¡Hablemos de sexo! Lo que podemos aprender de los indígenas sobre fantasías sexuales

Si bien vivimos inmersos en una cultura en la cual “el sexo vende”, a mi parecer es una cultura en la que aún no nos sentimos muy cómodos al hablar sobre lo que ocurre dentro del dormitorio y todos los temas que ahí se desarrollan. Un ejemplo de ellos: Las fantasías sexuales.

Y es amplio el espectro desde el cual podemos abordar este tema pero quisiera hoy comenzar por la vergüenza y la culpa que suelen venir acompañadas con ellas.

Las fantasías sexuales pueden generar una gran mezcla de reacciones para las personas, pueden llegar a producir altos niveles de ansiedad por lo que con frecuencia suelen ser reprimidas y no son reveladas ni a su pareja.

Sin embargo, a menudo, ellas son inofensivas y tratar de entenderlas, en lugar de rechazarlas, podría resultar bastante interesante.

Como punto de partida recordemos nuestra capacidad innata para la creatividad y la fantasía. Nacemos curiosos con ganas de inventar, de explorar ¿Porque no llevar este espíritu inventivo, aventurero y juguetón que teníamos de niños al dormitorio? (o en donde sea que se nos ocurra).

Gran parte del comportamiento sexual es en realidad más fluido de lo que podemos pensar, pero solemos permanecer atrapados en antiguos tabúes sexuales, viejos sistemas de creencias, rutinas, y otros dogmas negativos en torno al sexo, además de las responsabilidades y el ajetreo del día a día, que hace que nuestro sentido de maravilla se nos escape impidiéndonos disfrutar abiertamente de nuestra sexualidad.

Y para desmitificar todo estos viejos sistemas de creencias en torno a la sexualidad decidí volver  al inicio, donde todo comenzó ¿qué tal si, con todo respeto, ahondamos un poco en la sexualidad de los indígenas?

Estudiando un poco encontré como muchos jóvenes indígenas manifiestan sentir mayor placer cuando el acto sexual es realizado en el bosque, en el río o en la copa de los árboles, por ejemplo. Descubrí también que la mujer indígena en momentos del éxtasis dice que se sienten mejor si a su lado tienen una planta, así que suelen agarrar con sus manos o tomar como referencia un árbol o alguna planta silvestre.

Otra de las prácticas sexuales entre los indígenas que viven en los ríos amazónicos es tener relaciones sexuales flotando en el agua: ellos nadan hasta lo más profundo del río o del lago, y haciendo malabares con la fuerza de la corriente, realizan el acto sexual.

¿Pueden ser vistas estas conductas como fantasías sexuales? Para nosotros sí, para ellos era y es su manera de vivir su sexualidad.

¿Llegan a sentir algún tipo de culpa o vergüenza? No. Además del placer sexual, les produce una sensación de paz interior y armonía con la naturaleza.

Quizás entonces entre tantas cosas lo que podemos aprender de los indios, es que lo que nosotros llamamos fantasías sexuales, podría ser en el fondo una manera libre de vivir la sexualidad, una forma de contactar más con nosotros mismos y con nuestros deseos, sin las imposiciones morales que nos suelen generan reacciones emocionales desagradables, vergüenzas y culpas.

Sea lo que sea que quieras experimentar en relación a tu sexualidad, ya sea que hablemos de género, orientación o intereses o comportamiento específico como las fantasías, pregúntate: ¿Qué es verdad para ti? ¿Qué te da pasión? ¿Cómo se siente? Solo tú podrás responderte.

En todo caso recuerda que cumplir con tus fantasías o las fantasías de tu pareja, en ningún momento deber ir mas allá de nuestros límites personales o lo que nosotros consideremos tolerables. Conversen sobre ello, esto les ayudará a construir una confianza y una conexión mucho más profunda.

Y luego de eso… sin vergüenza, y sin culpas.