Papa Francisco: “Recemos por la Iglesia a María Auxiliadora”

Este lunes, “Día de María Auxiliadora” y de “María Madre de la Iglesia”, el Santo Padre invitó a rezar por toda la Iglesia Universal, para pedir la infusión del Espíritu Santo que descendió sobre los Apóstoles el Día de Pentecostés

Vaticano | El Papa Francisco invitó a rezar juntos este lunes, Festividad de María Auxiliadora y Memoria de María Madre de la Iglesia, por la Iglesia para que el Espíritu descienda sobre todos con el fuego de su amor y por los fieles en China; así lo expresó el Pontífice a través de dos mensajes, difundidos por medio de su cuenta oficial en español en la red social Twitter.

El Santo Padre alentó a encomendarse a la “maternal intercesión de María santísima, a fin de que el Espíritu Santo descienda abundantemente sobre la Iglesia de nuestro tiempo, colme los corazones de todos los fieles y encienda en ellos el fuego de su amor”.

De igual manera, el Obispo de Roma, pidió a rezar juntos a la Santísima Virgen María, Auxilio de los cristianos, por “nuestros queridos hermanos y hermanas de China” para que “el Espíritu Santo les ayude a ser portadores de la buena nueva, testigos de caridad, constructores de justicia y paz en su patria”.

Es de hacer notar, que la devoción a la Virgen Auxiliadora surge desde los primeros cristianos en Grecia, Egipto, Antioquía, Éfeso, Alejandría y Atenas quienes acostumbraban llamar a la Santísima Virgen con el nombre de “Auxiliadora”, que en griego es “Boetéia” y significa “La que trae auxilios venidos del Cielo”.

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El primer Padre de la Iglesia que llamó a la Virgen María con el título de “Auxiliadora” fue San Juan Crisóstomo en el año 345, en Constantinopla; siendo luego, San Juan Bosco el gran propagador del amor a esta advocación mariana, porque la misma Virgen se le apareció en 1860 para señalar el lugar en Turín (Italia) donde debía ser construido un templo en su honor, pidiéndole ser honrada bajo el título de “María Auxiliadora”.

Por último, en el año 2019, el Papa Francisco invitó a pedir al Señor “la gracia de ser hombres y mujeres de oración, y recordar ante el Padre a todos nuestros hermanos y hermanas, especialmente a los más necesitados y abandonados, para que a ninguno le falte el auxilio, el consuelo y el amor de la Madre”.

AV / Con información de Aciprensa