Su historia y esta batalla contra la enfermedad crónica renal comenzó hace seis años, cuando sus riñones dejaron de funcionar producto de una bacteria, tal y como aseguró Elizabeth su esposa.

Mi esposo murió a las 11:45 del lunes por falta de medicamentos en el Hospital Central Universitario de Barquisimeto.

Miguel Ángel Romero Zambrano de 49 años de edad, era paciente renal desde hace seis años del Centro Clínico El Ángel ubicado hacia el oeste de la ciudad. Se dedicaba a la instalación de papel ahumado, trabajo que le permitiría no solo llevar el sustento a su hogar, sino criar a cuatro hijos.

Convulsionó el primero de febrero luego de permanecer cuatro días sin recibir diálisis , el motivo: falta de dializadores en el centro donde recibía su tratamiento.

Desde el momento en que convulsiona fue trasladado al HCUAMP de Barquisimeto, sin embargo allí, el panorama no mejoraba en vista de recibir solo dos horas de diálisis, insuficientes para lograr expulsar de su cuerpo las toxinas y desechos.

“Mi esposo falleció por falta de insumos, por falta de médicos, por falta de todo” expresaba con dolor Elizabeth, mientras a su espalda se encontraba el ataúd con el cuerpo de quien habría sido su compañero de vida y padre de sus hijo.

Comentaba con mucho dolor que al solicitar  el apoyo del banco de sangre  de la entidad, recibió la respuesta de que le facilitarían las necesarias, sin embargo, al no contar con reactivos para realizar a las muestras los exámenes necesarios,  se preguntaba “¿si Dios le iba a dar una oportunidad a mi esposo y lo infectaban con vih?, no se podía” indicó.

Sostuvo que desde que comenzaron a fallar los dializadores han muero diez pacientes solo de este centro de diálisis.

Mi esposo en repetidas oportunidades se mostró realmente preocupado por no recibir el tratamiento oportuno, “el quería vivir”.

Aunque su esposa gestionó los recursos para incluirlo en la lista de pacientes que esperaban por un trasplante, en la ciudad de Caracas, por no haber reactivos para realizar las pruebas necesarias de suero “en noviembre nos dijeron que no enviáramos más muestras porque no habían reactivos”, indicó.

La reducción de turnos y horarios de diálisis es otro problema que sin duda alguna ha complicado la situación de más de 1500 pacientes renales que continúan luchando por recibir el tratamiento, que aunque a media, purifique su organismo y les de un respiro de vida.

Desde el mes de noviembre comenta que la situación comenzó a agravarse y que su esposo se debilitaba poco a poco, sintiéndose fatigado, cansado.

“Estoy realmente triste, de ver como siguen muriendo más y más personas por falta de medicamentos e insumos” expresaba con dolor, al tiempo que hacía un llamado al gobierno nacional para atender el problema y dotar los principales hospitales del país “porque las personas humildes no tenemos los recursos para atendernos en clínicas privadas.”

Comentó con preocupación que muchos pacientes que incluso han sido trasplantados, han muerto, debido a no encontrar el medicamento antirechazo.

Una situación que sin duda mantiene alarmados a pacientes renales que hacen vida en el estado Lara, que no escapa tampoco a la realidad de todo el país, mismos que viven con preocupación y mucha angustia cada día que pasa, temiendo sea el último de sus vidas.

NB