Rufo Chacón fue dado de alta en el Hospital Central. Ya está en su casa, en Táriba. Dentro de lo que cabe, físicamente está bien; no obstante, debe enfrentar la prueba más difícil: vivir sin tener el sentido de la visión, luego de los perdigonazos recibidos en una protesta de gas, el lunes primero de julio, cerca de su residencia.
Durante toda la semana fue sometido a una serie de estudios e incluso fue visto en el servicio de otorrinolaringología, en piso tres del Hospital Central, donde los médicos observaron que tenía tres perdigonazos en los lóbulos de los oídos. Los galenos aseguraron que estos estaban afectados. Una vez evaluado, fue citado para verlo de nuevo en tres días.
El doctor Renny Cárdenas ,director del Hospital Central, precisó que Rufo ya dejó el primer centro de salud, donde recibió la debida atención en emergencia oftalmológica y luego fue hospitalizado en piso seis, en el ala de neurocirugía, lugar donde se le cumplió el respectivo tratamiento.
Ya el día miércoles, de acuerdo con lo expresado por los médicos, avanzaba muy bien su proceso de cicatrización, de allí que estimaban que en poco tiempo dejaría este centro de salud.
Subrayó que Rufo recibirá unas terapias para mejorar su condición física, en el sentido de que le indicarán cómo debe caminar, cómo desplazarse, cómo buscar objetos y las destrezas que puede manejar para poder trabajar, ante la limitante física de la cual ahora es víctima.
“Rufo se fue bien, estaba por oftalmología y ya estaba bien, es decir, en su estado físico, pero sin contar con el sentido de la vista”, expresó.
Con respecto a supuestas propuestas, en el sentido de que Rufo puede ser llevado a Bogotá, donde le colocarían un chip que le permitiría ver en tonos grises, o a Estados Unidos, donde puede ser sometido a un implante ocular, y supuestas ayudas económicas para enfrentar ambos procesos quirúrgicos, aseveró que desconoce informaciones oficiales con respecto a estos temas, de los que se ha enterado solo por las redes sociales.
NAD
