Fueron varios cientos de personas las que se concentraron en la ciudadela este viernes (2.04.2021), sobre todo, fieles locales palestinos, religiosos de las comunidades católicas de Tierra Santa y residentes internacionales de la región.

Juntos siguieron los pasos del Calvario de Jesús, desde la iglesia de la Flagelación, que señala donde Cristo fue condenado, hasta la basílica del Santo Sepulcro, donde la tradición indica que fue crucificado, muerto y sepultado.

La procesión fue encabezada por un grupo de franciscanos, seguidos por cientos de fieles que pararon en cada una de las catorce estaciones de la Vía Dolorosa, donde oraron en italiano, inglés y español.

Detrás de ellos avanzó también un gran grupo de fieles palestinos, que rezaron en árabe y que fueron quienes portaron las dos grandes cruces de madera.

Durante todo el recorrido estuvieron acompañados además por decenas de policías de fronteras israelíes, que facilitaron su circulación con múltiples vallados en las callejuelas de la Ciudad Vieja, ubicada en la parte oriental de Jerusalén, bajo ocupación y anexión israelí.

Detrás de estos vallados se amontonaron residentes musulmanes de la ciudadela y decenas de turistas israelíes, que aprovecharon las vacaciones de la Pascua judía (Pésaj) para visitar la Ciudad Santa y observar la ceremonia, y que se sumaron a los comerciantes locales palestinos, desacostumbrados a las multitudes tras un año en el que sufrieron como pocos la ausencia de turistas.

Desde el comienzo de la pandemia de coronavirus Israel veta el ingreso de turistas para evitar contagios, algo que volvió a privar hoy a Jerusalén de los miles de peregrinos que llegan año a año para estas fechas.

A pesar de esto, la veloz campaña de vacunación israelí, que alcanzó ya a más del 50 % de la población y que ha permitido la reapertura casi total de la economía, explica la gran afluencia de hoy, que contrasta con la gris ceremonia del año pasado, cuando tan solo cuatro franciscanos realizaron el recorrido.

Información de: DW