GP de Italia de F1: Max Verstappen de Red Bull es el rey de Monza, seguido de los McLaren de Lando Norris y Oscar Piastri

Max Verstappen de Red Bull conquista en GP de Italia de F1 en el circuito de Monza, segundo y tercero para los McLaren de Lando Norris y Oscar Piastri.

Los que más saben de Fórmula 1 dicen que en el calendario del Gran Circo hay tres clases de circuitos: Mónaco, Monza… y el resto. El Gran Premio de Italia es histórico y especial, y Max Verstappen construyó una victoria monumental. Se la merecía tras dar en clasificación la vuelta más rápida jamás dada en un Fórmula 1 y golpear en una carrera que tuvo parte de locura y otra de un ritmo que le hace único. No ganará el título. Pero todos concuerdan con que es el mejor piloto de la actualidad.

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Max celebra.

Lo es por muchas razones. Y una principal es la capacidad de dar pelea y ganar a los dos McLaren. Como ya ocurrió en Japón y la Emilia-Romaña, Verstappen desquició a Norris y Piastri (2º y 3º). Les sacó de sus casillas en un inicio volcánico y después reventó con un ritmo brutal en el circuito de las seis frenadas. Reinó en la Pista Mágica mientras Norris recortaba a Piastri -31 puntos de diferencia- con favor incluido en el box del equipo británico.

Verstappen firmó una obra de arte y ocurrió desde el inicio. Pues el Gran Premio de Italia contó con las mejores cuatro vueltas iniciales de toda la temporada. Fue una colección de emociones, errores, aciertos y situaciones diversas desde el semáforo verde. Ahí apareció la versión más completa del campeón, que tuvo sus más y sus menos con Lando Norris desde el metro uno. Cerró al británico y cuando vio perdida la posición en la primera frenada, no trazó la curva. Tuvo que devolver la posición tras el cabreo del británico. «Es un idiota. Me echa a la hierba y corta la curva», lanzó.

«Es un idiota. Me echa a la hierba y corta la curva«.

Lando Norris a Max Verstappen

No se rindió VerstappenPues se pegó y con un Red Bull fuerte en recta, atacó. Fue en la Primera Variante y por el exterior, para que le recuerden. Después tiró y comenzó su ritmo machacón que le llevó a la línea de meta, y el que merecerá que la invasión de pista sea a su nombre. Porque ya no soltaría la posición que le hace rey del Parco di Monza.

Ese duelo, aun así, no fue lo único de ese inicio volcánico. Justo detrás, Oscar Piastri y Charles Leclerc dejaron una pelea a brazo partido y sin concesiónPiastri sacó su habilidad en el exterior de Lesmo 1, pero Leclerc se apoyó en su motor. El australiano silenció Monza cuando cerró el trabajo tras la recta. Ahí empezó el calvario de Ferrari. Los italianos no comparecieron más y Leclerc solo se centró en contener a Russell. Hamilton, en tierra de nadie, firmó un 6º sin sabor. En la línea de su temporada y confirmando los nubarrones encima de la Gestione Sportiva de Maranello.

31 puntos de renta

Hubo más pimienta en la batalla de cabeza. No en clave Max Verstappen, que clavó su trabajo desde que colocó ritmos imposibles en los primeros giros. Pudo lanzarse con su velocidad y ningún coche de seguridad rompió un paso inigualable y brutal. Uno que le da el valor de ser el animador del campeonato. Ganar, no. Ser el incordio de McLaren, pues sí. Todos los días en los que pueda. En este curso ya suma tres victorias. Y las tres son en lugares, Suzuka, Ímola y Monza, donde merece vencer. Otra de sus especialidades. 

Es el que aprieta a unos McLaren que viven sus más y sus menos. Porque lo que era un Norris – Piastri sin mucha historia se convirtió en otro drama. Lando entró en boxes, pero se atascó la pistola que cambiaba una rueda delantera. El australiano pasó y en el box papaya ordenaron devolver al británico la posición. «¿Ha sido por una parada lenta?», bromeó Verstappen. El neerlandés, en su propia película, tenía tiempo hasta a destacar el buenismo McLaren.

Verstappen gana.

Cosa que sigue. «Ahora podéis competir», expresaron desde el lado de Piastri. Que intentó de todos las formas posibles presionar a Norris, pero siendo consciente de que vale enormemente un tercer puesto del podio y los 31 puntos de diferencia en el Mundial. Cosa que prevaleció, aunque ni Norris ni Piastri se merecen los focos. Esos son todos para Max Verstappen. El más inteligente, rápido y pillo. Y el mejor.

La suspensión de Alonso

Los españoles, por su parte, vivieron un Monza de bajón y dolor. O de catástrofe. Como quiera que se vea. Pudo ser el del show de Fernando Alonso, con una carrera en la que ofreció una lección magistral de lectura de carrera. Pero llegó la mala suerteO el de un Carlos Sainz que quiso crecer, pero le pasó de todo. Y aun así rozó los puntos (11º a medio segundo).

Fernando Alonso hizo más de 20 vueltas deliciosas. En la que parecía un milagro posible, pero otra vez llegó la mala suerte. Y no hay otra explicación. De inicio, el tren de DRS fue sustento y instaló octavo de forma cómoda. Adelantó a Antonelli en la arrancada y se agarró a la loquísima velocidad en recta del Sauber de Gabriel Bortoleto. No podía con él, pero tampoco podían pasarle por detrás. Solo un Hamilton solvente de inicio. En la misma aspiración también estaba Carlos Sainz, con una estrategia partida en Williams -Albon salió con duros-. Pero sin poder dar un paso más, cosa que Fernando tenía dentro.

De hecho, pasó a Bortoleto en boxes tras una malísima parada de Sauber y volvió a tirar con todo. Pero el Aston Martin cedió de forma inesperada. Venía con sus mejores parciales personales y en Ascari la suspensión delantera derecha del AMR25 se partió. Sin entrar más fuerte en el piano de lo que debía, sin arriesgar. Eran vueltas continuas a toda velocidad, pero reventaron su fin de semana.

«Es increíble, es un problema de suspensión«.

Fernando Alonso

«Es increíble, es un problema de suspensión», comentó por la radio. Había perdido todo de la forma más injusta, una que daña un fin de semana en el que Alonso hizo magia de nuevo. Y eso no lo juzgará un resultado final que no se corresponde al talento del bicampeón. Pero volverá, no cabe duda.

Sainz… y un golpe con Bearman

Sainz no le fue mucho mejor. Hizo en Monza su mejor viernes de la temporada, el sábado le metió en problemas y después se sumaron las catástrofes. Para progresar, pues tras atascarse en el tren de DRS, le penalizó una excursión en Roggia con una reincorporación irregular. Además, perdió las ruedas delanteras por degradación y otro golpe le dejó muy tocado.

Paró en boxes, quiso atacar y cuando buscaba pasar a Bearman, otro problema enorme. Fue en Roggia, de nuevo. Atacó al británico por fuera en la entrada a la chicane, había superado al Haas y recibió un golpe desde el fondo plano del coche estadounidense. Terminó fuera de pista, sin abandonar. Pero descartado.

Y no existe mucha duda. Bearman no tomó una trazada clara, Sainz buscó estrangular y terminaron chocando. Terminó el Gran Premio en la 11ª posición, certificando que las cosas siguen sin salir de ninguna de las maneras. Solo medio segundo le dejó sin puntos pese a los episodios dramáticos varios. Ni suerte ni nada que se parezca.

Clasificación del Gran Premio de Italia

Así terminó la carrera de Monza.

Hender «Vivo» González

Con información de Marca