El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, ha llamado a luchar para erradicar los elementos “no socialistas” en su país para solidificar la disciplina ideológica, informa la agencia Yonhap citando a KCNA, la agencia oficial de Pionyang.

La declaración de Kim se produce luego de que este viernes el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobara por unanimidad un nuevo paquete de sanciones contra Corea del Norte, en respuesta al último lanzamiento de un misil balístico intercontinental. Pionyang estimó que estas medidas punitivas suponen “un acto de agresión que viola la paz y la estabilidad de la península coreana y de la región”.

El llamamiento a “la ofensiva revolucionaria para erradicar las prácticas no socialistas” fue expresado por el líder norcoreano este sábado durante su intervención ante la Conferencia de Presidentes de Células del Partido de los Trabajadores.

“La ofensiva debe ser lanzada en las células del partido, las bases deben educar a los miembros del partido y al pueblo trabajador y entrenarlos para ser revolucionarios y, los puestos revolucionarios más bajos defender el socialismo de estilo coreano”, según reprodujo KCNA las palabras del jefe de Estado norcoreano.

Kim aseguró que las prácticas “dañinas” se deben a que las organizaciones del partido y los funcionarios no fueron lo suficientemente persistentes en la educación del pueblo y no intensificaron la lucha ideológica. “Cuando nuestra cultura y nuestro arte socialista prevalecen sobre la cultura reaccionaria burguesa corrupta, es posible para el pueblo no albergar ilusiones sobre la cultura de los enemigos, sino prevenir el envenenamiento ideológico y cultural por parte de los imperialistas”, indicó.

El líder norcoreano no descartó que su nación pueda “enfrentarse a múltiples dificultades y penurias en los caminos que tiene por delante”. Sus palabras podrían estar relacionadas con las posibles consecuencias de las nuevas sanciones impuestas por Naciones Unidas. Estas prevén la prohibición al país asiático de exportar alimentos y la repatriación de ciudadanos norcoreanos que trabajen en el exterior, así como el bloqueo de casi el 90% de las exportaciones de productos refinados de petróleo destinados a Corea del Norte.

La península coreana es una zona de alta tensión política debido a las múltiples pruebas nucleares y de misiles de Corea del Norte por una parte, y a la retórica beligerante y la demostración de la fuerza de Estados Unidos por otra. Rusia y China —que tienen frontera con Corea del Norte y sufrirían las consecuencias de una eventual guerra a gran escala en la región— piden a Washington que negocie con Pionyang una solución que respete las preocupaciones de seguridad de cada país.

Información de: RT