El declive de la producción de Pdvsa sigue manteniendo las alarmas encendidas, luego de once meses consecutivos de caída en 2017 y que representa una reducción de 23% con respecto al año pasado.

En enero, la estatal produjo 2,25 millones de barriles diarios, según el reporte del Gobierno a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep); sin embargo, en noviembre, este número bajó a 1,837 millones de b/d, una cifra cercana a la de 1,834 millones, informada por fuentes secundarias del grupo energético.

“El precipitoso ritmo de declinación de la producción alimenta los temores en torno a que los problemas en la industria petrolera venezolana pueden afectar seriamente la capacidad del país para honrar sus compromisos externos, o incluso mantener el ya precario nivel de importaciones en el futuro cercano”, señaló la firma de inversión Torino Capital en su reciente informe.

Destacó que lo más “desconcertante” es que la brecha entre los datos oficiales y de fuentes secundarias a la Opep se redujo “significativamente” de 400 mil barriles a 3 mil.

La caída más acentuada de la producción se produjo en los dos últimos meses, con un desplome de un 11,9%, lo que equivale a 248 mil b/d.

El bombeo, apuntó Torino, durante 14 meses seguidos estuvo en caída y acumula una pérdida de 497 millones de b/d (21,3%), mientras que desde el 2012 la contracción suma 982 mil b/d.

Alberto Castellano, director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de LUZ, expuso que la política de Pdvsa es equivocada: al invertir recursos en programas de alimentación y construcción, en lugar de destinar fondos a la exploración, explotación y refinación de crudo.

“La compañía tiene problemas estructurales originados por su política en los últimos años, pues el petróleo del país es extrapesado y requiere altísima inversión”, explicó a este Diario.

Otro componente de la baja producción está en la cantidad de taladros activos en el territorio. Nientras que en 2013 operaron hasta 91, este año no superaron los 60 y en noviembre, terminó en apenas 40, informó Baker Hughes.

“Los taladros son, usualmente, un indicador clave de la producción, y que capturan la exploración actual y el desarrollo de los pozos de petróleo y gas”, resaltó Torino Capital.

El presidente Nicolás Maduro planteó un reimpulso del sector con la designación del mayor general Manuel Quevedo como presidente de la estatal y ministro de Petróleo y Minas. Además, ha concretado acuerdo en áreas energéticas y de gas con China y Rusia.

La meta que propuso el Ejecutivo nacional es incrementar la producción en un millón de barriles el 2018, un objetivo “imposible” a juicio del economista y  director de Kapital Consultores, Jesús Casique.

“Si se quiere lograr través de la Faja Petrolífera, se deben instalar más mejoradores porque los cuatros que trabajan allí están saturados y solo tienen capacidad de procesar 200 mil barriles diarios; es decir, se necesitarían cinco más, una inversión de 125 mil millones de dólares y se tardaría dos años”, explicó.

“Por la vía convencional, de recuperar 19 mil pozos madurados en Falcón, Zulia, Monagas y Anzoátegui, se requiere inyectarle gas y vapor para obtener 200 mil b/d con una inversión de 25 mil millones dólares”, agregó.

Las proyecciones de Torino apuntan que la producción anual en 2018 se ubicará en 1,58 millones de b/d  y las exportaciones de $26,2 millardos en 2017 a $20,3 millardos en 2018.

Para Castellano, a la industria le urge enfocar sus inversiones a la actividad petrolera y diversificarla en sectores como la petroquímica y gas, así como recuperar mercados.

“Antes de buscar otros mercados como el chino o ruso, también se debe tratar de mantener los originarios como Estados Unidos por una cuestión de costos de logística y traslado del petróleo”, señaló el profesor universitario.

Las medidas que se adopten desde la estatal serán claves para reactivar la asignación de divisas para importar, así como honrar los compromisos de deuda de la empresa y evitar un “default”.

 

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