Henri Falcón: “El G4 atornilla al gobierno ¿Quiénes son los colaboracionistas?”

Henri Falcón no repara en la crítica a la oposición a la que le reclama “más realidad, más política, con P mayúscula; y menos fantasía, menos improvisación, menos sectarismo y menos inmediatismo”.

El excandidato presidencial y exgobernador de Lara, en conversación telefónica con Panoramal, insiste en que la salida a la crisis del país no es otra que la negociada y electoral y cuestiona, duramente, el abandono del voto como institución por muchos sectores opositores. Haciendo una retrospectiva de su candidatura en las presidenciales del 20 de mayo, cuestionada por un amplio sector de la oposición no se arrepiente de nada, más bien se considera haber sido el blanco de los sectores más radicales del antichavismo.

“Vinieron las municipales y llamaron a abstención, llamaron a la abstención en las regionales, en las presidenciales, llamaron a la abstención en el 2005 al Parlamento y terminamos destruyendo al voto como instrumento de cambio político, pero también afectando liderazgos y afectamos partidos, eso ha sido equivocado. ¿Quiénes aquí de verdad han sido colaboracionistas? Ellos han venido atornillando al Gobierno producto de sus errores”, agrega el dirigente.

Desde su partido Avanzada Progresista respalda los diálogos de Caracas y asegura que sí están dando resultados, igualmente, lanza un llamado  a la rectificación.

“El tal cese de la usurpación para qué ha servido. Eso no funcionó. Además era fantasioso y después para qué sirvió el 30 de abril (intentona de Altamira), para qué sirvió el llamado al Comando Sur para que vengan a Venezuela, quién dijo que un ejército de otro país tiene atribuciones en resolución de problemas humanitarios y electorales de otro. Para qué han servido las sanciones económicas; nosotros estamos de acuerdo con las sanciones a funcionarios y las sanciones al Gobierno por hechos de corrupción, por narcotráfico, por violaciones a los derechos humanos; pero no podemos estar de acuerdo en que no lleguen medicinas y que no lleguen los equipos para resolver el problema de la luz y que no haya agua porque tampoco hay equipos; quién resuelve eso”, agrega el también antiguo dirigente del chavismo.

— Usted está en una cruzada por conseguir una salida electoral, ¿qué es lo más difícil de ese camino?

— No es un planteamiento que hacemos desde ahora, es una convicción que le hemos planteado al país desde hace mucho tiempo ya. Hemos sostenido de manera coherente que la salida a la crisis estructural  del país solo la podemos resolver por la vía democrática, constitucional, pacífica y electoral. Por eso cuando se hacen estos llamados de comunicaciones al Comando Sur o algunos que piden intervención militar, cosa que el solo hecho de plantearlo representa ya una falta de dignidad, de respeto a nuestra soberanía, incluso a nuestros principios históricos, les decimos que estamos convencidos de que la negociación es la única salida, no hay otra. La otra es la confrontación, la guerra, el golpe de Estado que sin duda alguna agravarían más la situación del país y no resuelven ninguno de los problemas que nos planteamos los venezolanos.

De manera que en esta cruzada, como tú la llamas, es producto de las negociaciones que se hacen a través de la mesa nacional de diálogo, después de conocer la retirada de ambas fuerzas de la iniciativa de diálogo de Oslo y de Barbados, que además nosotros respaldamos, a pesar de que no fuimos considerados otros grupos políticos, como suele suceder por el grupo de los cuatro partidos; pero pasaron dos meses y medio y se enfrascaron en una metódica de nada está negociado hasta que todo no esté negociado; nosotros hemos puesto en práctica una metodología totalmente distinta, nosotros creemos en los acuerdos parciales, progresivos, acumulativos que vayan generando un saldo  positivo en la dinámica compleja que vive el país.

— La oposición que se sentó en Barbados tenía como su carta sobre la mesa las sanciones, pero la mesa de diálogo de Caracas no tienen músculo para negociar, un tema tan crucial como el de unas elecciones presidenciales, ¿cómo enfrentar esa situación?

— A pesar de esa interpretación, que recogen otros factores políticos cuando hablan de los máximos y los mínimos, de la mesa y la “mesita” pasa que los resultados se están dando es de esta iniciativa que no tiene 30 días; al menos la instalación de la mesa nacional de diálogo. En este tiempo se han producido excarcelaciones y seguimos presionando para que se reconozcan los derechos políticos de los presos políticos,  pero también que se reconozcan sus derechos civiles y que las libertades sean plenas. No estamos hablando de presos selectivos, estamos presionando para que sean civiles y militares, pero también para los que están refugiados en embajadas, también presionamos para lograr que vuelvan al país quienes están en el exilio perseguidos por el Gobierno.

