Estos son los efectos en el cerebro de estar mucho tiempo solo

El ser humano es un animal social. Dependemos de los demás para sobrevivir y, de hecho, son muchos los teóricos que creen que nuestro cerebro evolucionó específicamente para potenciar las interacciones sociales.

En tiempos recientes, sin embargo, los países desarrollados han visto incrementarse el número de personas que se sienten solas. Las causas son variadas, y hablan de nuestro estilo de vida y del rol de las nuevas tecnologías en la comunicación humana, pero en cualquier caso lo que es esperable es que, si nuestro cerebro como decimos está adaptado a socializar, la soledad tenga un profundo efecto en nuestro bienestar.

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Cambios en la estructura física

En esto incide un estudio llevado a cabo por investigadores chinos y británicos y publicado en el medio científico Neurology, que concluye que el aislamiento social esté ligado a cambios en la estructura cerebral y la cognición, llegando incluso a aumentar el riesgo de demencia en los adultos más mayores.

Para investigar la cuestión, los autores tomaron datos de casi medio millón de personas extraídos del estudio UK Biobank. A estos participantes se les clasificó como socialmente aislados si vivían solos, tenían contacto social menos de una vez al mes y participaban en actividades sociales menos que una vez a la semana.

Además, estudiaron datos obtenidos de neuroimagen de aproximadamente 32.000 personas, con lo que encontraron que las personas consideradas socialmente aislada tenían una cognición más deficiente, por ejemplo en aspectos como la memoria o el tiempo de reacción, y un menor volumen de materia gris en varias partes del cerebro.

Estas últimas incluían la región temporal (encargada de procesar sonidos e implicada en la codificación de la memoria), el lóbulo frontal (implicado en la atención, la planificación y en tareas cognitivas complejas) y ekl hipocampo, un área clave implicada en el aprendizaje y la memoria, típicamente deteriorada tempranamente en la progresión del alzhéimer.

A veces, a pesar de la tristeza, el bloqueo emocional puede provocar una incapacidad para llorar.

Los mecanismos detrás

Los mecanismos por los que el aislamiento social provoca estos cambios en el cerebro no están claros, pero los autores proponen algunas posibilidades pata explicar el fenómeno.

Por ejemplo, creen que es posible que las personas socialmente aisladas sufran estrés crónico, lo cual a día de hoy sabemos que influye negativamente en el cerebro y en la salud fisiológica en su conjunto.

Otra posibilidad, dicen, es que al no usar determinadas áreas del cerebro con la misma frecuencia estas tiendan a perder su función. Ya se han documentado determinados fenómenos que parecen aportar evidencia en este científico, como el hecho de que los músicos de cuerda tengan especialmente desarrollada la parte del cerebro encargada de la movilidad fina en la mano izquierda.

Así, creen que, si una persona no participa en conversaciones sociales a menudo, su uso del lenguaje y otros procesos cognitivos como la atención y la memoria se vean perjudicados.

Sea como sea, teorizan que estos resultados indican que actuar sobre el aislamiento social puede ser una ruta clave para prevenir algunos de los peores desenlaces de la vejez, como las enfermedades neurodegenerativas.

Con información de: 800noticias