El Chelsea cruel goleada al Betis 4-1 en la final de Polonia y gana la UEFA Conference League

El Chelsea remonta el tanto de Abde y tumba al Betis, que se derrumbó en la última media hora de su final. Palmer decide y Antony no comparece.

El Betis pasó del cielo al infierno en Breslavia para despedirse de su gran sueño europeo. Lo había imaginado con el corazón hasta que el Chelsea impuso su fuerza y su pegada para llevarse el ansiado trofeo de la Conference League. El equipo de Pellegrini fabricó 50 minutos perfectos antes de que Palmer dictaminara que la ley del fútbol te exige aún más en una final. El Betis llora tras quedar a las puertas de un sueño en el que siempre creyó. Lo había encarrilado Abde con una actuación prodigiosa antes de abandonar el campo por lesión. Lo demás fue una historia cruel. Cayó y no pudo levantarse por mucho que su afición había ganado su partido en las gradas del Wroclaw Stadion. No bastó Abde. No apareció Antony. Pero este Betis expone que quiere volver. Que quiere seguir escribiendo su historia. Que su caída de hoy debe ser su incentivo de mañana.

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El inicio expuso los deseos de Betis y Chelsea, pero también sus miedos. Pellegrini quería el balón, pero sobre todo deseó que el sistema de presión alta de su equipo fuese eficiente. Colocó a Abde y Antony en las alas y estiró su medular todo lo que pudo. Lo hizo a sabiendas que el cuadro de Maresca arriesgaría. Y lo hizo. En su primera pérdida el Betis encontró la primera carrera de Abde al espacio para dejar el primer aviso de lo que podía pasar. Minutos más tarde, llegó el golpe: Fornals se anticipó en la enésima salida de balón calmada del Chelsea y le entregó la pelota a Isco en tres cuartos para que él decidiera cambiar el signo del duelo muy pronto. El malagueño amagó con el disparo y sorprendió con un pase hacia Abde, que penetró en el área y definió con un zurdazo alejado de la mano de Jorgensen. Estalló medio estadio, aunque sonara como si fuese entero.

Los 10 minutos que había soñado Pellegrini.

Había presión, anticipación y carreras al espacio. La pelota, ahora, sería del Chelsea. Isco esperaba, Antony activaba sus alteras. Y Palmer decidió que debía tomar cierto liderazgo en un Chelsea desactivado. Ni Madueke ni Jackson profundizaban y fue el Betis el que volvió a avisar con contras de vértigo. Otra vez Abde. Otra vez retando a Malo Gusto y siendo un huracán. Esquivó a uno, recortó a otro y sirvió atrás para que Johnny Cardoso tuviera el segundo en sus botas pero errara en el remate.

Bartra había probado las manos de Jorgensen desde la lejanía minutos antes y Pellegrini sentía que era el momento de su equipo. Que cada recuperación era una demostración de rebeldía. Que cada contra parecía una invitación al vértigo. Sobre todo por Abde, el chico que necesitó tiempo para demostrar que su desborde era indetectable. Lo esperó Pellegrini. Y él respondió el día que debía hacerlo.

Maresca buscaba soluciones.

Pero su plan parecía controlado por Pellegrini. Al discípulo del chileno le hacía falta alguna carta más imprevisible que las que mostraba sobre el césped. Su plan seguía pasando por Palmer. Eléctrico en sus apariciones, el Betis logró que las ejecutara siempre lejos de Adrián. Y sus aliados no parecían, de momento, presentes. Cucurella estaba más pendiente de controlar a Antony que de ayudar a Madueke. Y Enzo buscaba resquicios en el perfecto dibujo táctico de Pellegrini, pero tanto Bartra como Natan salían a su paso con cierta autoridad.

La reanudación vino con cambio de fichas.

Maresca introdujo a James para asustar a Abde y minimizar el coladero de su carril diestro. Pellegrini tiró de Perraud para su banda izquierda para suplir a Ricardo. Pero la escena debía ser parecida. El Betis no cambió su plan. Ni lo decoró, ni lo atenuó. Era valiente en algunos momentos, era cauto en otros. El Chelsea avanzaba al ralentí, pero avanzaba. Quizás empujado por algunos miedos del Betis y también por su físico indestructible. Una internada de Madueke sirvió de aviso serio cuando Bartra y Adrián evitaron el remate de Jackson. Abde ya no estaba. Y ese movimiento indeseado lo había cambiado todo.

Isco buscaba el balón.

Lo sabía el Chelsea, que poco a poco elevó sus líneas hasta convertir el minuto 60 en un amago del 80. Pellegrini pedía aire y asociación, pero su equipo había minimizado sus fuerzas. Y entonces llegó Palmer. Pausó el balón, se giró hacia su zurda y colocó su centro en la cabeza de Enzo Fernández. La mano de Adrián fue insuficiente. Un revés letal que tumbó al Betis en un instante. Intentó respirar y no pudo. Palmer volvía a intervenir para bailar ante Jesús y regalar de nuevo otro centro de oro que remató Jackson sin apenas oposición. Ni Natan ni Adrián lo detectaron.

Pellegrini tenía en su banquillo a Lo Celso para buscar la revolución, pero mientras el argentino esperaba su entrada al Chelsea se le ocurrió rematar el sueño verdiblanco con otro ejercicio de eficacia. Un despiste de Jesús y un error de cálculo de Johnny para que el cuadro de Maresca conectara con Sancho, que conectó un disparo perfecto a la escuadra de Adrián. La historia ya había terminado. Por mucho que Caicedo cerrase la fiesta londinense y destrozara el corazón de los verdiblancos.

Cambios

Romain Perraud (45′, Ricardo Rodríguez), Reece James (45′, Malo Gusto), Jesús Rodriguez (52′, Abde Ezzalzouli), Levi Colwill (60′, Benoît Badiashile), Jadon Sancho (60′, Pedro Neto), Aitor Ruibal (71′, Cédric Bakambu), Kiernan Dewsbury-Hall (79′, Nicolas Jackson), Giovani Lo Celso (84′, Johnny Cardoso), Sergi Altimira (84′, Pablo Fornals), Marc Guiu (87′, Cole Palmer)

Goles

1-0, 8′: Abde, 1-1, 64′: Enzo Fernández, 1-2, 69′: Nicolas Jackson, 1-3, 82′: Jadon Sancho, 1-4, 90′: Moisés Caicedo

Tarjetas

Arbitro: Irfan Peljto
Arbitro VAR: Jerome Brisard, Willy Delajod
Benoit Badiashile Mukinayi (54′,Amarilla), Cole Palmer (78′,Amarilla), Jadon Sancho (84′,Amarilla), Antony (87′,Amarilla), Romain Perraud (94′,Amarilla).

Hender «Vivo» González

Con información de Diario AS