El militar y expresidente venezolano, Marcos Pérez Jiménez, murió un día como hoy en el 2001, en Alcobendas, España, a la edad de 87 años.

Pérez Jiménez alcanzó el grado de General de División del Ejército de Venezuela; y designado Presidente de facto de Venezuela de manera provisional por la «Junta de Gobierno» sustituyendo a Germán Suárez Flamerich desde el 2 de diciembre de 1952 hasta el 19 de abril de 1953. En esta fecha la Asamblea Nacional Constituyente lo proclama Presidente Constitucional para el período 1953-1958.

Su período al frente del país, bajo el lema ‘Nuevo Ideal Nacional’, se caracterizó por un marcado progreso económico y social con el aumento de producción y precios del petróleo, éste último gracias a conflictos como la Guerra de Corea (elevándose hasta dos dólares el barril, el cual era un precio alto para la época).

Caracterizado también por una ambiciosa política en infraestructura, la cual se pudo ejecutar a la perfección y dio como resultado obras públicas de gran envergadura como las Torres del Centro Simón Bolívar, la autopista Caracas – La Guaira y el Paseo Los Próceres, entre otras. También se logró un inmenso desarrollo de industrias tales como la hidroeléctrica, la minería, la siderúrgica, el sector de bienes raíces y por supuesto la propia construcción, la revaluación constante de la moneda, aumento su valor sobre el dólar, todas estas bases para el alto nivel de prosperidad económica que se vivió en el país.

Según la constitución, se debía llamar a elecciones antes del 19 de abril de 1958 y fue convocado un plebiscito para decidir si continuaba en el poder o no. El plebiscito fue ganado por Pérez Jiménez por un ancho margen para ser presidente de Venezuela para el período 1958-1963, aunque varias personas tacharon los resultados de fraude.

En enero de 1958, un fallido golpe militar intentó derrocarlo, pero no sería hasta el 23 de enero cuando finalmente sería sacado del poder por las Fuerzas Armadas Nacionales, aupados por los partidos de oposición, durante todo ese mes los venezolanos se manifestaron continuamente en las calles y atendieron a un paro general de actividades que hizo inevitable la caída del gobierno.

Presionado por un movimiento cívico militar, Pérez Jiménez decidió abandonar el poder en enero de 1958, para de esta manera, evitar derramamientos de sangre.

Pérez Jiménez luego se exilió en República Dominicana y finalmente a España bajo la protección del régimen de Franco.

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