La táctica mortal con que Israel asesinó a 20 civiles entre ellos 5 periodistas en Complejo Médico Nasser de Gaza: «Doble toque»

Este lunes 25 de agosto, un ataque de “doble toque” contra el Complejo Médico Nasser de Gaza acabó con la vida de 20 civiles, entre ellos 5 periodistas y varios miembros de la Defensa Civil palestina.

Una de las principales líneas de mensaje que utilizan la propaganda sionista ―y los medios de comunicación que se plegan a sus narrativas― para deshumanizar a los civiles palestinos en la Franja de Gaza es precisamente negar su condición de civiles. Panfletos elaborados por el Gobierno de Israel supuestamente explican el mito de los “civiles de Gaza”, que se traduce en que no hay ningún gazatí inocente, todos son miembros de Hamás.

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Esta afirmación carece de toda prueba para organismos internacionales como el propio Comité para la Protección de los Periodistas, que algunos días antes del vil asesinato del reportero Anas Al-Sharif y cuatro de sus compañeros afirmó que las amenazas públicas al periodista de Gaza por parte del portavoz árabe del Ejército israelí ―bajo la suposición de que pertenecía a Hamás― eran infundadas y estaban orientadas a fabricar el consentimiento público para asesinar a Al-Sharif.

Sin embargo, las tácticas que usa el Ejército en el terreno exponen que el asesinato de civiles mediante ataques precisos, directos, ampliamente calculados, no son “errores” de estrategia, sino parte esencial de su manual de guerra de exterminio contra la población palestina.

Una de estas es el “doble toque”, que se traduce en un primer ataque contra un objetivoque se repite minutos más tarde cuando los heridos están siendo socorridos, por lo cual termina impactando al menos el doble de personas y resulta altamente mortífero.

Doble toque, doble crimen

La táctica denominada como “doble toque” consiste en un primer ataque a un objetivo, seguido de un segundo golpe dirigido a eliminar a los primeros que acuden a socorrer a las víctimas.

De acuerdo con militares sionistas entrevistados por el periodista Yuval Abraham para una investigación de la revista israelí +972 ―publicada este domingo 24 de agosto, un día antes de la reciente masacre en el Complejo Médico Nasser, utilizan el doble toque con frecuencia durante “ataques aéreos imprecisos”, cuando el Ejército no está seguro de haber alcanzado el objetivo previsto o de si este se encontraba presente.

La lógica es macabra: frustrar el rescate de los heridos bajo los escombros asegura que el objetivo, de estar presente, probablemente muera, ya sea por las heridas, por asfixia a causa de gases tóxicos o por inanición.

La investigación revela que estos ataques de doble impacto están deliberadamente orientados a impedir que las víctimas sean socorridas asegurando su muerte en el terreno antes de que puedan llegar a los hospitales y ser atendidos, y la de quienes intentan trasladarlos.

El artículo de +972 refleja testimonios desgarradores, como el de Hala Arafat, de 35 años. Sus últimas palabras, “¡Sálvame! Me siento débil y no puedo soportar esto por mucho más tiempo”, fueron filmadas mientras estaba atrapada bajo los escombros del hogar de su familia en el norte de Gaza.

El ejército israelí se aseguró de que nadie pudiera ayudarla, disparando con drones contra cualquiera que se acercara a la zona durante ocho horas después del bombardeo inicial. Minutos más tarde Hala falleció, y se unió a 13 familiares más muertos en el ataque, incluidos siete niños.

Esta no es una táctica aislada ni circunscrita a una gobernación de Gaza. La investigación de +972 y Local Call, quienes conversaron con cinco fuentes militares israelíes, con testigos directos de estos ataques, personal de rescate palestino, y estudiaron una docena de casos, revela que los ocupantes han adoptado el “doble toque” como un procedimiento estándar en el enclave.

El objetivo declarado es aumentar la probabilidad de muerte de un objetivo realizando rutinariamente ataques adicionales en la zona, lo cual resulta en la muerte intencional de paramédicos y rescatistas.

Uno de los militares que presenció estos ataques desde las salas de coordinación del Comando Sur israelí confirmó que los soldados son plenamente conscientes de las consecuencias. Afirmó que la práctica es una sentencia de muerte para docenas, y a veces cientos de civiles heridos atrapados bajo los escombros, junto con sus posibles salvadores.

