Barquisimeto fue el epicentro de la actividad este fin de semana con la celebración del Lara Fest 2025, un evento que, tras su reconversión de feria automotriz a una exposición multisectorial, buscaba revitalizar las opciones de entretenimiento y comercio en la región.

Del 18 al 20 de julio, el Complejo Ferial de Barquisimeto abrió sus puertas a miles de visitantes, albergando simultáneamente la 7ma edición de la Feria Ovina y Caprina. A continuación, un repaso por los aspectos más destacados, los puntos a mejorar y las situaciones que empañaron esta edición.
Lo bueno: Un éxito de convocatoria y marcas
El Lara Fest 2025 demostró ser un verdadero imán para los barquisimetanos. La asistencia masiva fue innegable, con multitudes llenando los pasillos del Complejo Ferial. En un entorno con pocas alternativas de esparcimiento, la ciudadanía respondió de manera ejemplar, manteniendo un comportamiento ordenado que evitó incidentes. Esta afluencia no solo validó la necesidad de este tipo de eventos, sino que también realzó el atractivo para las diversas marcas que se dieron cita. La presencia de empresas de importancia regional, nacional e incluso internacional elevó el perfil comercial del evento, otorgándole una notoriedad significativa.

Un punto alto fue la inclusión simultánea de la 7ma edición de la Feria Ovina y Caprina. Bajo el liderazgo de Roberto Lugo, presidente de ASOCABRA, este sector brilló con luz propia, cumpliendo y superando las expectativas. La fusión de ambos eventos ofreció una propuesta más variada y atrajo a un público diverso.
Lo malo: Los desafíos de la logística
No todo fue miel sobre hojuelas en el Lara Fest 2025. El primer gran desafío para muchos visitantes fue el caos para ingresar. Reportes de usuarios indicaron demoras de hasta una hora para estacionar sus vehículos, una situación exacerbada por la presencia de «coleados» que, según los asistentes, recibían trato preferencial por parte del personal de seguridad, generando frustración y malestar.

Otro aspecto que no logró despegar fue el Reinado del Lara Fest. A pesar de que la organización del certamen cumplió con lo previsto, la falta de aspirantes que realmente generaran interés en la población fue evidente. Las reinas de esta edición, lamentablemente, pasaron prácticamente desapercibidas, lo que sugiere la necesidad de repensar la estrategia para atraer figuras que conecten con el público y eleven la visibilidad de este segmento del evento.
Lo feo: Desorganización y contaminación sonora
Los puntos más criticados del Lara Fest 2025 recaen en la desorganización interna y el ensordecedor ambiente sonoro. Algunos asistentes apodaron al evento como «El Todo Fest» debido a la mezcla indiscriminada de stands. No hubo una clara división por rubros. Esta falta de zonificación dificultó la experiencia del visitante y la comprensión de la oferta de cada expositor.

Pero quizás el aspecto más lamentable fue la bulla generalizada. La competencia sonora era constante en todo el recorrido. Vehículos con sistemas de audio a todo volumen y stands que ponían música a niveles excesivos crearon un ambiente donde era prácticamente imposible mantener una conversación o entender las propuestas de los expositores a nivel auditivo.

El Lara Fest 2025 fue, sin duda, un evento de contrastes. Si bien la masiva asistencia y la participación de marcas importantes demuestran el potencial y la necesidad de este tipo de iniciativas en Barquisimeto, los problemas logísticos y, sobre todo, la desorganización interna y el ensordecedor ambiente, son aspectos cruciales que la organización deberá abordar de cara a futuras ediciones si aspira a consolidar el Lara Fest como un referente de calidad y disfrute para la región.
Equipo de investigacion NB