La página web que promete orgasmos a las mujeres

OMGYes es una página web que les enseña a las mujeres distintas formas en las que pueden alcanzar el orgasmo. Detrás del sitio está el primer estudio científico específicamente enfocado en el placer sexual femenino.

Hasta Emma Watson ha hablado sobre él. A finales de 2015, cuando el sitio recién arrancaba, la actriz, quien protagonizó junto a Rupert Grint y Daniel Radcliffe la saga de Harry Potter, señaló en una entrevista que a pesar de su valor (40 dólares), la suscripción a OMGYes valía la pena. “Muchos –incluyéndome– no sabían de qué hablaba. Al tipear las palabras en el buscador, la respuesta fue clara”.

Los creadores de OMGYes la presentan como una especie de libro virtual que enseña a las mujeres y a sus parejas cómo tocar la vulva para que ellas alcancen el orgasmo. Sí: hay videos explícitos de mujeres tocándose, hay ejercicios prácticos con vulvas virtuales para practicar ritmo, presión y tipos de movimientos. Pero no: no es pornografía. Es educación sexual sin tapujos. Tal como lo dice una de las mujeres de la página (no, no es actriz y sí: hace en cámara lo que funciona para ella): “el porno es sobre causar placer a quien lo ve. Esto es sobre enseñarle a quien lo ve, a alcanzar ese placer”.

Todos hemos escuchado aquella expresión de que “cada mujer es distinta”, pero hay formas muy específicas en que cada mujer varía y es allí, en esas variaciones sutiles, donde OMGYes se enfoca. ¿Es mejor tocar sobre el clítoris o en la piel a su alrededor?, ¿a la derecha o a la izquierda?, ¿en círculos o con pulsaciones?, ¿con mucha o poca presión? Si bien parecen preguntas obvias, la ciencia nunca se las había hecho. Eso hace que el estudio detrás de la página, que fue publicado el pasado mes de julio en el Journal of Sex and Marital Therapy, sea el primero en su tipo. (Lea también: ¿Por qué se sabe tan poco sobre el orgasmo femenino?)

La ciencia detrás del orgasmo

Todo empezó en una de esas conversaciones con un poco de vino y un grupo de amigos. Lydia Daniller y Rob Perkins, dos estudiantes de la Universidad de Berkeley, se dieron cuenta de que cada vez que hablaban de sexo, entre las mujeres había opiniones divididas: unas decían “¡sí, eso es lo que me pasa!”, mientras que otras decían que les gustaba exactamente lo contrario.

Rob, estudiante de medicina, y Lydia, quien cursaba literatura, empezaron a preguntarse si existía un estudio que hubiera identificado la forma como las mujeres encuentran el placer sexual. Se dieron cuenta de que no existían estudios puramente enfocados en el placer de las mujeres. Claro: había varios sobre la biología del orgasmo o la anatomía del clítoris. Pero nada sobre el placer.

La peor parte fue cuando empezaron a hablar con investigadores y ginecólogos. Algunos expertos les soltaron frases como “Hay cosas que no deben ser estudiadas”, “Hay cosas que deben quedarse en la vida privada”, “No hay necesidad de hacer estudios sobre estos temas. Si hemos llegado hasta acá sin ellos, ¿para qué hacerlos ahora?”. Era como si la ciencia estuviera decidida a preservar esa antigua idea de que el cuerpo de la mujer es una entidad mística y desconocida y, por lo tanto, inentendible.

Debby Herbenyck, la profesora de la Universidad de Indiana que dirigió el estudio de OMGYes, explica que además del tabú, “en Estados Unidos el gobierno suele financiar investigaciones sobre las disfunciones, las enfermedades y la prevención del embarazo, pero no sobre el placer sexual que la mayoría de personas experimentan de forma normal en su vida”.

Lo primero que hizo el equipo fue hacer una lluvia de ideas sobre la literatura existente y plantear hipótesis al respecto. Luego, a través de Craiglist, 1.055 mujeres respondieron un cuestionario sobre sus preferencias sexuales. Al mismo tiempo, vía Skype o FaceTime, los investigadores realizaron 1.000 entrevistas “personales” con mujeres que explicaron en detalle sus respuestas a esa primer encuesta anónima.

Luego se hicieron encuestas exploratorias vía Skype con mujeres de todo Estados Unidos para generar información más profunda con ellas, basada en sus experiencias personales.

Una de las encargadas de hacer estas entrevistas es Sybil Lockhart. “A la fecha he hablado con 250 mujeres. Después de cada una de ellas, comparto los hallazgos con el equipo y organizamos las ideas, y luego hablamos con nuestra colaboradora, Herbenyck, sobre cómo vamos a organizar esa información en el estudio”. Durante la escritura del documento, los investigadores se encontraron con barreras tan absurdas como que no existen palabras en medicina que describan la forma como un clítoris puede ser tocado de forma placentera.

La utilidad de este estudio va mucho más allá de entender mejor la sexualidad femenina. “Esta información es muy interesantes para cirujanos, pues ellos tienen que tomar decisiones cada día cuando operan los genitales de una mujer, sobre dónde y cómo cortar. Con estos datos, pueden entender mejor dónde las mujeres sienten más placer y así evitar hacer incisiones en ciertas áreas para no desmejorar la calidad de la vida sexual de sus pacientes”, explica Herbenyck.

Por ahora, los investigadores de OMGYes están trabajando en una segunda edición que se enfocará en el placer dentro de la cavidad vaginal. Pero sus ambiciones van mucho más allá, pues saben que no solamente cada vulva es diferente, sino que tras un embarazo o la llegada de la menopausia, la forma como se llega al placer cambia en ellas. Están convencidos de que su trabajo es una pequeña revolución sexual.

Información de: El Espectador