Tras recibir varios disparos, Andrew Smith murió a los 28 años mientras cazaba ciervos con su padre, Bradley. El hombre de 63 años confundió al joven con un animal puesto que ya estaba atardeciendo en el lugar.
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A pesar que la caza es legal en Ohio (Estados Unidos), ninguno de los dos llevaba el vestuario indicado para realizar esta actividad en un área boscosa de Pollock Road. En efecto, para evitar estas situaciones los cazadores deben usar vestimenta naranja, la que ni Andrew y Bradley usaban, según dijo al medio The Columbus Dispatch.
Aún así la policía de la Oficina del Sheriff del condado de Delaware determinó que no se trató de un homicidio, sino que de un trágico accidente, librando de cargos al hombre. “Pensó que estaba disparando a un ciervo pero era su hijo”, dijo Tracy Whited, portavoz de la institución.
Los hombres estaban acompañados de un grupo de amigos considerados expertos cazadores, con más de dos décadas realizando esta práctica.
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Andrew, quien era bombero y jugaba béisbol, murió en el lugar sin posibilidad de ser reanimado por paramédicos.
Agencias
