13 años después de que el mundo conociera a Esther en La huérfana, William Brent Bell se atreve a presentar La huérfana: El origen, que muestra los sucesos que antecedieron a la historia que relató en 2009 su colega Jaume Collet-Serra. Y lo hace con una trama inesperada, que el espectador no alcanza a predecir.
Isabelle Fuhrman repite en el protagónico de esta película de terror psicológico y lo hace con una maestría tal que muchos podrían pensar que la menuda actriz estadounidense nació para darle vida a Leena Klammer, diagnosticada con hipopituitarismo, enfermedad que hace que parezca una niña y no una mujer de 31 años con severos trastornos mentales; y que después de una intensa búsqueda decide apropiarse de la identidad de Esther Albright, la hija perdida de Tricia (Julia Stiles) y Allen (Rossif Sutherland).
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Pero una auténtica sorpresa se llevarán los espectadores de La huérfana: El origen con Tricia, quien ve en el hallazgo de la infante, la posibilidad de recobrar su felicidad marital. En esta ocasión, la actriz se quita el barniz de participante recurrente en comedias románticas, magnificado por su belleza y aspecto juvenil, y presenta a una mujer madura, capaz de hacer todo por su familia. En el ínterin, más de uno quedará sorprendido con sus acciones.
William Brent Bell, apoyado en el guion de David Coggeshall; la música de Brett Detar; maquillaje de Kristy Greig; y los efectos especiales de Jean-Mathieu Berube, Carlos Harrietha y Casey Markus; y, por supuesto, en las actuaciones de su elenco (completado por: Matthew Finlan y Hiro Kanagawa), marca el ritmo del largometraje, que mantiene en una tensión constante a quien mira. No en vano, el film está valorado con 74% de vegetales frescos por el portal especializado en reseñas cinematográficas Rotten Tomatoes.
Con información de: ElUniversal
