El escogido debe tener claros los conceptos que hicieron triunfar a los equipos de Cruyff y Guardiola
Andrea Pirlo le gusta al presidente por estilo pero no tiene tradición culé; a Xavi le ha levantado el bloqueo y el de Terrassa lo sabe todo del Barça pero le ve aún algo falto de experiencia; y Bob Martínez tiene buena hoja de servicios pero no ha vivido el Barça por dentro
El FC Barcelona, especialmente en la persona del presidente Laporta, lleva días dándole vueltas al futuro del banquillo azulgrana. Las tensiones con Ronald Koeman y la mala racha de resultados que ha atravesado el equipo (derrota con el Bayern, empates contra Granada y Cádiz, el 3-0 ante el Benfica de ayer) están acabando con el crédito del entrenador holandés. En este escenario, el presidente azulgrana está barajando diversos nombres desde hace días en un casting en el que está claro que lo que se busca es que el nuevo técnico tenga muy claros que abrazar las líneas básicas del cruyffismo y del guardiolismo son una condición ‘sine qua non’. Traducido a lo táctico, significa obsesión por la posesión del balón, por querer ser protagonista con el balón, apostar por el juego de posición viviendo en campo rival y por la presión avanzada, partiendo básicamente de un sistema táctico 4-3-3, con alguna variación como el 3-4-3.about:blank
Xavi renovó en mayo por el Al-Sadd
Con esos parámetros, se está analizando lo que ofrece a día de hoy un mercado limitado porque no se puede aspirar a los técnicos que están en los grandes clubs como, por ejemplo, Jürgen Klopp o Thomas Tuchel, sabiendo que el sueño de Laporta, Pep Guardiola, quiere seguir en el City y luego ser seleccionador porque no se ve volviendo al banquillo azulgrana.
A día de hoy, el presidente tiene sobre la mesa diversos nombres que le convencen en mayor o menor medida. Andrea Pirlo, de quien habló la semana pasada el periodista Gerard Romero, gusta mucho al presidente porque fue un gran jugador, es un técnico joven, está sin equipo, es barato y ve en él una especie de Rijkaard de sus inicios como presidente. Un gran jugador que podría ser un proyecto de gran entrenador. Eso sí, tiene un handicap: no conoció a Cruyff, su formación táctica es italiana y con Guardiola apenas jugó un año en el Brescia. También le penaliza que en su primer y único año en la Juve quedó cuarto y sufriendo, ya que logró esa plaza en el último partido de la Serie A.
Otro candidato, en este caso con mucho apoyo interno y también externo, es Xavi Hernández, aunque Joan Laporta no lo veía hasta hace pocos días. Su conocimiento del legado de Cruyff y Guardiola es innegable y se ve en el juego de su equipo, el Al-Sadd. Ahora el presidente le ha levantado el bloqueo del pasado verano de cara a aspirar al banquillo pero le sigue viendo con poca experiencia en la elite. En teoría, que fuese un arma electoral de Víctor Font en las pasadas elecciones ahora no penaliza.
Otro candidato con apoyos internos es Robert Martínez, quien ha firmado buenas temporadas en la selección belga y tiene una dilatada experiencia en la Premier League. Su problema es que, pese a ser amigo de Jordi Cruyff, no trabajó con Johan ni ha estado nunca vinculado al FC Barcelona. Su selección belga juega partiendo de un esquema con tres centrales y si en determinados partidos ha tenido que replegarse para jugar a la contra no ha tenido complejos en hacerlos, lo que colisiona con el perfil que se busca.
Otros como Òscar Garcia (que en el Barça entrenó a las órdenes de Cruyff y jugó con Guardiola), ahora en el Reims, o Joachim Low, el ex seleccionador alemán, tienen también algún apoyo interno en el club azulgrana en este casting, pero la voz decisiva será la del presidente Laporta. Su decisión será estratégica y marcará su mandato. De ahí que no quiera precipitarse.
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Mundo Deportivo
