Varios Gobiernos se pronunciaron tras un anuncio del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de EE. UU., que revocó el programa de estudiantes y visitantes extranjeros de Harvard, citando, entre otros temas, supuestos vínculos de la universidad con el Partido Comunista chino.
China rechazó las acusaciones como infundadas y criticó las medidas adoptadas por Washington, a las que calificó de «ilegales», instando a su retirada lo antes posible.
China «se opone a la politización de los intercambios educativos»
«La cooperación educativa entre China y Estados Unidos es mutuamente beneficiosa», declaró la portavoz de Exteriores Mao Ning, quien recalcó que Pekín «se opone firmemente a la politización de los intercambios educativos» y «rechaza los ataques infundados y difamaciones contra China». La medida «perjudicará la imagen y la reputación internacional de Estados Unidos», agregó.
La vocera también aseguró que el país asiático «protegerá con firmeza los derechos e intereses legítimos de los estudiantes y académicos chinos en el extranjero».
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Japón observa «con alto interés»
El Gobierno de Japón observa «con alto interés» y «trabajará para frenar los efectos de la prohibición» de la Administración Trump a la Universidad de Harvard de matricular a estudiantes extranjeros, dijo ante los medios el portavoz del Ejecutivo nipón, Yoshimasa Hayashi.
La medida afecta a un gran número de estudiantes japoneses, informó el portavoz, quien estudió un Máster de Administración Pública en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de Harvard.

Australia pide «detalles sobre esta decisión»
«Seguimos de cerca los acontecimientos en la Universidad de Harvard en relación con la declaración de la Administración sobre la futura inscripción de estudiantes internacionales. La Embajada está trabajando con el Gobierno de Estados Unidos para obtener los detalles sobre esta decisión», apuntó por su parte en X el embajador de Australia en Estados Unidos, Kevin Rudd.
«Tenemos la intención de dialogar con la Administración (de EE.UU) de forma más amplia sobre el impacto de esta decisión para los estudiantes australianos y sus familias, tanto en Harvard como en otros campus de Estados Unidos», dijo el diplomático, quien ejerció en dos ocasiones como primer ministro de Australia (2007-2010 y entre junio y septiembre de 2013).
Alemania: «Es una decisión muy mala»
«Es una decisión muy mala. Espero que sea revocada», declaró la ministra alemana de Investigación, Dorothee Bär. «Me entristece profundamente. No es una señal positiva, ni para la generación de jóvenes ni para el mundo libre», añadió la política conservadora.
«Notamos un cambio, no solo por parte de estudiantes estadounidenses que quieren venir a nuestro país, sino también de otros países, como China e India, que eligen Europa», afirmó en una entrevista con la emisora alemana Bayern 2. «Nunca pensé, como defensora del vínculo transatlántico, que el punto neurálgico de la libertad académica sería algún día cuestionado», concluyó.
Con información de Globovisión.