Iba a comer empanadas y lo matan en el camino

Tirado bocarriba cerca de siete botellas negras de cerveza estaba su cuerpo. Llevaba una chemisse verde manzana con rayas blancas, pantalón gris y correa negra. Sus medias eran azul oscuro y no tenía zapatos porque un hermano se los había quitado.

Sobre el pavimento había un charco de sangre y la gente cuchicheaba, pero en líneas generales el silencio era lo reinaba. Sólo el grito desconsolado de algún familiar rompía la calma en la zona. Así estuvo el barrio la Pastora la mañana de este domingo luego del asesinato de Luis Arriechi, hombre de unos 40 años que recibió tres impactos de bala en el pecho.

Según contaron personas allegadas a Arriechi, el hombre había amanecido bebiendo como solía hacer los fines de semana. A eso de las 6:00 de la mañana, los vecinos de la carrera 11 con calle 20 escucharon al hombre reír y gritar. “Llegó de la fiesta”, comentó una mujer que confiesa que se despertó por el alarido de Arriechi.

Lejos de ir a su casa, el hombre se empeñó en seguir su celebración particular. En la carrera 10 con calle 17 vieron a Luis caminando y saludando a todos. “Tengo hambre”, le comentó la víctima a una prima con la que se encontró en una esquina.

Decidido a desayunar, Arriechi se regresó a la carrera 11 para comprar empanadas. Allí esperó pacientemente a que abrieran un local, pero en ese momento el ruido de una moto se escuchó por las calles y luego tres balazos.

Alarmados por las detonaciones, los vecinos se asomaron y allí vieron que Arriechi estaba tirado botando sangre por la boca. “Mataron a Luis, corran que mataron a Luis”, decían las personas. Eran las 8:03 de la mañana y la desgracia se apoderaba de La Pastora.

“Yo lo escuché dándole a un portón, siempre que amanecía bebiendo llegaba despertando a su familia para saludar. Le gustaba tomar, pero él no se metía con nadie”, comentó una vecina del lugar que no quiso revelar su nombre.

Cuando la gente vio que Arriechi había sido baleado intentaron ayudarlo, pero de inmediato se percataron que el hombre había muerto. La familia fue notificada de lo que había pasado y corriendo llegaron al lugar.

Extraoficialmente, se pudo conocer que Arriechi trabajó durante cinco años como rapiditero en la zona. Era querido por familiares y amigos, quienes lo describen como una persona alegre. Al momento de revisarlo, la familia no encontró su teléfono celular y por eso los hermanos creen que lo mataron para robarle, pero el Cicpc no ha confirmado esta versión.

En la zona se rumoraba que Luis había sido detenido la noche del sábado por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) cuando lo encontraron bebiendo en una esquina, pero la familia no quiso confirmar a La Prensa esta información.

Información de: La Prensa