El papa León XIV hizo un llamado el viernes a la defensa de la dignidad de los migrantes durante su discurso ante el cuerpo diplomático acreditado en la Santa Sede. En su intervención en el Aula Pablo VI, el papa subrayó que la dignidad de cada migrante es “siempre la misma, la de una criatura querida y amada por Dios”.
León XIV destacó la importancia de la voz de la Santa Sede en el actual “cambio de época” y señaló que no se puede ignorar “los numerosos desequilibrios y las injusticias” que perpetúan “condiciones indignas de trabajo” y contribuyen a una sociedad “cada vez más fragmentada y conflictiva”. En este contexto, hizo un llamado a abordar las desigualdades globales, que generan amplias brechas de opulencia e indigencia, tanto entre continentes como dentro de las propias naciones.
El Papa instó a los responsables de gobierno a trabajar por la construcción de sociedades armoniosas y pacíficas, enfatizando la gente de invertir en la familia como núcleo esencial, fundada en la unión estable entre hombre y mujer. “Nadie puede eximirse de favorecer contextos en los que se tutelen la dignidad de cada persona, especialmente de aquellos más vulnerables, desde el niño por nacer hasta el anciano, pasando por el enfermo y el desocupado, sean estos ciudadanos o inmigrantes”, afirmó.

León XIV compartió su experiencia personal como un ciudadano de raíces inmigrantes, señalando que cada individuo puede encontrarse en distintas circunstancias a lo largo de su vida, naturalizando tanto la salud como la enfermedad, el trabajo o el desempleo, y resaltó que “su dignidad, sin embargo, es siempre la misma”.
En su primer encuentro con el cuerpo diplomático, el pontífice también abogó por revitalizar la diplomacia multilateral y las instituciones internacionales diseñadas para resolver las controversias en la comunidad global. Asimismo, mencionó la reciente petición del Papa Francisco durante la celebración del Domingo de Resurrección, donde instó a abandonar la “carrera al rearme”.
Con una mirada hacia el futuro, el Papa concluyó su discurso afirmando que “es un tiempo de conversión y renovación”, haciendo un llamado a dejar atrás las disputas y a iniciar un nuevo camino. “Animados por la esperanza, podemos trabajar juntos para construir un mundo en el que cada persona pueda realizar su humanidad en la verdad, la justicia y la paz”, concluyó León XIV ante los diplomáticos presentes.
Esta llamada a la acción se alinea con el compromiso continuo de la Santa Sede por promover la paz y la dignidad humana en un contexto internacional complejo.
Carla Martínez / Con información de Globovision