al 100% de la importación. Así lo informó Maximiliano Pérez, quien fue presidente de la Federación de Caficul­tores del país.

El defensor de este gre­mio productor detalla que para diciembre de 2017 se trae producto desde Nicaragua, Costa Rica, Bolivia, Honduras, entre otros países y que suman un millón 200 mil quintales anuales en importación.

“Y lo más pre­ocupante de la situación, es que esa cantidad no cubre toda la demanda”, atiza, al tiempo que argu­menta que la producción nacional está de capa caída pues apenas alcanza los 250 mil quintales.

A su juicio, el estado de los agricultores “está más allá del suelo, los tienen metidos en fosa”, luego que el presidente Chávez decretara que el 70% de la producción cafetera debía ser distribuido por el gobierno nacional, pa­ra los consejos comuna­les, actualmente los CLAP. Aseguró que aun­que se otorgaron créditos con plazos de cuatro años, al colocarle un “precio justo” al rubro se pierde gran parte de in­versión y de la ganancia.

Comentó que la dificul­tad para la adquisición de divisas para la compra de equipos e insumos hace aún más cuesta arriba la labor agricultora.

Criticó que Venezuela pague a Nicaragua 237 dólares por quintal, cuando nacionalmente no llega ni a 10 dólares. Asimismo añade que la siembra de café requiere de mano de obra que no puede ser mecanizada, sin embargo, debido al estado crítico del sector, caficultores se encuen­tran emigrando a otros países.

Claman seguridad

Pérez señaló que los ca­ficultores se encuentran desprotegidos jurídica­mente, y que el único in­centivo que reciben son amenazas “expropiación, es la palabra con la que nos motivan”, dijo. Por otro lado, los trabajado­res del campo, denun­cian ser blancos de cons­tantes robos, que tampo­co son reconocidos por el Ejecutivo nacional y sólo empeora las condiciones en las que deben produ­cir.”

Les roban las bom­bas de agua, que perjudi­ca consideradamente el sistema de riego de las cosechas”enfatizó Pérez.

Información de: Diario La Prensa.