Nueva cultura de comercio informal por Whatsapp a causa del COVID-19

Woman showing a WhatsApp Messenger icon

Nueva cultura de comercio informal por Whatsapp a causa del COVID-19, donde se vende todo tipo de bienes y servicios conformado por personas cercanas.

Mediante grupos de Whatsapp, esta actividad está experimentando un crecimiento exponencial, motivado por la cuarentena generada por la pandemia.

¿Por qué en Whatsapp?

Porque este servicio de red social es de tipo socio-céntrico, es decir, promueve la creación de grupos de personas en torno a temas o problemas comunes.

Mediante la creación de dichos grupos, el servicio de la red social facilita el contacto local comunitario.

Este fenómeno de crecimiento en tráfico local de los servicios de redes sociales es más notorio en los que ofrecen llamadas en grupos.

“Instagram, Facebook, Messenger y Whatsapp, incrementaron el tiempo de duración de las llamadas grupales en el último mes en 1000%, reportó la casa matriz (FaceBook)”. Reseñado en marzo por en el sitio Techcrunch.

WhatsApp creció un 40% en su uso, se elevó a 21% los primeros días de la pandemia para llegar a 41% en su fase media.

En los países que se encuentran en la fase final de la pandemia este uso ha llegado a 51%, según el estudio realizado a más de 25.000 consumidores en 31 mercados, por la firma consultora Kantar, citado en el articulo antes referido.

En el estudio referido, también se reportó que los consumidores/usuarios no confían en los servicios de redes sociales como proveedores de noticias críticas sobre la infección covid-19. Canales de noticias nacionales y sitios web de agencias gubernamentales fueron consideradas mejores opciones.

Con el 58% y 48%, respectivamente, de repuestas favorables de quienes participaron en la encuesta, identificándolas como fuentes confíales de noticas e información.

Solo un 11% de los encuestados consideró como confiables, en este aspecto, a los servicios de redes sociales. 

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¿Dónde está es el detalle?

El detalle está en su operación foránea, externalizando los servicios basados en las tecnologías de información.

Es como si para enviar un paquete a su vecino de al lado, su requerimiento es atendido en una de las taquillas, fuera del país.

Allí se recibe su encomienda, se transporta en su red privada, luego retorna al país por el aeropuerto y es entregado a su vecino.

Todo este servicio es prestado por una empresa extranjera que no tiene presencia jurídica ni comercial en el país. Con lo cual, de un día, o peor aún, de un momento a otro “apaga la luz y chao pescao”.

Hay otro aspecto que se aprecia en este fenómeno de economía informal, el de la inflación monetaria, todo se expresa en dólares estadounidenses; en la oferta, se desplaza al Bolívar como “unidad de cuenta” y no se sabe en qué proporción la moneda estadounidense comienza a circular en las transacciones de compra y venta.

En las ofertas de estos bodegones de Whatsapp o similares, los precios aún siguen aumentando, lo que quiere decir que la divisa ya comienza a perder valor de compra en el país, ¡insólito!.

Si el vendedor no tiene sencillo le dicen “llévese más hasta completar el pago” o le dicen “solo tengo vuelto en bolívares” o “no se aceptan billetes de USD 1 o de baja denominación” o “no se aceptan billetes deteriorados”, etcétera; práctica que ya se sabe es habitual en la economía distorsionada del país.

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Es el bodegón que se trasladó a Whatsapp. Es la economía oculta al Estado-Nación, a su regulación, ausente de toda defensa de sus derechos como consumidor y usuario.

Nueva cultura de comercio informal por Whatsapp a causa del COVID-19. Una economía que solo conoce Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, porque se da en su patio.

Al fin libres del Estado-Nación, pero en absoluta indefensión ante el privado.

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