Con una mirada triste y desamparada en la esquina de un hogar humilde  se encuentra  la señora Nelly Salomé mientras suspira en espera una visita. Observa fijamente la avenida en el momento que los vehículos atraviesan a toda velocidad la vía hacia Bobare. Mientras las horas pasan y la visita que espera no termina de llegar.

   Vecinos más cercanos son el consuelo, la señora Salomé confirma que aproximadamente hace tres semanas la familia que vive al frente de su casa recibió la bolsa del “CLAP” mientras camina hacia la cocina para prepararle almuerzo a su hijo, un joven de 34 años que padece del trastorno autista y que empieza a presentar rasgos que indican un cuadro de malnutrición.

 “Prepararé una arepa con vegetales porque no tengo más nada que ofrecer”, comenta con la mirada baja y un suspiro de tristeza”. Cuando comienza a preparar la comida la señora recuerda que el Instituto Nacional de Nutrición (INN) tiene un programa para atender los casos críticos de malnutrición y denuncia que el censo que realizaron el pasado mes de noviembre no funcionó de nada porque ninguna autoridad gubernamental se acercó para ayudarla pese a que su hijo pesa tan sólo 45 kilos, 20 menos de los que debería marcar la báscula según los estándares establecidos por la Organización Mundial para la Salud (OMS).

  “Mi hijo es autista y necesita tener una dieta libre de gluten. Hasta hace cinco años cumplí con esa orden médica pero de un tiempo para acá come lo que se hay en casa. No puede comer pasta y últimamente es lo que más come”, comenta la señora Salomé con voz quebrada.

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La representante comunitaria, Dorelia Durán se mostró descontenta por la gestión desarrollada por los trabajadores del departamento de nutrición y exigió seguimiento para garantizar que la comida llegue a su destino.

“Ninguna de estas personas recibe ayuda del Gobierno. Ciertamente hay un departamento de nutrición en el ambulatorio donde las personas pueden ir y solicitar ayuda sin embargo no hay seguridad”, así lo afirma Durán en su declaración.

Información de: la prensa | Andrea Vargas NB