Además de eso, la incorporación de los diputados de la bancada oficialista al seno de la Asamblea Nacional permite que desde esa instancia se recurra a la política para que se inicie un diálogo de fuerzas políticas que hacen vida ahí y pueda iniciarse el proceso de reinstitucionalización del Estado venezolano con el reconocimiento a la Asamblea Nacional, el levantamiento del desacato y la designación de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) que lo estamos viendo ahora. No estamos hablando de un nuevo CNE exclusivamente  a nivel de los rectores, no, estamos hablando de la necesidad de revisión del CNE aguas abajo. En todos los estados para poder tener un ente rector confiable, creíble, imparcial que pueda dar garantías de transparencia, de procesos verdaderamente bajo el marco de la Constitución  y no bajo el sentimiento o el interés del Gobierno y su partido.

Esa mesa ya comienza a mostrar resultados tangibles, no así los casi tres meses entre Oslo y Barbados, no así la iniciativa de diálogo de Santo Domingo, no así las iniciativas de Caracas (en dos oportunidades), aquí de lo que se trata es de que en una mesa de diálogo podamos debatir todos los temas. Hemos planteado la elección presidencial, creemos que la solución de la economía y de los grandes desequilibrios del país pasa por cambiar al Gobierno. Pero tenemos que nombrar un CNE y ponernos de acuerdo y alguien tenía que hacerlo, aunque sean considerados partidos minoritarios, eso en la práctica no es tan así. Si revisamos los números de encuestas aquí el partido que más tiene es Acción Democrática y tiene 5 puntos, pero además, por qué hay una mayoría representada en cuatro partidos nacionales, porque todos los factores opositores en un proceso electoral en el 2015 nos pusimos de acuerdo para tener una sola estrategia, una sola narrativa, una sola tarjeta, la de la Unidad, de manera que no es tan cierto lo de las mayorías y minorías porque cuando nos vamos a la realidad práctica, a lo operativa, ahí está lo que ellos dicen es una “mesita” logrando de manera eficaz, efectiva resultados concretos en una verdadera negociación que no descarta nada, incluso, temas como la dolarización del salario, las pensiones, la necesidad de que podamos incidir en la crisis humanitaria  con la propuesta de petróleo por alimentos con el concurso de Naciones Unidas.

— La oposición tuvo un gesto de declararse en sesión permanente para avanzar en la escogencia de un nuevo CNE, ¿cómo ve usted esa iniciativa?

— En este caso la Asamblea Nacional está haciendo lo correcto y está recogiendo el planteamiento que venimos proponiendo nosotros desde hace muchos años. La salida no es la intervención militar, la salida es electoral. La salida está dada en el marco de la Constitución por la vía de una negociación, pacífica y democrática.

La materia del comité de postulaciones es competencia de la Asamblea Nacional, es la AN la que debe designar al Consejo Nacional Electoral, pero si no lo hiciera la Asamblea Nacional se corre el riesgo de que por omisión legislativa termine el Tribunal Supremo de Justicia decidiéndolo.

— Pero ese sería el “peor de los mundos” para nada ayudaría a destrabar esta crisis…

— En nada ayudaría, por el contrario, pondría una traba más en el camino en la necesidad de buscar acuerdos y ahí el papel de la Asamblea Nacional. El Parlamento debe ser un espacio privilegiado para los acuerdos, la negociación, el diálogo, para esos son los parlamentos.

El  tema del desacato es materia de conversación y diálogo en la Asamblea Nacional, por eso creo que el poder regularizar la negociación en el marco de un ente privilegiado, reconocido a nivel mundial como es la Asamblea Nacional es un elemento que le da fuerza a la negociación (…) eso es el inicio de la reinstitucionalización del Estado venezolano para lograr instituciones autónomas, independientes y no oficinas del Partido Socialista Unido de Venezuela o que reciben órdenes del Ejecutivo Nacional.

— Por ejemplo… casos como el de la Constituyente que ha tomado decisiones contra diputados, la semana pasada contra Juan Pablo Guanipa, que no ayuda en mucho a acercar las partes…

— Estamos frente a un Gobierno mañoso, tramposo que entre ellos, su partido y las instituciones que ha creado a su medida vulnera cada vez que quieren el Estado de derecho y persiguen y atropellan las libertades públicas de quienes ejercemos la política.

Esta decisión contra el diputado Guanipa, lejos de aclarar el panorama, lo que hace es agudizar las cosas, no contribuye en nada, es un error y eso también lo estamos planteando en la mesa de negociación porque no es posible que por un lado estén saliendo 24 excarcelados y por otro están metiendo 20 más, entonces no tiene ningún sentido. Es lo  mismo que esto del Poder Electoral, debe haber un acuerdo para que nombremos un CNE equilibrado.

— Y eso es posible de lograr, aguas abajo, más allá de los micrófonos, ¿hay realmente la voluntad política para lograr un nuevo CNE?

