Los pacientes con Parkinson pueden beneficiarse de 7 estrategias para poder caminar

Varias estrategias pueden ayudar a las personas con Parkinson que tienen dificultad para caminar, pero un nuevo estudio encuentra que muchas personas nunca han oído hablar de estas estrategias o las han probado, según advierten en el número online de ‘Neurology’, la revista médica de la Academia Americana de Neurología.

El estudio también ha descubierto que la eficacia de las diferentes estrategias de compensación dependía del contexto en el que se utilizaban, como en el interior o en el exterior, bajo presión de tiempo o no.

«Sabemos que las personas con Parkinson a menudo inventan espontáneamente ‘desvíos’ creativos para superar sus dificultades para caminar, con el fin de seguir siendo móviles e independientes», apunta la autora del estudio Anouk Tosserams,del Centro Médico de la Universidad Radboud en Nijmegen (Países Bajos).

«Por ejemplo, la gente camina al ritmo de un metrónomo, imitando la forma de andar de otra persona o contando en su cabeza –explica–. Descubrimos que la gente rara vez está informada de todas las estrategias de compensación. Cuando lo están, las personas suelen encontrar las estrategias que mejor se adaptan a ellas y a sus circunstancias particulares».

Para el estudio, los investigadores encuestaron a 4.324 personas con Parkinson y con impedimentos para caminar. Estos incluyen problemas como el desequilibrio, arrastrar los pies, caerse, tambalearse y quedarse como congelados. De los participantes, el 35% encontró que sus dificultades para caminar afectaban a su capacidad para realizar sus actividades diarias habituales y el 52% tuvo una o más caídas en el último año.

La encuesta explicaba las siete categorías principales de estrategias de compensación. Se trata de: indicaciones internas, como caminar contando mentalmente; indicaciones externas, como caminar al ritmo de un metrónomo; cambio de los requisitos de equilibrio, como hacer giros más amplios; alteración del estado mental, que incluye técnicas de relajación; observación de la acción e imágenes motoras, que incluye ver a otra persona caminar; adaptación de un nuevo patrón de marcha, como saltar o caminar hacia atrás; y otras formas de utilizar las piernas, como montar en bicicleta y gatear.

Se explicó cada categoría y se preguntó a los participantes si la conocían, si la habían utilizado alguna vez y, en caso afirmativo, cómo les funcionaba en diversos contextos.

Los investigadores descubrieron que las personas con Parkinson utilizan habitualmente estrategias de compensación de la marcha, pero no son conscientes de las siete estrategias. Por ejemplo, el 17% de las personas nunca había oído hablar de ninguna de estas estrategias, y el 23% nunca había probado ninguna de ellas. Sólo el 4% conocía las siete categorías de estrategias de compensación. La persona media conocía tres estrategias.

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Aparte del uso de ayudas para caminar y de las alternativas a la marcha, la estrategia más conocida era la de las señales externas, como escuchar un metrónomo, que conocía el 47% de los encuestados. Le sigue el estímulo interno, conocido por el 45%. La observación de la acción y las imágenes motoras fueron la categoría menos conocida, con un 14%.

Para cada estrategia, la mayoría de las personas que la probaron dijeron que tuvo un efecto positivo. Por ejemplo, el 76% dijo que cambiar el requisito de equilibrio tuvo un impacto positivo, mientras que el 74% dijo que alterar su estado mental lo hizo.

Sin embargo, los investigadores también descubrieron que las estrategias funcionaban de forma diferente según el contexto en el que la persona las utilizaba. Las señales internas, por ejemplo, parecían muy eficaces durante el inicio de la marcha, con un 73% de éxito. Sólo el 47% encontró útil esa táctica cuando se trataba de dejar de caminar.

Del mismo modo, la visualización de los movimientos tuvo una tasa de éxito del 83% cuando las personas la utilizaron caminando al aire libre. Sólo tuvo un 55% de éxito cuando la gente la utilizó para navegar por un espacio estrecho.

«Nuestros hallazgos sugieren que un enfoque de «talla única» no funciona, porque diferentes contextos pueden requerir diferentes estrategias, o porque los individuos simplemente responden mejor a una estrategia en comparación con otra –apunta Tosserams–. Tenemos que ir un paso más allá y enseñar a la gente todas las estrategias de compensación disponibles, por ejemplo a través de una plataforma educativa en línea dedicada. Esto podría ayudar a cada persona con Parkinson a encontrar la estrategia que mejor le funcione».