Desde 1917 los odontólogos están haciendo un trabajo completamente excepcional, dando un cuidado eficaz a todo aquel que acude a ellos, sin embargo a más de uno le casaría pavor estar en la manos de una persona que quiere meter artefactos en tu boca el miedo a asistir a una simple visita al dentista se llama Dentofobia, ¿podrás superarla?.

Quiza hablar de la Dentofobía es algo poco usual pero el equipo de Noticias Barquisimeto te documenta a cerca de esto, Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a los dentistas, y a acudir a sus consultorios.

También se conoce como fobia dental o miedo dental. Existe alguna controversia sobre si este miedo es o no “irracional”, ya que por lo general la dentofobia está causada por malas experiencias previas. Puede discutirse que el miedo a los dentistas es lógico, ya que se requieren instrumentos metálicos afilados y tornos para ser colocados en la boca, que es una de las áreas del cuerpo humano con mayor sensibilidad al dolor.

MIEDOS

Superar o no el miedo a ir al dentista más que algo de madurez o simplemente de caer en cuenta que solo sera una visita médica, puede ser más complicado para ciertas personas, por ello aquí ocho trucos para superar los miedos al dentista.

1. Encuentra un dentista comprensivo

Puedes preguntarle a tus amigos y conocidos o buscar específicamente un profesional que se especialice en pacientes con ansiedad.

2. Visita la clínica antes de la primera consulta

Antes de pedir tu primera cita, visita la clínica, conoce al recepcionista y al dentista y mira cómo es el ambiente. También puedes informarles de tu ansiedad o fobia para que lo tengan en cuenta para tus futuras visitas.

Paciente en el dentista
Algunos de estos consejos también pueden ayudar a los niños a establecer una relación normal con los dentistas desde una edad muy temprana.

3. Elige una cita a primera hora de la mañana

Así tendrás menos tiempo para pensar en tu fobia e ir acumulando ansiedad durante el día

4. No llegues antes de tiempo a tu cita

Trata de llegar a la hora en punto para no tener que esperar en la clínica. En la sala de espera puedes sentirte más ansioso ante los sonidos y olores.

5. Planea una primera cita “suave”

No te metas de buenas a primeras en empastes, endodoncias y anestesias. La primera visita puede ser una revisión o una limpieza, y puedes aprovecharla como una manera de conocer un poco más a tu dentista en una visita totalmente libre de ansiedad. Cuando te sientas más cómodo puedes proceder a hacer tratamientos más complicados.

Dentista con instrumentos
Ahora “todo es más discreto que antes, con instrumentos que no están a la vista y música relajante de fondo. Hasta los tornos hacen menos ruido”, dice la consultora dental Karen Coates.

6. Acuerda una señal para avisar que te sientes incómodo

Puedes acordar con tu dentista una señal concreta para indicarle que necesitas un descanso y quieres que pare. Puede ser simplemente señalar con el dedo o levantar la mano pero te hará sentirte más en control.

7. Lleva tu propia música para relajarte y distraerte

No olvides tus auriculares y tu música favorita para relajarte o abstraerte mientras el dentista hace su trabajo. El tiempo se te pasará mucho más rápido y probablemente no escuches tanto los sonidos que te generan ansiedad.

8. Finalmente, si tienes una fobia grave, explora la posibilidad de sedación

Si ir al dentista te genera una ansiedad extrema puedes explorar la posibilidad de sedación.

Paciente en el dentista
Hoy en día es posible hacer tratamientos dentales totalmente sin dolor.

Hoy en día es posible hacer tratamientos totalmente sin dolor. Una crema local en las encías puede hacer que no sientas la inyección de anestesia.

Pero además hay modernos sistemas de anestesia con una “varita mágica dental” que tiene el aspecto de un bolígrafo y administran la anestesia tan lentamente que el paciente no lo nota.

Además existe la sedación por inhalación que puede ser muy útil para relajarser durante el procedimiento dental. Es una opción parecida al “gas de la risa” que se le administra a través de la boca a las mujeres que dan a luz, pero en este caso a través de la nariz.

Finalmente si la fobia es grave y el paciente lo desea, también existe la sedación intravenosa durante el tratamiento, a través de la mano o el brazo. La anestesia no tiene por qué ponerte a dormir, puedes permanecer despierto y hablar con el dentista, pero te relajarán tan profundamente que probablemente no recuerdes bien qué ocurrió.