Maritza Sayalero, la pionera que hizo vibrar a Venezuela y puso la primera corona de Miss Universo en casa

Cada vez que una venezolana pisa una pasarela internacional, el corazón de miles late con esperanza. Pero hay una fecha que marcó un antes y un después, un momento en que nuestro país gritó por primera vez «¡Ganamos!». Hoy recordamos a la mujer que inició esa tradición dorada: Maritza Sayalero, la pionera que hizo vibrar a Venezuela y puso la primera corona de Miss Universo en casa

Un 20 de julio de 1979: La noche que cambió la historia

Retrocedamos en el tiempo a una noche mágica del 20 de julio de 1979. El escenario era el Perth Entertainment Centre, en Perth, Australia. Los ojos del mundo estaban puestos en ese certamen de Miss Universo. Con la madrugada ya avanzada en nuestro país, la emoción se palpaba en cada casa donde se seguía la transmisión.

Maritza, con su carisma, su figura imponente y esa sonrisa que desarmaba, se fue abriendo paso entre las concursantes. Ese momento cumbre, cuando fue anunciada como la ganadora, sigue siendo uno de los más icónicos en la historia de la televisión venezolana. El grito de «¡Venezuela!» y la imagen de su rostro desbordante de alegría mientras recibía la corona, quedaron grabados para siempre en la memoria colectiva.

Detrás de la corona: Disciplina, elegancia y el «Zar de la Belleza»

Ser la primera Miss Universo de Venezuela no fue casualidad. Maritza Sayalero, una caraqueña nacida en 1961, había sido coronada Miss Venezuela el 10 de mayo de 1979. Para ese momento, y para la preparación de Maritza y las futuras reinas, la cabeza de la Organización Miss Venezuela era ya una figura legendaria: el inigualable Osmel Sousa.

Si bien la «era Osmel» se consolidaría aún más en las décadas siguientes, su visión y su exigencia ya estaban presentes. Maritza Sayalero no solo era bella, sino que tuvo una preparación rigurosa. Aunque en ese entonces no existían los complejos «cursos de oratoria» o las transformaciones físicas que veríamos años después, la preparación de Maritza se centró en pulir su elegancia, su desenvolvimiento, su inglés y, sobre todo, en potenciar esa chispa natural que la hacía destacar. La preparación era más artesanal, pero igual de efectiva, con énfasis en el glamour, la pasarela y la proyección de una imagen sofisticada. Se buscaba que la representante venezolana transmitiera seguridad y confianza, algo que Maritza logró con creces.

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Maritza Sayalero, la pionera que hizo vibrar a Venezuela y puso la primera corona de Miss Universo en casa

El antes y el después: Venezuela se vuelve una potencia de la belleza

La victoria de Maritza Sayalero fue, sin exagerar, un auténtico terremoto para la industria de la belleza en Venezuela. Antes de ella, si bien el Miss Venezuela ya era un evento importante, la percepción de que una venezolana pudiera ganar un Miss Universo era más bien un sueño lejano. La corona de Maritza lo cambió todo:

  • Nacimiento de la «fábrica de reinas»: Su triunfo cimentó la reputación de Venezuela como una «fábrica de reinas». La organización Miss Venezuela, bajo el mando de Osmel Sousa, empezó a ser vista como una de las más exitosas y meticulosas del mundo.
  • Aumento del interés nacional: El concurso Miss Venezuela cobró un auge sin precedentes. Cada año, la expectativa por la representante que enviaría el país creció exponencialmente. Las niñas soñaban con ser Miss Venezuela, y las familias se reunían frente al televisor para ver la «Noche más linda».
  • Inversión y profesionalización: La victoria de Maritza impulsó una mayor inversión y profesionalización en la preparación de las misses. Se empezaron a perfeccionar las técnicas de pasarela, oratoria, estilismo y entrenamiento físico, buscando ese «plus» que llevara a Venezuela a seguir cosechando triunfos.
  • Orgullo nacional: Cada corona de Miss Universo, y la de Maritza fue la primera, llenó a Venezuela de un inmenso orgullo. En un país que ya vibra con el deporte y la música, los certámenes de belleza se sumaron a la lista de logros que nos unían como nación.

Hoy recordamos a Maritza Sayalero, la mujer que con su sonrisa y su gracia, abrió la puerta a una era dorada para la belleza venezolana. Su triunfo no fue solo personal; fue una victoria para un país entero, un recordatorio de que con preparación, confianza y carisma, los sueños más grandes pueden hacerse realidad.

Pedro Montilla / NB