El Síndrome de Asperger es uno de los Trastornos del Espectro Autista (TEA)más comunes y menos conocido, que genera prejuicios y discriminación como, por ejemplo, el último caso conocido, en Argentina, de cómo un niño con este trastorno ha sido cambiado de clase y las madres de sus compañeros lo celebraron por WhatsApp. Su tía, indignada, lo hizo público y abrió el debate con un punto común: la intolerancia.

Hoy cuando se conmemora el Día Mundial del Asperger, te ofrecemos algunas claves para tener aún más claro todo sobre este trastorno.

¿Qué es el síndrome de Asperger?

El síndrome de Asperger fue reconocido por la comunidad científica [DSM-4: Diagnostic and Statistical Manual]), en 1994 e incluido en 2013 como parte del TEA (Trastorno de Espectro Autista). Los TEA, y el síndrome de Asperger en concreto, son trastornos que afectan al neurodesarrollo del niño. Son menores que tienen un aspecto e inteligencia normal y, a veces, incluso superior a la media. Presentan un estilo cognitivo particular y habilidades especiales en áreas restringidas. Además, supone una discapacidad para entender el mundo de lo social, dando origen a comportamientos inadecuados, como, por ejemplo, gritar en situaciones indebidas, lo que tiene consecuencias negativas para ellos y su entorno.

¿Cuál es su origen?

El síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo cerebral, donde interactúan causas genéticas y ambientales. No se sabe exactamente cuál es el problema, y muchas causas distintas pueden dar lugar a la aparición de comportamientos autistas, pero cada vez parece más claro que hay dificultades en el desarrollo y funcionamiento de las conexiones entre neuronas que producen un procesamiento de la información cualitativamente distinto. La maduración y estructura del cerebro parecen alteradas, se producen de forma irregular y, a veces, a destiempo, con un inicio de los problemas probablemente ya en el primer/segundo trimestre de la vida intrauterina.

¿Cuáles son sus síntomas?

A pesar de que cada individuo con asperger es diferente, lo que tienen en común son las dificultades en la interacción social, sobre todo con las personas de su misma edad; alteraciones de los patrones de comunicación no-verbal -pueden parecer enfadados, por ejemplo, y no estarlo-; intereses restringidos, inflexibilidad cognitiva y comportamental; dificultades para la abstracción de conceptos, interpretación literal del lenguaje, dificultades en las funciones ejecutivas y de planificación, en la interpretación de los sentimientos y emociones ajenos y propios. Los niños con el síndrome de Asperger aparentan ser para la mayoría brillantes, felices y cariñosos.

Los déficits sociales están presentes en aspectos del lenguaje, tales como dificultades en el ritmo de conversación y frecuentemente alteración de la prosodia (entonación, volumen, timbre de voz, etc). Asimismo suelen ser disfuncionales los patrones de contacto ocular, gestual, etc. En la mayoría de los casos existen dificultades también en la coordinación motora.

¿Cuál es la prevalencia del síndrome de Asperger?

Es un trastorno muy frecuente, poco conocido entre la población general e incluso por muchos profesionales. En las últimas décadas, la prevalencia del conjunto de los Trastornos del Espectro del Autismo se ha incrementado significativamente, situándose en la actualidad en 1 caso por cada 100 nacimientos, lo que cifraría en más de 450.000 el número de personas en España, según Autismo Europa, 2012.

A falta de datos oficiales, se estima que hay entre 1 y 5 casos de Asperger cada 1.000 nacimientos. Y, según diversos estudios, tiene mayor incidencia en niños que en niñas.

La importancia de un diagnóstico temprano

Una adecuada identificación y atención temprana, un buen ambiente familiar, una adecuada respuesta educativa, una alta capacidad intelectual y de aprendizaje, son factores que predicen un mejor ajuste social, personal y emocional en la vida adulta.

¿En qué se diferencia el síndrome de Asperger del Autismo?

La severidad de los síntomas en el autismo es mucho mayor que en el síndrome de Asperger y el niño posee a menudo poco o nada de lenguaje. Los problemas en el aprendizaje son más comunes en el autismo clásico. En el síndrome de Asperger siempre está presente el lenguaje formalmente correcto y la inteligencia (capacidad cognoscitiva) es normal, e incluso en algún caso puede estar sobre la media.

¿Cómo interactuar con un niño con asperger?

Las relaciones sociales son fundamentales para que estos niños pueden desarrollar sus capacidades y su vida en comunidad. Los expertos aconsejan que es muy positivo saludarles; entablar conversación con ellos con frases claras y directas; ser pacientes por si no nos entienden a la primera y tolerar las diferencias.

NB