— Si no le seguimos abriendo el camino a la incertidumbre. En Venezuela hay una verdadera incertidumbre, llena de desconfianza y mucha frustración eso es un espacio de cultivo para la gran desesperanza de la mayoría de los venezolanos.

Fíjate que en el último estudio que vimos el 63% no siente identidad en los partidos políticos y esto de seguir llamando siempre a la aventura, de seguir en la improvisación, ceñidos al inmediatismo y vivir de la fantasía, inventando una cosa hoy para ver si se me da mañana juega con la paciencia de la gente y los tiempos de la política no son los tiempos de la gente. Los venezolanos están pasando mucha necesidad, demasiada, la gente del Zulia está viviendo lo que estamos pasando acá en Lara no hay gasolina, no hay gas, no hay luz, no hay agua, ese es el problema del pobre que es el 80% de la población que no tiene los dólares que sí tiene otro sector de la población (…)

— Este país es un poco bizarro, porque la realidad de Caracas dista mucho del problema de servicios, efectivo y hasta inflación de Maracaibo y muchas otras ciudades, ¿esa burbuja mitiga la posibilidad de movilizaciones de calle?

— La realidad de Caracas que el Gobierno pinta está alejada de la realidad de las regiones. Eso mismo ocurre con algunos políticos nuestros que se van al exterior, muy trajeados, con buenos zapatos a decirnos desde Miami o desde Europa que esperemos salir a la calle con armas, con fusiles porque aquí lo único que resuelve esto es la guerra, o los que salen al exterior a seguir pidiendo sanciones que terminan agravando la situación de los venezolanos, porque estamos claros de que no son las sanciones las que han generado la crisis económica del país, pero nadie puede dudar que la ha agravado y todavía hay algunos señores políticos venezolanos que salen a pedir más sanciones.

Nosotros hemos dicho y lo sostenemos en cada región que aquí hay valores que se tienen que rescatar en la política: el valor de la palabra, el valor de la verdad, hay que hablarle con la verdad a la gente; el valor de la humildad, saber reconocer cuando te equivocas y saber retroceder porque los que no rectifican solo son los necios. El que sabe que no está generando una conducción adecuada debe rectificar porque si no caemos donde estamos.

El valor de la solidaridad, el valor de la gratitud y el valor de la verdadera unidad. De una unidad sincera, sin hipocresías, de la unidad superior que no comprometa el interés del país, que por el contrario deje de lado el interés de los partidos y el interés individual, eso no lo entendemos, porque el 90% del país quiere salir de Maduro y su camarilla de corruptelas, porque no hay conducción adecuada.

Lamentablemente, los políticos que hacemos vida en la oposición generamos de un error diez errores más y somos incapaces de reconocerlos y rectificar.

En enero, yo decía que se tenía el mejor espacio para la negociación porque tienes reconocimiento internacional, tienes movida a la gente en la calle tienes una popularidad muy elevada, era el momento de la negociación, como lo fue en el 2015 cuando se ganó la elección parlamentaria; entonces lo asumimos con arrogancia, prepotencia y sectarismo, son errores porque pensamos es en el partido, no en la gente, aquí de lo que se trata es de que le busquemos una solución a esto porque aquí todos somos necesarios, los que se creen que son partidos mayoritarios, pero también los supuestos partidos minoritarios, con enfoques diferenciados, pero todos somos necesarios frente a la tragedia que representa Nicolás Maduro y su camarilla.

— ¿Usted plantea una rectificación de la estrategia del 23 de enero entonces?

— Sin duda alguna. El tal cese de la usurpación para qué ha servido. Eso no funcionó. Además era fantasioso y después para qué sirvió el 30 de abril (intentona de Altamira), para qué sirvió el llamado al Comando Sur para que vengan a Venezuela, quién dijo que un ejército de otro país tiene atribuciones en resolución de problemas humanitarios y electorales de otro. Para qué han servido las sanciones económicas; nosotros estamos de acuerdo con las sanciones a funcionarios y las sanciones al Gobierno por hechos de corrupción, por narcotráfico, por violaciones a los derechos humanos; pero no podemos estar de acuerdo en que no lleguen medicinas y que no lleguen los equipos para resolver el problema de la luz y que no haya agua porque tampoco hay equipos; quién resuelve eso.

Se trata de eso, de tener claridad en el desarrollo de una estrategia, no se tuvo esa claridad y por eso desde enero brincamos a noviembre. ¿Y qué hemos generado? Expectativas y después de ellas grandes frustraciones que se convierten  en desconfianza y desesperanza de las grandes mayorías.

Esas son verdades y no le pueden molestar a nadie. La oposición no pueden ser cuatro partidos, esa es una gran mentira.