Lo resumió de la siguiente forma: “Los equipos de primera respuesta, los equipos de rescate… los matan. Vuelven a atacar, encima de ellos”. Según este testimonio, los ataques secundarios se realizan con drones sin identificar a las víctimas, que pueden ser tanto presuntos “equipos de rescate de Hamás” como personal de Defensa Civil, paramédicos de la Media Luna Roja o familiares y vecinos.

Otra fuente militar, participante del doble ataque que mató al comandante de Hamás Ahmed Ghandour en noviembre de 2023 ―en el que también murieron asfixiados tres rehenes israelíes, justificó el segundo bombardeo contra “personas que se encontraban en la zona y salieron de una casa cercana” porque intentaban rescatar a los heridos.

En contextos subterráneos, la estrategia se basa en que el bombardeo libera gases tóxicos que se propagan lentamente; al impedir el rescate, se condena al objetivo a una muerte lenta por asfixia.

El director general de la #OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, hizo un llamado para que cesen los ataques contra la infraestructura médica en la Franja de Gaza, tras el reciente bombardeo israelí al hospital Nasser en el sur del enclave.

Sin embargo, la práctica del doble toque no se limita a objetivos militares de la resistencia palestina o a entornos subterráneos. Una tercera fuente israelí describió cómo el Ejército impidió deliberadamente que las ambulancias llegaran a un lugar atacado donde había niños con quemaduras graves.

Esta política sistemática ha sido denunciada en incontables comunicados del Ministerio de Salud palestino, que reporta muertes de civiles por bombardeos diseñados específicamente para impedir la ayuda.

Desde una perspectiva legal, el “doble toque” es ilegal según el derecho internacional. Viola, por ejemplo, el Articulo 48 del protocolo Adicional I a los Convenios de Ginebra, que establece la obligatoriedad de ambas partes de un conflicto a distinguir en todo momento entre combatientes y civiles, y entre objetivos militares y bienes de carácter civil. Asimismo viola el Articulo 8 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, que considera como crímenes de guerra los ataques directos contra civiles.

Esta no es una táctica nueva ni exclusiva del Ejército sionista, si bien parece ser una de sus favoritas. Como reseña +972, la Oficina de Periodismo de Investigación de los Estados Unidos reveló que los ataques de doble toque con drones de la CIA mataros al menos a 50 civiles en Pakistán entre 2009 y 2012 mientras intentaban rescatar a víctimas.

Un caso reciente que desmonta la narrativa oficial israelí sobre sus esfuerzos para limitar bajas civiles es el asesinato del líder de Hamás Mohammed Deif en julio de 2024, en el campamento de desplazados de Al-Mawasi. El ataque, que mató a 90 personas e hirió a 300, involucró múltiples bombardeos.

Fuentes militares israelíes reconocieron abiertamente a los medios que realizaron ataques adicionales para impedir la llegada de equipos de rescate. Itamar Eichner detalló: “El primer ataque impactó la parte del edificio donde se encontraba [Deif]. El segundo ataque fue un misil que destruyó todo el edificio. El tercer ataque creó un cinturón de fuego alrededor de la zona para impedir que las fuerzas llegaran y lo ayudaran”.

El Dr. Mohammed Al-Mourir, gerente de la cadena de suministro de Defensa Civil y testigo de los ataques, relató a +972 que justo al llegar un misil de un dron impactó una ambulancia detrás de la suya, matando a cuatro rescatistas, y tuvieron que presenciar con impotencia la muerte de uno de sus compañeros, sin poder hacer nada.

“Lo vimos arder vivo hasta que murió. El fuego lo consumió, y allí nos quedamos, a solo unos metros, sin poder hacer nada”. Al-Mourir y su equipo tuvieron que recomponerse de inmediato para auxiliar a una multitud que pedía ayuda desde los escombros y acopiar los restos de los cadáveres para poder identificar a las víctimas mortales.

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Miembros de la Defensa Civil palestina buscando sobrevivientes entre los escombros. Foto: Xinhua.

Atacan en repetidas ocasiones cuando aún hay personas vivas

Pese a no ser una táctica nueva, los ataques de “doble toque” se han vuelto particularmente comunes y sistemáticos en el genocidio de Israel en Gaza, especialmente contra las escuelas que albergan a desplazados. Un patrón esencial de esta estrategia es la ejecución de bombardeos repetidos sobre un mismo lugar con el conocimiento explícito de que aún hay víctimas vivas atrapadas entre los escombros, y el objetivo declarado de asegurar su muerte.

