La mañana de este martes 22 de julio de 2025, la avenida Fuerzas Armadas con calle 49 se llenó de un júbilo contagioso. No era una celebración cualquiera, era el regreso de Eddie Hurtado, uno de los 252 migrantes venezolanos que, tras cuatro largos meses de incertidumbre y la pesadilla del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador, finalmente pisó suelo venezolano y fue recibido en su natal Barquisimeto.
Eddie es parte de ese grupo de compatriotas cuya vida dio un giro drástico el pasado 15 de marzo de 2025. Desde esa fecha, su nombre se sumó a la lista de venezolanos llevados al CECOT. Él, como muchos otros, fue acusado injustamente de pertenecer al Tren de Aragua, una imputación que, como ha ocurrido en otros casos, carece de fundamento y sumió a su familia en la angustia.
El momento del reencuentro fue puro estallido de emoción. Efectivos policiales entregaron a Eddie, y sin un segundo que perder, fue de inmediato abrazado por toda su familia. Entre lágrimas y sonrisas, el aire se llenó de un clamor de gratitud a Dios y frases de puro alivio.



Entre lágrimas que se mezclaban con sonrisas de alivio, el aire alrededor de Eddie se llenó de un coro de voces, que repetían sin cesar: “¡Qué alegría, por fin tenemos al muchacho!”. Una y otra vez resonaba el tierno “¡Mi niño precioso, cuánta alegría de tenerte otra vez aquí!”, mientras el eco de un vibrante “¡Bienvenido a una nueva vida!” sellaba el momento, prometiendo un futuro lejos de la pesadilla vivida.
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El regreso de Eddie, es la confirmación de que, incluso después de los momentos más oscuros, el calor de la familia y el abrazo de tu tierra natal pueden borrar el sufrimiento y abrir las puertas a un nuevo comienzo.
Carla Martínez / Noticias Barquisimeto