— Usted plantea más horizontalidad en la dirigencia opositora…

— Más realidad, más política, con P mayúscula; y menos fantasía, menos improvisación, menos sectarismo y menos inmediatismo.

— ¿De cara al 2020 estaba planteado un acuerdo político para darle la presidencia del Parlamento a los partidos minoritarios, ustedes van a pedir que se respete ese pacto?  

— Quizás nosotros no tengamos que contradecir ahí una estrategia porque un partido, llámese minoritario o no; lo plantee de repente generando mayores contradicciones en el seno de la Asamblea Nacional; podemos tener diferencias en el enfoque de una estrategia y podemos tener coincidencias, como las tenemos en otras estrategias, pero aquí de lo que se trata es de fortalecer  las coincidencias más allá de las diferencias (…) Hay un propósito que es superior: salir del Gobierno.

Por ejemplo, yo podría decir de la señora María Corina y el señor Leopoldo López, que mis coincidencias con ellos son muy pocas y las digo abiertamente; no tengo por qué guardarme eso. Ellos normalmente plantean salidas extremas, radicales que no comparto, por ejemplo, la salida por la fuerza. Yo no convoco a nadie que venga a intervenir militarmente en  mi país, no estoy de acuerdo con las sanciones económicas que afectan a la mayoría de la población; quizás ellos podrían estar de acuerdo con eso.

Yo por el contrario estoy de acuerdo con una salida pacífica, democrática, constitucional y electoral. Estoy de acuerdo en que exploremos soluciones para que la comunidad internacional apoye que se puedan flexibilizar algunas de esas medidas, por órdenes ejecutivas para que pueda llegar a Venezuela acompañamiento a la crisis humanitaria. Eso no quiere decir que el propósito de ellos no sea el mío. (…) cuando hablamos del propósito común quién dice que no queremos todos salir de Maduro.

— En este sentido nuestra oposición ha sido “cortoplacista” en la confrontación con el Gobierno, en particular en estos últimos 20 años, pero ahora sí hay urgencia de conseguir una salida a esta crisis, como nunca es el país el que está en juego…

— Estoy de acuerdo contigo. Me voy a los dos grandes errores, para no irme al 2014, al 2017 referéndum revocatorio, me voy al 2018. El año pasado vinieron las municipales y llamaron a abstención, llamaron a la abstención en las regionales, en las presidenciales, llamaron a la abstención en el 2005 al Parlamento y terminamos destruyendo al voto como instrumento de cambio político, pero también afectando liderazgos y afectamos partidos, eso ha sido equivocado. ¿Quiénes aquí de verdad han sido colaboracionistas? Ellos han venido atornillando al Gobierno producto de sus errores.

Pero llegamos al 2019. Se plantea una estrategia desde enero, entonces se plantea para febrero una primera etapa definitiva en el desarrollo de la estrategia. Ah, pero ya no es febrero, ahora es marzo; después en abril la gran torta: el 30 de abril, el gran error. Una cosa llena de grandes contradicciones, improvisaciones y de manera inconsulta apelando, en mi opinión, a un esquema de insurrección que para nada resolvía los problemas del país.

Después de eso se llama al 1 de mayo, llega ese día y dicen: “No negociamos con nadie”, pero entonces están sentados negociando, ¿por qué no hablar con la verdad? Bueno, salga a decirle ahora a la gente que salga a la calle a acompañarnos. Se pierden grandes oportunidades.

El año 2018, en mi opinión, fue la gran oportunidad de salir de este gobierno, pero se impuso la mezquindad, el interés de grupos que decían que no se podía ir a votar porque en cuatro meses ya Maduro no estaba ahí. Hermano, pasó año y medio y ahí están los tipos.

— Hablando de las presidenciales del 20 de mayo del 2018, ¿qué habría hecho usted distinto a la luz de lo que sucedió desde entonces, si hiciera una retrospectiva?

— (…) Quienes debieron cambiar fueron quienes invirtieron miles de millones de dólares para emprender una campaña bestial contra nosotros. Hubo pronunciamientos de sectores empresariales, de universidades, de la Iglesia, sanciones, en las redes se dijo de todo de nosotros, que si mis hijos se habían ido a vivir a España, que si yo iba a ser vicepresidente, que si era compadre de Diosdado y todo eso en el marco de una visión equivocada, mezquina, sectaria para poder coartar una posibilidad de éxito frente a la expectativa de un sector extremista de la oposición que hasta la saciedad nos dijo que no se podía votar porque en menos de cuatro meses Nicolás Maduro ya no sería presidente.

Fueron los mismos que dijeron, hace un par de años, que había abandono del cargo y que en 30 días el tipo no estaba ahí. No te parece que esos errores nos han traído hasta aquí y ellos terminan atornillando al Gobierno.

Fuente: Panorama