«Mi hijo no quiere ir al colegio» Los problemas que enfrentan los padres con el inicio del año escolar

Más allá de un simple «no quiero ir», la aversión al colegio se manifiesta de diversas maneras. Las señales físicas incluyen dolores de cabeza, de estómago, náuseas o fatiga que suelen aparecer de forma repentina antes de ir a clases. En cuanto a las señales emocionales, puede haber un aumento de la irritabilidad, llanto excesivo, apatía o regresión a comportamientos infantiles, como chuparse el dedo o mojar la cama.

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Una pregunta clave para los padres es cómo diferenciar una aversión temporal, quizás por un examen o un pequeño conflicto, de un problema más profundo como la fobia escolar o el acoso, le preguntamos a la psicóloga Samira Castillo ¿Cuáles son las claves para identificar esta diferencia?

R: La diferencia principal radica en la persistencia y la intensidad de los síntomas. Una aversión temporal suele ser esporádica y vinculada a un evento específico, como un examen o un tema mucho más complejo, como el acoso o bullying y que suele ser un problema y que a diario es común en los colegios. El niño muestra resistencia por un día o dos, pero luego vuelve a su rutina sin mayores complicaciones.

Sin embargo, cuando hablamos de un problema más profundo, la resistencia es constante y viene acompañada de un alto nivel de ansiedad y malestar físico. Los niños pueden tener ataques de pánico, temblores o un llanto incontrolable ante la sola idea de ir al colegio. Además, estos síntomas no desaparecen una vez que el niño está en casa; se mantienen incluso los fines de semana.

"Mi hijo no quiere ir al colegio" Los problemas que enfrentan los padres con el inicio del año escolar
«Mi hijo no quiere ir al colegio» Los problemas que enfrentan los padres con el inicio del año escolar

¿Qué hacer cuando la situación del niño no mejora?

Si los padres notan que la situación no mejora a lo largo de las semanas y la angustia del niño es extrema, es un claro indicio de que necesitan buscar ayuda profesional para descartar problemas como la fobia escolar o el acoso.

¿Qué factores psicológicos pueden estar detrás de esta resistencia?

R: Los motivos son variados y a menudo se entrelazan. En los niños más pequeños, la ansiedad por separación es un factor muy común. Les cuesta desprenderse de sus figuras de apego. En niños más grandes, el miedo al fracaso académico es un gran detonante. Se sienten abrumados por la presión de las notas y las expectativas, y el colegio se convierte en un lugar de constante estrés.

Por otro lado, un niño que se siente aislado o que es víctima de burlas o agresiones no querrá ir a un lugar que asocia con el dolor y la humillación. También, problemas familiares, como un divorcio o la enfermedad de un familiar, pueden influir en el niño, quien puede sentir que debe quedarse en casa para cuidar a su familia.


¿Qué es el bullying?

El bullying, también conocido como acoso escolar, es un tipo de violencia repetida que se produce entre compañeros. Un individuo o un grupo de personas hostiga, intimida o maltrata a otra. Esta forma de violencia se caracteriza por un desequilibrio de poder, donde el acosador o los acosadores son física o psicológicamente más fuertes que la víctima.

El acoso puede manifestarse de diversas maneras, causando daños tanto físicos como psicológicos. A menudo ocurre dentro del entorno escolar, pero sus efectos pueden extenderse a la vida de la víctima fuera de la escuela. Las razones detrás del acoso suelen ser discriminatorias e incluyen:

  • Apariencia física
  • Orientación sexual
  • Nacionalidad
  • Nivel socioeconómico
  • Creencias religiosas
  • Discapacidades

El bullying no solo afecta a la víctima, sino que también tiene un impacto negativo en el acosador y en los testigos, creando un ambiente de miedo e inseguridad para todos.

¿Qué estrategias iniciales pueden implementar los padres en casa para ayudar a sus hijos a enfrentar esta situación?

R: Lo primero y más importante es la comunicación. Los padres deben crear un espacio seguro donde el niño se sienta cómodo para hablar de lo que siente sin ser juzgado. Es crucial validar sus sentimientos en lugar de minimizarlos con frases como «eso es una tontería» o «solo son cosas de niños».

Los padres también pueden establecer una rutina matutina calmada y predecible, evitando las prisas y el estrés. Es útil acompañar al niño, si es posible, hasta la entrada del colegio y despedirse con un mensaje de apoyo y confianza. El objetivo es que el niño sienta que cuenta con el respaldo incondicional de sus padres

El rol del colegio y los educadores

¿Cómo deberían actuar los profesores y el personal del colegio ante la negativa de un estudiante a asistir a clases?

R: Los profesores y maestros, deben ser un aliado de la familia en este proceso. Los educadores, son los primeros en notar los cambios de comportamiento del niño en el aula. Deben actuar con empatía y sensibilidad, evitando avergonzar al niño. Una buena práctica es que el docente hable a solas con el estudiante para entender la situación desde su perspectiva. Es fundamental que la escuela tenga un protocolo de comunicación con los padres y que se trabajen juntos en un plan de acción.

Esto puede incluir un tutor o un consejero escolar que sirva como punto de apoyo para el niño durante el día escolar, o la implementación de un sistema de «amigos de apoyo» para promover la inclusión social.

Finalmente, ¿qué tipo de terapias o intervenciones psicológicas han demostrado ser efectivas para tratar la fobia escolar o la ansiedad por la separación?

R: La terapia que ha demostrado ser más efectiva en estos casos es la Terapia Cognitivo-Conductual. Esta terapia ayuda al niño a identificar los pensamientos negativos y los miedos irracionales que están detrás de su aversión al colegio. El terapeuta enseña al niño a desarrollar habilidades de afrontamiento para manejar la ansiedad de manera gradual.

Un ejemplo es la exposición gradual, donde el niño es expuesto de a poco a la situación que le genera miedo, comenzando por visitar la escuela por poco tiempo y luego aumentando la duración. En muchos casos, también es recomendable incluir a los padres en el proceso a través de la terapia familiar para asegurar que el ambiente en casa sea de apoyo y para que aprendan a manejar la situación de la mejor manera.

"Mi hijo no quiere ir al colegio" Los problemas que enfrentan los padres con el inicio del año escolar
«Mi hijo no quiere ir al colegio» Los problemas que enfrentan los padres con el inicio del año escolar

La negativa de un niño a ir al colegio es una señal de alerta que va más allá de un capricho. Podría indicar un problema más grave como fobia escolar o acoso, distinguible por la persistencia e intensidad de los síntomas físicos (dolores de estómago) y emocionales (ataques de pánico). Los factores detrás de esta resistencia son diversos, desde ansiedad por separación y miedo al fracaso hasta el bullying.

Por: Edwin «Sports» Hevia / NB