La pandemia del coronavirus facilitó la incorporación al mercado laboral de migrantes y refugiados venezolanos del sector salud en América Latina y reveló el papel esencial que desempeñan como actores de desarrollo en la región, a pesar de ejercer sus labores en condiciones poco favorables.

Así lo revela un estudio divulgado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que busca visibilizar el aporte de este cuerpo de profesionales de la salud proveniente de Venezuela en la lucha contra la covid-19 en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Perú.

La OIT estima que, en estos países de acogida, hay al menos 20.000 médicos venezolanos, aunque advierte que las cifras reales podrían ser «significativamente superiores», a falta de datos oficiales.

El informe «El aporte de las personas refugiadas y migrantes venezolanas frente a la pandemia de la covid-19 en los servicios esenciales de salud» subraya que la respuesta de algunos países para superar el déficit de profesionales sanitarios abrió puertas a refugiados venezolanos que comenzaron a laborar en la primera línea de la batalla contra el virus, independientemente de contar o no con los requisitos legalmente establecidos.

«Los trabajadores migrantes y refugiados, lejos de ser ‘vulnerables’, han sido pilares de las economías de la región desde que empezó la pandemia», señaló el director de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro.

Apenas 52 % de los profesionales sanitarios venezolanos ejerce su profesión, pues solo tres de los seis países analizados – Perú, Chile y Argentina – promulgaron decretos que promueven la contratación temporal y transitoria de profesionales de salud nacionales y extranjeros durante la emergencia sanitaria.

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Información de: EFE