La policía de Colombia recibió dos ataques con explosivos en las últimas horas, uno en la frontera con Venezuela y otro al noroeste del país, al parecer de autoría del ELN informaron las autoridades este miércoles.
Tras el atentado con un carro bomba, que mató a 20 jóvenes estudiantes de una academia de policía y al presunto atacante el pasado jueves en Bogotá, “el ELN ha venido muy activo con amenazas”, explicó a medios el coronel Giovanny Buitrago, comandante de policía en Arauca, donde ocurrió una de las agresiones, indicó AFP.
En ese departamento fronterizo, hacia las 10 de la noche, dos personas en motocicleta “lanzaron un artefacto explosivo, al parecer una granada, contra una de las garitas de la estación de policía de Saravena”, agregó.
Los uniformados neutralizaron a uno de los atacantes, que fue entregado más tarde a autoridades judiciales, y el otro fue abatido. Dos transeúntes, al parecer de nacionalidad venezolana, resultaron heridos, según información oficial.
Horas más tarde, en la madrugada de este miércoles, “desconocidos que serían integrantes del ELN” lanzaron una granada contra una patrulla policial, en el municipio de Anorí, en el departamento de Antioquia.
“Ninguno de los patrulleros de ese municipio resultó herido en el ataque”, indicaron las autoridades en un comunicado.
Reconocida como la última guerrilla de Colombia tras el desarme y transformación en partido de las FARC en 2017, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) cuenta con unos 1.800 combatientes y una amplia red de apoyo en ciudades.
Tras el ataque con carro bomba, el presidente de derecha Iván Duque clausuró las negociaciones de paz con esa organización armada y anunció la reactivación de las órdenes de captura contra sus negociadores.
Las conversaciones fueron instaladas por el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos en febrero de 2017 en Quito y luego trasladadas a La Habana, donde aún están los negociadores rebeldes.
Surgida en 1964 bajo el influjo del Che Guevara, el ELN reivindica una política nacionalista y es junto a disidencias de las FARC y bandas narcotraficantes de origen paramilitar, el principal desafío en seguridad que enfrenta Colombia.
El Universal
