It, la aterradora y hermosa historia de un payaso al que le gustaba la carne de niño

“Por fin una película que me reconcilia con el género del terror. Dejen los prejuicios de mamertines y vayan a verla”

A mí los payasos no me dan miedo. A mí los payasos ni me van ni me vienen. Nunca vi de niño It, esa mini serie de 1991 que puso de rodillas a los gringos aturdidos por la Operación Tormenta del desierto que pensaba destronar a Saddam Hussein. La vi la semana pasada, la colgaron en Mira de Todo y como es gratis pues me la vi y no me pareció mala. La relación de los niños le hacía a uno recordar a los Goonies y pues, ochentero hasta el tuétano, para mi es muy fácil caer en la nostalgia.

Igual me fui a ver esta It sin esperar demasiado. El terror me encanta pero ya no hay con quien. Para solazarme en el desierto releo a Hoffman, a Le Fanu, a Kliest, a Vernon Lee. Pero fui dispuesto a no soportar dos horas de mierda solo por la buena educación de no molestar al gordo que devora dos perros calientes y se queda dormido hasta la babaza. Sí, a la primera arcada me levantaría. Pero me atrapó.

It no solo es aterradora sino que es una hermosa película sobre la infancia. Le recuerda a uno el mejor Stephen King, el evocador de Cuenta conmigo, un escritor de una ternura que recuerda al mejor Spielberg. El casting, a diferencia de su antecesora, es fantástico. La pequeña Sophia Lillis es esa muchacha de la cual todos estábamos enamorados en nuestra primera infancia. Abusada por su padre, despreciada por sus compañeras de colegio, su personaje, Beverly Marsh, es ya un clásico dentro del universo del terror. Y que puedo decir de los niños.

Los niños son todo lo que fuimos los perdedores: gordos, torpes, vulgares, hipocondriacos y a la larga valientes porque, a diferencia de los bravucones, terminamos derrotando todos los miedos que eran muchos, que siempre se anidaban en una sombra que salía de la puerta entre abierta del closet, en las frías duchas de la madrugada a donde nos alistábamos a llegar al horror del colegio en donde siempre había alguien asechando desde los rincones, en donde un payaso nos espiaba desde la alcantarilla.

Lamento mucho que los mamertines de siempre, con sus ínfulas de intelectuales, les parezca ridículo ver una película, “Sobre un payaso asesino marica, osea, que es eso?” No saben lo que se pierden. It es para ir en grupo un viernes tipo seis de la tarde, ir con los amigos de toda la vida, los que no vemos hace años y salir después a respirar el aire del viernes por la noche y beber hasta el sábado por la mañana con las viejas canciones de Portishead con las que alguna vez enredaste a la más bonita del barrio, a la que sólo era tu amiga.

It  es una belleza en ese desierto que ha sido la cartelera de este año que ahora parece recomponerse con la llegada de Mother, la extraña obra maestra de Darren Aronofsky. Mientras tanto disfrutemos con este payaso maldito

Información de: Las 2 Orillas