En las calles de Barquisimeto, la escena se repite una y otra vez. El semáforo cambia a rojo, pero en lugar de detenerse, motorizados y conductores de vehículos particulares aceleran para cruzar la intersección. Un acto de imprudencia que muchos consideran una «costumbre», pero que se ha convertido en una de las principales causas de los accidentes de tránsito en la ciudad.
El equipo de Noticias Barquisimeto realizó un recorrido por las principales vías de la ciudad y constató que los semáforos son ignorados por un gran número de conductores. Esta falta de respeto a la señalización vial lleva a preguntarse si los semáforos son una herramienta de ordenamiento o solo un adorno, ya que la mayoría de los conductores se «comen» la luz roja como si fuera opcional.
La falta de respeto a las leyes de tránsito no se limita a las luces rojas. También es común ver a motorizados invadiendo los pasos peatonales, circulando en sentido contrario o zigzagueando entre los vehículos, poniendo en riesgo la vida de transeúntes y otros conductores.



Este comportamiento temerario no solo genera caos, sino que tiene consecuencias fatales. Los hospitales de la ciudad reportan un aumento constante de lesionados por accidentes de tránsito, muchos de ellos a causa de estas imprudencias. Es una realidad que afecta a todos: conductores, peatones y hasta a quienes se movilizan en transporte público.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades por regular el tráfico y aplicar sanciones, la cultura de la desobediencia al volante parece ser más fuerte. Por eso, el llamado es a la conciencia y la responsabilidad. El respeto a las normas de tránsito no es solo una obligación legal, sino un acto de civismo y respeto por la vida de los demás.
El caos vehicular en Barquisimeto es un reflejo de una problemática más profunda. Mientras algunos conductores sigan viendo los semáforos como un estorbo en su camino y no como un mecanismo de seguridad, la ciudad seguirá siendo un escenario de alto riesgo para todos.
Carla Martínez / Noticias Barquisimeto