El corazón de una persona es el motor de su vida, y en el caso de Gabriela Susej Castillo Mujica, ese motor late con una fuerza que trasciende la medicina. Con tan solo cinco años, esta pequeña no solo lucha por su salud, sino que se ha convertido en un faro de esperanza. Su historia es un recordatorio de que la verdadera fortaleza no reside en la ausencia de desafíos, sino en la manera en que los enfrentamos.
La única esperanza para la niña con corazón de guerrera: Gabriela, reside en una cirugía a corazón abierto. En medio de la adversidad, su madre, Jennifer Mujica, hace un llamado desesperado desde Barquisimeto para que las autoridades y la comunidad la ayuden a salvar a su princesa.
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La Urgencia médica y el camino a Caracas
Los médicos han sido claros con Jennifer sobre la urgencia de la operación. «En la última valoración, que el doctor Méndez y el doctor Osvaldo Rojas le hicieron en FundaCardín a mi hija, ellos dijeron que ya la parte derecha de su corazón había algo mínimo que estaba funcionando», explica la madre. Esta condición ha hecho que los especialistas consideren la cirugía como una necesidad urgente, incluyéndola en el próximo plan quirúrgico del hospital.
Inicialmente, el seguimiento de la niña se hizo en ASCARDIO, en Barquisimeto, desde donde fue referida al Cardiológico Infantil en Caracas. Sin embargo, al no obtener una respuesta satisfactoria, regresaron a ASCARDIO. Fue entonces cuando la refirieron a FundaCardín, ubicado en el Hospital Militar de Caracas, donde finalmente les abrieron las puertas para la cirugía de Gabi.
Una Búsqueda de Apoyo sin Respuestas
A pesar de los múltiples intentos por conseguir ayuda, Jennifer Mujica afirma que no ha recibido respuesta de la mayoría de los organismos del estado Lara. «Ya yo entregué todos los oficios por la Secretaría de Salud del estado Lara, a la gobernación, a la Fundación del Niño, al Palacio de Gobierno del estado Lara», detalla.
El único apoyo recibido hasta ahora ha sido del Alcalde del Municipio Palavecino, Derby Guedes, quien colaboró con 400 dólares. Jennifer ha depositado este dinero en una casa de insumos médicos de alto costo, la cual le ofreció la oportunidad de ir pagando por partes para evitar la devaluación. Sin embargo, el presupuesto total para la operación y los insumos asciende a 10.000 dólares.



Un llamado al Gobernador Reyes Reyes
Jennifer, hace un llamado directo y personal al Gobernador Luis Ramón Reyes «Yo le hago un llamado al Gobernador Reyes Reyes, gobernador, usted es padre, usted es abuelo. Le pido que se ponga la mano en el corazón y me ayude como ha ayudado a otros que han necesitado con el corazón», implora.
Revela que desde Miraflores contactaron a la máxima autoridad en salud del estado, la Dra. Elizabeth Valecillo, para que se avocara al caso, pero hasta ahora no ha habido una solución concreta y tampoco, una respuesta. «Le pido por favor que se aboque a la situación que estamos presentando mi hija Gabriela y yo, y que nos dé esa mano amiga que tanto necesitamos para cumplir con esos insumos», agrega.
La Batalla Contra el Reloj
La fecha límite es estricta. «Los quirófanos de FundaCardín los van a reinaugurar y comienzan con las cirugías programadas a partir del mes de octubre», explica Jennifer. La niña Gabriela tiene el número 5 en el listado de pacientes para la cirugía.
«Es una oportunidad que no podemos desaprovechar», advierte la madre, ya que si se pierde este turno, tendrían que empezar todo el proceso de nuevo: desde los trámites hasta los exámenes médicos. Lo más preocupante es el riesgo para la salud de Gabriela, cuyo corazón ya muestra signos de funcionamiento mínimo en su lado derecho, lo que hace la operación aún más urgente.


Un grito de esperanza
Jennifer madre de la niña con corazón de guerrera finaliza su relato con un emotivo llamado a la solidaridad. «Yo le hago un llamado a todas las personas de buen corazón, empresarios, madres, padres, jóvenes, hermanos, primos, tíos que ven este programa, que por favor nos colaboren, así sean 200, 100, lo que pueda, lo que salga de tu corazón», pide con esperanza.
«Juntos somos más fuertes y cada granito de arena suma», concluye, recordando que el futuro de su hija depende de la ayuda de Dios, de los doctores, de la comunidad y del gobernador.
Por: Edwin «Sports» Hevia Cadevilla / NB