Jhoulys Chacín no llegó a Minnesota por casualidad. Los de Mineápolis estuvieron observando tu desempeño en 2019 con los Cerveceros y contrario a lo que todo mundo hizo lo trajo a sus filas, con su histórico de 11 años en mano, pensando en un puesto como abridor en algún momento de la temporada.
La atención del club en este momento se centra en su mecánica, la selección de lanzamientos y la confianza de Chacín, tres facetas esenciales de su juego que parecieron abandonarlo durante una pesadilla de 2019 que cerró con 6.01 de efectividad de ser el abridor del día inaugural.
“Te frustras y pierdes un poco tu confianza”, dijo Chacín al diario Star Tribune hace unos días. “A veces estás en el montículo, tus lanzamientos no funcionan y no sabes qué hacer”.
El coach de pitcheo de los Mellizos, Wes Johnson, investigó de pie a cabeza el historial de Chacín en las ligas mayores, y sobre todo especialmente sus mejores años: 2011 y 2013 en las que registró 3.62 y 3.47, respectivamente, en Denver, y sus 15 victorias en la edición de 2018 en la que los Cerveceros quedaron a una victoria de avanzar a la Serie Mundial.
Johnson y el departamento de investigación de los Mellizos compararon el mejor trabajo de Chacín con el último y desarrollaron un plan para hacer que este último se parezca al primero. El lanzador, que el pasado 7 de enero cumplió 32 años, está ansioso por revivir una carrera que ya se ha reinventado un par de veces, y se muestra emocionado de escuchar sus ideas.
“Me mostraron cómo mantener mis ojos en mi objetivo. Mantengo mi pecho hacia arriba y hacia adelante un poco más. Usé mi pierna trasera para obtener más fuerza y sí funciona”, reveló el criollo. “Muchas son las pequeñas cosas que me están ayudando. Y algunas buenas ideas sobre mi mezcla de tonos y cómo uso ciertos tonos”.
Es demasiado pronto para saber si Chacín superará a Devin Smeltzer y Randy Dobnak por la vacante en la rotación, pero su experiencia y preparación no puede ser dejada de lado.
