Quien gane las elecciones presidenciales de este domingo en México, cuyos candidatos este miércoles cerraron sus respectivas campañas, enfrentará no solo a los cárteles de la droga, sino también un nuevo tipo de delincuencia organizada que involucra a poblados o barrios enteros capaces de desafiar a la policía y a los militares.
Los llamados delitos “socializados” o “masivos”, se extienden a medida que comunidades enteras vacían trenes de carga o roban miles de litros de combustible en oleoductos, sin que las autoridades, ni los candidatos tengan estrategias para enfrentarlos.
Además, las cifras oficiales hablan de 834 homicidios el año pasado solo en Acapulco, ciudad turística del estado de Guerrero donde, en total, asesinaron a 2.530 personas y donde todavía sigue impune y sin aclarar la desaparición de 43 estudiantes de magisterio en 2014, un caso en el que estuvieron implicadas autoridades locales, policías y posiblemente también el Ejército.
Mientras, este miércoles la policía decomisó 20 millones de pesos que serían entregados al partido de gobierno
Ultimas Noticias
