Nueva jornada de disturbios contra el racismo en EE.UU.

Bombonas de gas lacrimógeno explotan cerca de unidades de la policía que intentan desarticular una protesta por la muerte de George Floyd, en Detroit, Michigan, el 30 de mayo de 2020.

Nueva jornada de disturbios contra el racismo en EE.UU. La policía dispersó el domingo a los manifestantes con gases lacrimógenos frente a la Casa Blanca.

Los manifestantes infringieron el toque de queda impuesto en Washington y otras ciudades de EE.UU, escenarios de protestas contra el racismo y la brutalidad policial.

La rabia tras la muerte de George Floyd a manos de un policía se extendió por todo el país, las manifestaciones se acumulan desde entonces.

Para evitar nuevos disturbios, miles de soldados de la Guardia Nacional fueron desplegados en 15 estados y en Washington.

Ademas, se dispuso el toque de queda en varias ciudades además de la capital, entre ellas Houston y Los Ángeles.

En Saint Paul, ciudad contigua a Minneapolis, miles de personas se manifestaron el domingo contra el racismo y los policías implicados en el caso Floyd.

Por el momento, solo uno de ellos, Derek Chauvin, fue detenido e inculpado de homicidio involuntario.

Él es el agente que aparece en el vídeo del arresto de Floyd, que se viralizó en las redes sociales.

En la grabación se ve cómo clava su rodilla en el cuello de Floyd durante largos minutos mientras la víctima advertía que no podía respirar.

Nueva jornada de disturbios contra el racismo en EE.UU. El agente Chauvin comparecerá el lunes por primera vez ante un tribunal por este caso.

Varios responsables locales aseguraron entender los motivos del malestar, pero exhortaron a los manifestantes a mantener la calma antes de la sexta noche de protestas.

“Tenemos hijos negros, hermanos negros, amigos negros, no queremos que mueran. Estamos cansados de que esto se repita, esta generación no se dejará arrasar. Estamos hartos de la opresión”, dijo a la AFP en Saint-Paul la manifestante Muna Abdi, una mujer negra de 31 años.

Otras manifestaciones tuvieron lugar en Washington, Miami y Nueva York.

“Black Lives Matter” (“La vida de los negros vale”), “No puedo respirar” (últimas palabras pronunciadas por Floyd) son las consignas más coreadas en las protestas.

El exvicepresidente y candidato presidencial, Joe Biden, dijo haber acudido el sábado a una manifestación contra el racismo celebrada en su estado, Delaware.

El despliegue de las fuerzas de seguridad no impidió que se produjeran saqueos en varias tiendas de un centro comercial de lujo en Santa Mónica, en el condado de Los Ángeles.

“Por favor, vuelvan a casa temprano, quédense en casa (…) Debemos volver a lo urgente, que es la construcción de la justicia, no quemar una ciudad”, dijo el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, en el canal de noticias CNN.

Pese a la presencia policial, la violencia se apoderó en la noche del sábado de ciudades como Nueva York, Filadelfia, Dallas, Las Vegas, Seattle, Des Moines, Memphis, Los Ángeles, Atlanta, Miami, Portland, Chicago y la capital.

Hubo cortes de carreteras e incendios de vehículos y comercios, mientras agentes policiales, desplegados en gran número, respondieron con gases lacrimógenos y en algunos casos con balas de goma.

El presidente Donald Trump, que afronta los desórdenes civiles más importantes de su mandato mientras el país se ve duramente afectado por la pandemia de covid-19, prometió “frenar la violencia colectiva” y denunció a los “extremistas de izquierda radicales”, en particular al movimiento “Antifa” (antifascista), al cual incluirá en la lista de organizaciones terroristas, según anunció.

El domingo, retuiteó el mensaje de un presentador de radio conservador que decía: “esto no parará hasta que la gente de bien se muestre dispuesta a hacer uso de una fuerza aplastante contra los malos”.

La alcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms, comparó en numerosas oportunidades la actual situación con los enfrentamientos de Charlottesville, donde choques entre supremacistas blancos y antifascistas causaron un muerto y decenas de heridos en agosto de 2017. Trump comentó entonces que había “gente muy bien” de ambos lados.

“El presidente agrava las cosas”, dijo la alcaldesa a CBS.

Trump “debe unir a nuestro país (…), no atizar el fuego”, dijo a su vez Nancy Pelosi, la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, a la cadena ABC.

La leyenda del baloncesto Michael Jordan mostró el domingo su apoyo a los manifestantes y denunció “el racismo y la violencia arraigados” en Estados Unidos. “Ya hemos tenido suficiente”.

Y el británico Lewis Hamilton, séxtuple campeón mundial de Fórmula 1, denunció el silencio de “las grandes estrellas” del circuito “dominado por los blancos”.

Las protestas contra la brutalidad policial y el racismo en Estados Unidos se extendieron el domingo a Londres y Montreal, y a Nueva Zelanda el lunes.

China denunció la “enfermedad crónica” del racismo en Estados Unidos.

De su lado, Irán, enemigo jurado de Washington, denunció la “opresión” del pueblo estadounidense y llamó a la policía a “frenar la violencia contra la población y dejarla respirar”.

Información: AFP