Jinete Javier Castellano ya está en el Salón de la Fama de los EEUU

En un acto llevado a cabo en el Museo del Salón de la Fama del Hipismo estadounidense, ubicado en Saratoga, Nueva York, fue exaltado al templo de los inmortales del turf norteamericano el jinete venezolano Javier José Castellano, acompañado del jockey mexicano Víctor Espinoza y el norteamericano Garret Gómez quienes conforman la clase 2017.

Javier Castellano cuenta con 20 años de actividad en el hipismo norteamericano. Es ganador de 4.729 carreras, hasta la fecha, y productor de 284.916.869 millones de dólares a lo largo de su historial. Durante los últimos cuatro años, el zuliano se ha hecho merecedor del premio “Eclipse Award” que consagra al mejor exponente del látigo en cada temporada que finaliza en el hipismo norteamericano, el más duro, competitivo y exigente del mundo.

En 2015, el venezolano impuso una marca de dinero producido para una sola campaña al generar 28.120.809 millones de billetes verdes, cifra que se mantiene como la más alta alcanzada para un jockey en Estados Unidos. Castellano heredó el trono que dejó otro criollo, Ramón Alfredo Domínguez, quien debió retirarse en 2013 luego de una rodada que truncó su carrera. Domínguez había ganado el Eclipse Award durante los años 2010,2011 y 2012. El año pasado, el caraqueño fue exaltado al Salón de la Fama y tal y como sucedió con la estatuilla del Eclipse Award, un año después, Javier Castellano le sigue sus pasos.

La presentación del astro zuliano estuvo a cargo del jinete venezolano Ramón Alfredo Domínguez y el boricua Jhon Velázquez, dos colegas pero sobre todo dos grandes amigos del homenajeado. Castellano subió al estrado y le colocaron la chaqueta oficial de los miembros del templo de los inmortales.

En un discurso muy emotivo, Javier Castellano inició agradeciendo a Dios por vivir ese momento. “es un sueño hecho realidad, Gracias a Dios, mi señor por permitirme vivirlo” Siguió agradeciendo el apoyo de sus amigos Domínguez y Jhonn Velázquez por ser su apoyo desde el inicio de su carrera y llegada a Estados Unidos. Javier contó que siempre quiso ser beisbolista pero que por su tamaño no pudo hacerlo y se dedicó a ser jinete. Agradeció a su familia, en especial a su esposa, su hermano Abel, su madre padre y tío. Hizo referencia a los momentos más importantes de su carrera, los triunfos en las Breeders’ Cup y el Preakness Stakes, agradeció a todos los entrenadores en especial a Todd Pletcher y Chad Brown por ser los que más le han apoyado. Ya finalizando le dedico este momento a Venezuela que “está momentos políticos muy fuertes” y en español le dio las gracias a todos los latinos que hacen vida en el hipismo norteamericano.

Al finalizar su discurso recibió la placa que estará ahora formando parte del museo del Salón de la Fama del Hipismo norteamericano y lo ubica como uno de los inmortales de este deporte.

Información de: Meridiano