La atmósfera política en el estado Lara se ha cargado de una mezcla de esperanza y expectación tras la reciente juramentación de Luis Reyes Reyes como su nuevo gobernador.

Después de un proceso electoral que captó la atención regional, el líder chavista asume las riendas de un estado con un historial de desafíos persistentes, particularmente en los sectores de salud, educación y servicios públicos. La ciudadanía larense observa atenta, con la mirada puesta en los próximos cuatro años, para ver si la nueva gestión logrará revertir el deterioro y sentar las bases para un futuro más próspero.
La figura de Luis Reyes Reyes no es ajena al panorama político larense. Su regreso a la gobernación, después de un tiempo alejado de primera línea, genera diversas lecturas. Para sus seguidores, representa la experiencia y la capacidad de gestión necesarias para enfrentar la crisis. Para otros, el desafío es aún mayor, pues las condiciones socioeconómicas del país han evolucionado significativamente desde su anterior mandato. Lo cierto es que, más allá de las filiaciones políticas, la urgencia de resolver los problemas cotidianos de los larenses es una demanda transversal.
Salud: El Diagnóstico Urgente
El sector salud en Lara se encuentra en un estado complejo, un eco de la realidad nacional. Los hospitales públicos, como el emblemático Hospital Central Universitario Antonio María Pineda de Barquisimeto, sufren de una crónica escasez de insumos médicos, medicamentos y equipos. Las fallas en la infraestructura son constantes, con quirófanos inoperativos, falta de agua y aires acondicionados que funcionan a medias. Los profesionales de la salud, agotados por las precarias condiciones laborales y los bajos salarios, han migrado en masa, dejando vacantes difíciles de cubrir y una sobrecarga para quienes aún resisten.
El gobernador Reyes Reyes enfrenta el imperativo de recuperar la operatividad de la red hospitalaria y ambulatoria. Esto implica no solo la dotación de insumos, sino una inversión significativa en infraestructura, la recuperación de la moral del personal sanitario a través de mejores condiciones laborales y salariales, y la implementación de políticas de salud pública preventivas que mitiguen la presión sobre los centros asistenciales. La expectativa es que se articule un plan de choque con el Ministerio de Salud para garantizar la atención digna que merece cada larense.

Educación: Reconstruyendo el Futuro
El deterioro del sistema educativo larense es otra de las grandes asignaturas pendientes. Las escuelas, tanto de educación básica como media, presentan serias deficiencias en su infraestructura: techos caídos, baños inoperativos, pupitres destruidos y falta de servicios básicos como agua y electricidad. A esto se suma la alarmante deserción escolar, impulsada por la crisis económica que obliga a muchos estudiantes a abandonar sus estudios para ayudar al sustento familiar. La calidad de la enseñanza también ha mermado, con un déficit de docentes calificados y una actualización curricular que se hace urgente.
El nuevo gobernador tiene la responsabilidad de impulsar la recuperación del sistema educativo. Esto implica una inversión en la rehabilitación de planteles, la garantía de servicios básicos en todas las escuelas, el incentivo al retorno de los estudiantes a las aulas y, fundamentalmente, la dignificación de la labor docente. La reactivación de programas de alimentación escolar y el apoyo a las comunidades educativas serán cruciales para reconstruir el tejido social alrededor de la escuela como centro de desarrollo.
Servicios Públicos: La Asfixia Cotidiana
Quizás el problema más acuciante y el que afecta de manera más directa la calidad de vida de los larenses es la falla de los servicios públicos. El suministro de agua potable es insuficiente en la mayoría de los municipios, obligando a los ciudadanos a depender de cisternas o a recolectar el vital líquido de manera precaria. Las eventuales fallas eléctricas afectan hogares, comercios e industrias, y contrae la ya debilitada economía local. La escasez de gas doméstico es otro tormento, llevando a las familias a depender de métodos improvisados para cocinar.
Para Luis Reyes Reyes, el reto en servicios públicos es monumental. Requiere una gestión eficiente y transparente de los recursos, la articulación con las empresas estatales de servicios (Hidrolara, Corpoelec, PDVSA Gas Comunal, entre otras) y, en muchos casos, la búsqueda de soluciones creativas ante la limitada inversión central. La ciudadanía espera planes concretos para la optimización del suministro de agua, la estabilización del servicio eléctrico, la mejora sustancial de la recolección de residuos y la normalización de la distribución de gas. La capacidad de Reyes Reyes para generar confianza y atraer la inversión necesaria para la recuperación de estas infraestructuras será determinante.

Un Horizonte Lleno de Expectativas
La juramentación de Luis Reyes Reyes abre un nuevo capítulo para el estado Lara. Las expectativas son altas, y la ciudadanía anhela ver cambios tangibles en su cotidianidad. Los próximos cuatro años serán un test crucial para la capacidad de gestión del nuevo gobernador y su equipo. El éxito de su administración no solo dependerá de los recursos que logre gestionar, sino también de su habilidad para construir consensos, fomentar la participación ciudadana y generar la confianza necesaria para que Lara emprenda el camino hacia una verdadera recuperación. El tiempo dirá si la esperanza que hoy se respira en Barquisimeto se traducirá en un futuro más prometedor para todos los larenses.
Equipo de investigación NB