Este modus operandi quedó en evidencia en mayo, durante un ataque a una escuela de niñas en Jabalia. Los residentes relataron cómo, tras el impacto inicial, el Ejército reatacó para impedir el rescate de las niñas que habían quedado con vida.

Un testigo declaró a medios locales: “Era la 1H30 [hora local] y un misil impactó en la escuela frente a nosotros. Todas las aulas estaban en llamas. Bajamos a rescatar a la gente. Mientras veíamos los cuerpos ardiendo y había heridos que podríamos haber llevado en ambulancia, el Ejército llamó [a uno de los rescatistas por teléfono] y nos dijo: ‘Salgan de la escuela, porque la bombardearemos de nuevo’”.

La consecuencia fue letal: “No pudimos sacar a los niños quemados y heridos. Atacaron de nuevo, [cuando] aún había gente con vida. Tras el segundo bombardeo, murieron”.

Un caso similar ocurrió en abril en la escuela Dar Al-Arqam, donde un primer bombardeo sepultó a decenas de personas, matando a unas 30, incluidos niños y una mujer embarazada de gemelos. Al llegar los equipos de rescate, recibieron una llamada del Ejército ordenándoles evacuar el área porque sería bombardeada de nuevo.

Vídeos en redes sociales captaron la valentía del rescatista Nooh Al-Shagnobi, de la Defensa Civil, quien se negó a abandonar a un sobreviviente y logró sacarlo con vida de los escombros. Sobre la frecuencia de estas órdenes, declaró después: “Desde el comienzo de la guerra, han ocurrido miles de situaciones como esta, pero nadie las ha grabado”.

En la mayoría de estos ataques la presencia de un objetivo militar legítimo es inexistente. Otro caso fue filmado en octubre de 2024 por la periodista Wafaa Thaher en Jabalia, norte de la Franja. En el video, Mohamed Salim, de 13 años, yace herido en la calle, gritando y agitando las manos tras un primer ataque.

Mientras la periodista exclama “Dios mío, está hecho pedazos”, un grupo de vecinos se acerca para auxiliarlo. En el instante en que lo levantan, un segundo misil impacta, matando a Salem y a otro adolescente de 14 años. Este ataque ocurrió durante la implementación del llamado «Plan de los Generales» orientado a vaciar los distritos del norte de Gaza.

Las armas empleadas varían, incluyendo drones comerciales adaptados con lanzagranadas, una práctica expuesta por +972. En julio, el bombardeo a la casa de la familia Sabbagh en Gaza mató al menos a un niño. Salem, un familiar de las víctimas, declaró que cuando los vecinos intentaron rescatar a los atrapados, “un cuadricóptero les lanzó inmediatamente una bomba y resultaron heridos”.

En junio de 2024, un ataque a tiendas de campaña en un campamento de desplazados de Al-Mawasi mató al menos a 25 personas. Hassan Al-Naijar declaró que sus hijos murieron como víctimas del segundo golpe: “Mis dos hijos fueron a ayudar tras oír los gritos de las mujeres y los niños. Fueron a rescatar a las mujeres, y el ejército atacó con el segundo proyectil, y mis hijos murieron. Atacaron el lugar dos veces”.

Uno de los incidentes documentados más recientes ocurrió el 21 de julio contra una planta desalinizadora en el barrio de Al Rimal. Tras el primer bombardeo, un segundo ataque alcanzó a quienes acudieron a rescatar a los heridos, matando al menos a cinco personas. Un video captó a un hombre gritando: “Bombardearon el lugar otra vez. La gente vino a rescatarlos, y los bombardearon”.

Defensa civil y rescatistas palestinos, héroes de Gaza y de la humanidad

Como se ha mencionado, en estos ataques los equipos de rescate palestinos se convierten en un blanco fijo y deliberado. La Defensa Civil de Gaza, los voluntarios de la Media Luna Roja Palestina y todos los socorristas operan bajo la constante amenaza de ser aniquilados en el cumplimiento de su deber, erigiéndose como los héroes anónimos que desafían la maquinaria de muerte para salvar vidas.

