¡Insólito! En el Zulia solo aceptan billetes de 200 y 500

CAR001. CARACAS (VENEZUELA), 20/08/2018 - Una persona cuenta dinero del nuevo cono monetario retirado de un cajero automático del Banco de las Fuerzas Armadas Bolivarianas (BANFANB) hoy, 20 de agosto del 2018, en Caracas (Venezuela). Venezuela reemplazará los billetes en circulación por una nueva moneda dentro del proceso de reconversión monetaria con el que se eliminarán cinco ceros a la moneda nacional, el bolívar, que a partir de hoy llevará el apellido de "soberano". EFE/MIGUEL GUTIÉRREZ

En una bomba de tiempo se han convertido las denominaciones de 200 y 500 bolívares del actual cono monetario, puesto que de los ocho billetes que conforman el actual cono monetario nacional, junto a dos monedas que jamás circularon exitosamente, solo estas dos piezas no son devueltas a los usuarios que intentan cancelar con ellos productos y servicios en el Estado Zulia.

En 10 años, Venezuela vivió dos reconversiones monetarias, en el mismo tiempo, el Gobierno nacional efectuó numerosas modificaciones en la impresión y diseño de billetes, restando cada vez más ceros a la moneda, en su búsqueda por controlar la inflación y otros males de la economía nacional.

A pesar de estas resoluciones a nivel de Gobierno para buscar solución a la inflación, estas decisiones tuvieron el mismo destino, los billetes escaseaban, se comercializaba de manera ilegal, se hacían insuficientes ante la crecida de los precios y, finalmente,en los últimos años, con el nacimiento de la hiperinflación venezolana en el 2017, el Gobierno resolvió de momento creando billetes “más grandes”.

En medio de una brutal hiperinflación que pulveriza los ingresos y sin políticas que frenen el rechazo de los billetes, esta familia de piezas monetarias parece estar cerca de repetir el escenario.

El economista y analista de riesgo financiero, Leonardo Buniak, dijo a PANORAMA que el desplazamiento del actual cono monetario es bastante común en zonas fronterizas como los municipios de los estados Zulia, Táchira y Bolívar, por ejemplo, “donde existe contrabando de extracción de estas piezas”.

No obstante, resaltó que es un proceso que también “se viene dando a consecuencia de pulverización del cono monetario que ha venido haciendo la hiperinflación. La situación es tan complicada que incluso la economía que está totalmente dolarizada (de facto) y el billete de 1 dólar estadounidense han sufrido también los impactos del proceso hiperinflacionario”.

“Ciertamente esto anticipa lo que está por venir: una ampliación del cono monetario. No es una reforma monetaria, no una nueva reconversión, pero si una ampliación del cono monetario, con el nacimiento de billetes de 1.000, 5.000, 10.000, 20.000, 50.000 e incluso 100.000 bolívares soberanos”, vaticinó el economista.

Sin embargo, la medida de política económica a seguir para Buniak, sin duda, es abatir el proceso de hiperinflación, puesto que generar nuevos billetes que den mayor poder adquisitivo ante la escalada de precios en los productos y servicios, “es una medida de carácter estética, completamente cosmética, no cambia absolutamente nada, pero desde el punto de vista operativo, para darle vialidad al sistema de pago, lo inteligente es crear estas piezas”.

Además, apuntó que, debido a la esterilidad de su uso por el rechazo que generan en las transacciones diarias, “emitir mas billetes de 100 bolívares, así como de 2, 5, 10, 20 y 50 no tiene sentido. El efectivo comenzó a escasear nuevamente porque buscan los billetes de alto valor”.

Además, desde el mercado Las Pulgas en el Zulia, los comerciantes informales, que comercializan alimentos y productos de primera necesidad, han estado marcando el ritmo de la no aceptación de cada papel moneda, ofreciendo así los productos a precios más económicos.

Muchos usuarios, en su esfuerzo por aligerar sus presupuestos, se ven presionados a cancelar de la manera exigida. Estos vendedores no formales, comenzaron, a escaso tiempo de la emisión de los nuevos billetes, en enero, a imponer el desuso de las piezas de Bs. 2 y 5, con escaso diferencial de tiempo.

¿La razón? “Hacen bulto”, replican los mercaderes a los compradores, a medida que va incrementándose la inflación y requieren mayor cantidad de unidades para cancelar los productos que comercian de manera ilegal.

OJO AL DATO

Para la reconversión efectuada el pasado 20 de agosto de 2018, el BCV imprimió unos 676  millones de unidades con la más baja denominación del bolívar soberano: la pieza de dos bolívares.

Según cifras del Banco Central, de esta manera, se colocó en circulación 31 veces más billetes de Bs. 2, que el de mayor designación (500 bolívares), del que apenas se imprimieron 21,8 millones de unidades.

En febrero, el BCV comenzó a imprimir más billetes de Bs. 50, 200 y 500, mientras se iba popularizando el rechazo a cuatro de las ocho piezas del cono: 2, 5, 10 y 20.

Para marzo, el máximo ente financiero del país colocó 4.117,5 millones piezas en circulación, según datos publicados para ese mes, de los que 644 millones corresponden billetes de 100 bolívares, la mayor cifra de impresiones registrada.

Se imprimieron también 268,1  millones de piezas de 200 bolívares y 340,2 millones de 500 bolívares. Aún sumadas estas emisiones, no superan a la cantidad impresa de billetes de 100.

Estas denominaciones  de Bs. 200 y 500, por sí solas cada pieza no es capaz de adquirir ningún producto o servicio, pero en conjunto representan mayor poder adquisitivo ante el desplazamiento de la moneda, puesto que son un escudo ante el popularizado rechazo del billete.

 

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