Según el fundador de Ring, Jamie Siminoff, la estrambótica idea surgió porque algunos clientes querían una cámara para cosas como comprobar si se habían dejado una ventana abierta. “En lugar de simplemente alentarles a que compren más cámaras y las instalen en más lugares de la casa —dice Siminoff—, queríamos crear una cámara que pudiera brindar a los usuarios la flexibilidad de elegir el punto de vista que deseen de su hogar”.
La Always Home Cam esconde sus rotores en una cubierta de plástico que se acopla a una discreta base de carga enchufada a la corriente. La cámara queda oculta en la base cuando el dron no está volando, lo que significa que no puede grabar nada hasta que abandona la base y comienza a volar por una de las rutas preestablecidas. La Ring Always Home Cam saldrá a la venta el año que viene por 250 dólares.