Vicente Díaz, ex rector del Consejo Nacional Electoral (CNE), difundió un artículo este domingo en el que fijó posición sobre qué hacer el 20 de mayo próximo, si ir o no a votar en las elecciones presidenciales.

“Que cada quien haga lo que quiera, esto es lo que yo haré”, señaló el ex rector.

Aseguró que las condiciones de estos comicios no cuentan con mejores condiciones que las legislativas de diciembre de 2015.

“A quienes piensan que no votar le hace daño al gobierno les digo que eso es solo un rasguño comparado con el daño que le hace una derrota electoral”, se lee en el artículo.

“Yo no tengo certezas ni coherencias, más bien estoy plagado de dudas e incertidumbres, pero el descontento es tan vasto y profundo que creo que la propia maquinaria roja terminará llevando a votar a sus propios verdugos”, agregó.

Articulo

Muchos me preguntan sobre que hacer el 20M. Que cada quien haga lo que quiera, esto es loque yo haré.No es verdad que las condiciones y garantías electorales de la elección del 20 de Mayo seanmejores que la de las parlamentarias de 2015.En aquella elección estaban habilitados para ejercer plenamente sus derechos políticospartidos como la Mesa de Unidad Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular, Causa R, ydirigentes como Henrique Capriles Radonsky.Tampoco se había implementado el impresentable mecanismo de control y chantaje electoraldel Carnet de la Patria.
 
El CNE había guardado cierto decoro y no se había constituido en un (abierto) jugador a favordel oficialismo al punto de escamotear derechos constitucionales como el RR, anular partidosmediante decisiones administrativas u obstaculizando su renovación, ni había suspendidoelecciones constitucionales. No había escondido mesas y fechas electorales a discreción.Tampoco había abultado resultados (ANC), ni convalidado el forjamiento de actas de una JuntaRegional (Bolivar). Sin mencionar las numerosas violaciones a las leyes electorales en materiade sustituciones, convocatoria, y pare usted de contar.
 
Pero, mientras peor le vaya al gobierno peor serán las condiciones y garantías electorales. Esiluso pensar de que tendremos mejores condiciones electorales cuando el gobierno tiene a loselectores de espalda.
 
Un gobierno estructuralmente demócrata ya hubiese dado un paso a un lado para facilitar uncambio que redunde en una recuperación económica y social derivada del restablecimiento dela Confianza, el Derecho y la Institucionalidad. Pero este gobierno es, como buen marxista,autoritario. Por eso no se puede esperar, mientras sigan en el poder mejores condicioneselectorales, siempre irán para peor; al mismo ritmo de la destrucción nacional.Pero tampoco es verdad que los obstáculos no se puedan superar. Se ha hecho en el pasado,cuando los niveles de aversión al gobierno aun no habían alcanzado la dimensión bíblica quehoy reflejan desde los estudios científicos de opinión hasta las conversaciones cotidianas entodos los espacios y oportunidades.Con un 80% de rechazo a la gestión de la cúpula gobernante, con un país desesperado porsalir de Maduro, con unas bases chavistas que ya no aguantan tanto infortunio a cambio deretórica, consignas y canciones pegajosas pero insulsas, el deseo de cambio es imparable.
 
La maquinaria del Estado PSUV con esfuerzo podrá mover a lo sumo 30% del electorado. Esees su techo 6 Millones de votos. Si descontamos del universo electoral 20% de abstenciónestructural y 1 millón de electores emigrantes, quedarían 15 millones de votantes potenciales. Al restar los 6 millones que podría movilizar el Estado PSUV (entre partidarios, y asustados),quedan 9 millones de electores, que es seguro que desean salir de Maduro.Pero una parte importante no está dispuesta a votar. Básicamente por dos razones: uno,piensan que no votando le hacen más daño al gobierno porque creen que lo deslegitiman; ydos, porque piensan que igual como va a haber fraude no tiene sentido votar.
 
En 2005, se impuso la tesis de la abstención por las mismas razones: harían fraude y habíaque deslegitimarlos. Buena parte de la población no fue a votar. Solo votaron un poco más dedos venezolanos de cada 10. Los que votaron todos eran chavistas, de los que se abstuvieronun parte eran opositores, y otros independientes y chavistas que veían que al no haber otroscandidatos indudablemente ganaría el chavismo, y en consecuencia el voto era poco menosque un trámite fastidioso e innecesario.La bancada roja termino siendo del 100% de los diputados. Ese parlamento “deslegitimado”funcionó durante 5 años y con él el gobierno logró el control absoluto de los cinco Poderesestablecidos en la Constitución en el ámbito nacional. A quienes piensan que no votar le hace daño al gobierno les digo que eso es solo un rasguñocomparado con el daño que le hace una derrota electoral.Yo no tengo certezas ni coherencias, más bien estoy plagado de dudas e incertidumbres peroel descontento es tan vasto y profundo que creo que la propia maquinaria roja terminarállevando a votar a sus propios verdugos: gente del pueblo que cansados de burla y desidia lescastigaran con su voto. Y también creo que cualquier eventual descontento militar es más fácilque se exprese cuidando los votos de quienes quieren un cambio que de cualquier otramanera.
 
Y una avalancha de votos le pasa por encima a las triquiñuelas, tramposerías y hasta a laabierta manipulación.
 
Siempre afirmé mientras fui Rector, que no había forma de hacer fraude sin que nos diéramoscuenta. Y así ha sido.No tengo duda que en una situación de desesperación electoral por iniciativa personal o poracatamiento sumiso pueda haber gente que intente manipulaciones.
 
Pero una avalancha de votos y una férrea defensa en mesas y espacios críticos puede superarcon solvencia cualquier manipulación…; y en el peor de los casos recaba las evidencias detrampa que son aun más efectivas para deslegitimar una elección que cualquier abstención.
 
La Unidad tiene poderosos razones para no postular candidatos en protesta por lasviolaciones electorales, la anulación de sus partidos, la persecución de sus dirigentes. Siempreles he admirado su espíritu de combate y su entrega personal por Venezuela que les ha llevadoa ser golpeados, arrestados, encarcelados, inhabilitados, exiliados y, lo peor, vituperados poropositores de la oposición.Pero creo que también hay una oportunidad. El descontento social es abrumador, y los añosme han enseñado que el NO nunca me lo pongo yo, siempre prefiero que lo ponga el otro, de modo que en lo personal voy a votar porque creo que hay una oportunidad, voy a votar para intentar derrotarlos o por lo menos obligarlos que trampeen.Y sobre Falcón, que si es opositor pero fue chavista, que en el fondo es chavista, que no es chavista porque se atrevió a irse cuando aun estaba el gobierno en la cúspide y fue jefe de la campaña de Henrique Capriles, que si patatú que si patatá; no me importa en lo absoluto, voy a votar porque voy protestar de la manera que considero más eficaz, que más daño (político)hace a quienes tanto daño le han hecho a esta tierra de gracia.Y si Falcon no sirve, ya lidiaremos con eso cuando toque