Cada día, entre tres y cuatro motorizados pierden la vida en accidentes de tránsito en Venezuela. La imprudencia, la falta de educación vial y la facilidad para adquirir motos sin controles efectivos han convertido las calles de Barquisimeto en un escenario de tragedias recurrentes.
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Ante esta crisis, surge una propuesta innovadora: ser mayor de 25 años y aprobar un examen psicológico para poder conducir motos. ¿Podrían estas medidas ayudar a reducir la siniestralidad en nuestras vías?
- Más experiencia, menos riesgos: La edad mínima de 25 años garantizaría que los conductores tengan mayor madurez y capacidad de reacción ante imprevistos.
- Evaluaciones psicológicas: Un examen especializado permitiría identificar conductores con perfiles de riesgo, reduciendo la imprudencia y fomentando una conducción más responsable.
- Regulación y cumplimiento: La implementación de estas medidas, junto con la creación de canales exclusivos para motorizados y el fortalecimiento de la educación vial, podría marcar un antes y un después en la seguridad de nuestras calles.
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