Aunque muchos dan por hecho que su cuna es Francia, el Croissant en realidad tiene su origen en Viena del siglo XVII.
Según cuenta la leyenda, durante el sitio a Austria por parte de los turcos, los panaderos que trabajaban de noche oyeron llegar al enemigo y dieron aviso salvando a toda la población.
Para celebrar la hazaña se repartieron en las calles panes con forma de media luna o lune croissant, emblema del ejército invasor.
Con la llegada de Maria Antonieta de Austria a Versalles, llevó consigo esta y otras delicias de la cocina de su pueblo. De ahí la confusión de su procedencia.
¡Sorprende a tus amigos y familia con esta historia y con una bandeja de croissants preparados por ti!.
El Gourmet