Uno de los crímenes más atroces contra estos equipos fue cometido en marzo de 2025, dejando un profundo dolor en la comunidad gazatí. El movimiento de la Cruz Roja Internacional expresó su indignación por el asesinato de ocho médicos palestinos, seis socorristas de la Defensa Civil y un miembro del personal de la ONU en una emboscada del Ejército en el sur de Gaza.

El ataque alcanzó “cinco ambulancias, un camión de bomberos y un vehículo de la ONU” en la zona de al-Hashashin el 23 de marzo, según detalló un funcionario de Naciones Unidas. Los 15 cadáveres tuvieron que ser recuperados de una fosa común días después, pues no se les permitió acceder al área en los primeros días. La Sociedad de la Media Luna Roja Palestina (MLRP) añadió que un noveno médico seguía desaparecido acusó directamente a Israel de atacar al personal sanitario.

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Miembros de la Defensa Civil palestina tras recuperar los cadáveres de sus compañeros asesinados en una emboscada del Ejército en marzo de 2025. Foto: OCHA.

Este no es un incidente aislado, sino parte de un patrón sistemático. Ali Khawas, jefe del departamento de comunicaciones de la Defensa Civil, explicó a +972 que “los ataques contra los rescatistas suelen ocurrir apenas minutos después de su llegada a los lugares bombardeados”.

No obstante, el uso del “doble toque” por parte del ejército israelí no es una innovación surgida el 7 de octubre. Según 2014, durante la llamada “Operación Margen Protector”, el personal médico de Gaza describió una práctica idéntica. En aquel entonces, testimonios de la Media Luna Roja identificaron este patrón como una de las principales causas de muerte y lesiones entre sus equipos.

Sin embargo, pareciera que desde octubre de 2023 esta política se ha vuelto rutinaria. En enero de 2025, las víctimas mortales en las filas de la Defensa Civil de Gaza ascendían a 99 miembros, mientras 319 habían sido heridos, según informó el portavoz Mahmoud Basal, cifra que hasta el presente podría haber aumentado considerablemente.

Si los vídeos no bastan, los datos respaldan: 83% de los palestinos asesinados hasta mayo de 2025 eran civiles

El ataque de este lunes contra el Hospital Nasser tuvo lugar pocos días después de darse a conocer una investigación realizada por The Guardian, la revista israelí +972 y Local Call, quienes accedieron a una base de datos de inteligencia clasificada del Ejército de ocupación, cuyos datos revelaron que al menos el 83% de los Palestinos asesinados en la Franja de Gaza hasta mayo de 2025 eran civiles.

Según apunta el reporte, 19 meses después del inicio del genocidio perpetrado por Israel, sus servicios de inteligencia habían registrado 8.900 combatientes del movimiento de resistencia palestina Hamás y de la Yihad Islámica Palestina como muertos o “probablemente muertos”, mientras que en el mismo período las autoridades sanitarias del enclave cifraban el número total de personas asesinadas en al menos 53.000 personas.

El desglose de esos datos confirman que los combatientes nombrados representaban el 17% de los fallecidos, y los civiles se encontraban en torno al 83% del total de muertos, uno de los mayores porcentajes de víctimas civiles en conflictos modernos.

En un contundente discurso, un alto funcionario de las Naciones Unidas acusó a las partes implicadas en el conflicto de Gaza de utilizar la hambruna de forma deliberada como un arma de guerra.

Esta revelación contradice a los políticos y militares israelíes que han inflado durante mucho tiempo las cifras de combatientes muertos, aludiendo en ocasiones hasta 20.000 combatientes muertos e insistiendo en una relación de bajas de civiles-combatientes de 1:1, números que contradicen los informes que manejan en privado los servicios de inteligencia.

La evidencia demuestra que el “doble toque” es, en esencia, una ejecución deliberada de quienes sobreviven al primer golpe y de quienes intentan salvarles. Pensar en los miles de palestinos que han muerto a causa del deseo deliberado de asesinarlos debería ser suficiente para que todos los gobiernos y organismos del mundo cortaran lazos con Israel, lo aislaran económica y militarmente, y llevaran a los criminales de guerra ante las cortes internacionales.

Cuando en Gaza ya ha sido oficialmente anunciada una situación de hambruna, los dobles toques deberían llamar también a las puertas de las oficinas de quienes tienen el poder de detener el genocidio.

Hender «Vivo» González

Con información de Telesur